miércoles, 16 de marzo de 2011

“Si vuelvo a nacer volvería a nacer negra”

***SNN

Foto: Archivo
Lady Mina
"No todos los que te abrazan o sonríen quieren lo mejor para ti”.


Cuando Lady Mina Lastra fue electa Miss Ecuador (en marzo 2010) le “llovieron” las críticas al jurado y a la organización dirigida por María del Carmen de Aguayo. Cuestionaron el color de su piel y su origen humilde. Quizá por este motivo cada vez que se hablaba con ella estaba a la defensiva. “No todos los que te abrazan o sonríen quieren lo mejor para ti”, expresa con pleno convencimiento.


La guayaquileña, de 24 años, estudiante de Periodismo, que se convirtió en la segunda mujer de raza negra (la primera fue Mónica Chalá en 1996) en ganar ese título, se despedirá mañana de su reinado en Santo Domingo de los Tsáchilas, dándole vuelta a la página y con nuevas metas personales y profesionales.


Luce más segura y delgada que cuando le colocaron por primera vez la corona de Miss Ecuador. “La gente dice que me ve más flaca pero la ropa me queda ajustada. Creo que a medida que pasa el tiempo te ves más madura, mejor. Normalmente peso 120 libras y mi estatura es 1,71 m. Como lo que se me antoja, no me cuido, aunque sí evito las grasas porque no me gustan. Mis padres son de Esmeraldas, por ello en la casa no falta el buen verde”, comenta entre risas.


Durante la entrevista a la soberana saliente el calor de la tarde parece no afectarle. Rompe el hielo y entra en confianza. En varias ocasiones utiliza el término hermana al dirigirse a la autora de esta nota. “¡Hermana, me siento contenta y tranquila!, después de un año como la embajadora de la belleza ecuatoriana. He trabajado y representado al país de la mejor manera. Tuve la oportunidad de conocer Ecuador y viajar al exterior, donde me reuní con mis compatriotas. Estoy contenta por las experiencias vividas, en especial por la labor social. Esto ha sido maravilloso porque aporté con un granito de arena. Organicé un bingo para niños y jóvenes con cáncer. Ver de cerca la realidad de esas personas que sufren esa terrible enfermedad te hace más humano. Muchas veces te quejas por tonterías que no valen la pena, sin embargo hay seres que tienen problemas muy grandes y a pesar de aquello siguen de pie”.


Lady Mina añade: “Cuando eres reina hay proyectos en los que simplemente participas y otros que tú emprendes. Pude homenajear a menores de la escuela fiscal Aída León de Rodríguez Lara, en donde estudié la primaria, hice una fiesta por el día del Niño, además el bingo a favor de las personas con cáncer y en Navidad organicé una actividad para los pequeños del barrio donde me crié (la 13 y Cristóbal Colón). También ayudé a que mi sector luzca un poco mejor, más arreglado”.


Según ella, su vida cambió positivamente. “Adquirí un compromiso para representar a un país, es una responsabilidad enorme. En ese aspecto sí cambia tu vida, porque ya no trabajas para ti sino para una nación. Por otra parte sigo siendo la misma chica, que le gusta gozar con sus amigos. La esencia de Lady Mina no cambió en lo absoluto”.


No faltaron los comentarios de que la Miss Ecuador se sentía rechazada y acomplejada por su raza negra y condición social. “¡Hermana, sí hablaron, pero no tenía tiempo para prestar oído a esos chismes! Creo que la gente estaba más preocupada por aquello que Lady Mina. No sentí que por ser negra no querían colaborar conmigo. Jamás me acomplejó mi color. Si vuelvo a nacer volvería a nacer negra”.


Sostiene que como en cualquier trabajo hay desacuerdos. “A veces Lady quería realizar tal o cual evento y en la organización le decían que hoy no se podía, que podía ser mañana. Debes aprender a sortear cualquier inconveniente y llevarlo por buen camino. Quizá eso sea lo más dificultoso. Lógicamente en la organización me dijeron lo que estaba prohibido: escándalos, tomar y fumar. Debes cuidar la imagen. Está bien y eso no me preocupaba porque soy una mujer sana, cuando me divierto lo hago sin excesos”.


¿Contó con el suficiente apoyo? “Sí lo hubo de las personas que necesité. Lo que sí me hubiese gustado es trabajar más en labor social. Aunque hay que dejar claro que no es sencillo hacer lo que se quiere en un año. Es una tarea complicada porque tendrías que alejarte de las visitas a diferentes lugares, los viajes y dedicarle el tiempo completo a las obras benéficas. Organizar una actividad para recaudar fondos no se hace de la noche a la mañana. Toma su tiempo, a veces meses, para que salga bien y llene las expectativas. Soy una mujer positiva y hasta que no logro lo que me propongo no estoy tranquila”.


A su sucesora (que será electa entre 19 jóvenes) le recomienda que sea muy disciplinada y que tenga paciencia “porque el camino es largo y duro. Que le ponga el amor y las ganas que yo le puse. Quien sea la nueva Miss Ecuador que entregue su corazón y que comparta con la gente y colabore, es lo único que al final queda. Creo que a mí me ayudó ser carismática y perseverante. Me gusta relacionarme, darme a conocer y que me conozcan. Soy abierta, paciente y sencilla. Los humos no se me han subido”.


¿Volvería a ser Miss Ecuador? “Claro, porque ha sido la base principal para seguir construyendo la pirámide que yo quiero. Cuando entregue la corona recién comenzará mi vida porque tendré más tiempo disponible. Quiero seguir en lo social, me encanta servir a la gente, me llena de satisfacción. Retomaré mis estudios de Comunicación Social en la Facso. Si me enviaran a Japón a cubrir los daños causados por el terremoto y el tsunami ocurridos la semana pasada, iría sin dudarlo porque donde está el peligro, estoy yo. Así me veo. Mi hermana mayor es licenciada en Periodismo. Sueño con ser presentadora de noticias o estar al frente de un programa de entretenimiento, no farándula porque no es mi fuerte estar pendiente de la vida ajena. Hay propuestas para trabajar en televisión, aún no se concretan. Debo analizar ciertos aspectos”.


Todavía el amor no toca las puertas de su corazón. “Solo estoy enamorada de la vida, de lo que vivo a diario, de lo que aprendo. Estoy sola, no tengo ningún galán. Creo que a los hombres les da miedo que yo sea Miss Ecuador, se alejan. ¡Lo juro! A veces se cree que por ser reina los hombres están por montón, no es así. Seguramente esperan que yo entregue la corona para acercarse”, manifiesta.


Después de 10 años se ve con su esposo y dos hijos. “El modelado no lo voy a dejar. Me gustaría trabajar más intensamente en esa actividad y salir al exterior. ¡Hermana, ahora hay que mirar para adelante, lo mismo y lo mismo no, pequeñeces no, hay que pensar en grande!”. ¿Seguirá siendo una lady? “Siempre, en todo el sentido de la palabra”, concluye.


Por:Ingrid Balseca
Diario EXPRESO

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