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El aceite obtenido de la pepa de la fruta es utilizado cada vez más como biocombustible. Foto: Miguel Castro
El aceite de piñón es utilizado como combustible en dos generadores de 70 kW de potencia cada uno.
Antecedentes
En abril de 2007 el Gobierno planteó una política para eliminar el uso de combustibles fósiles en las islas Galápagos.
El programa para hacer biocombustible a partir del aceite de piñón y utilizarlo en la isla Floreana nació de un estudio solicitado por el Ergal al organismo alemán DED en 2008.
Manabí
Más de 3.000 familias de la provincia de Manabí nunca pensaron que la planta del piñón, que utilizaban para hacer jabón y remedios caseros, sería ahora su principal fuente de ingresos.
El Ministerio de Electricidad y Energía No Renovable (MEER), a través del programa “Cero combustibles fósiles para Galápagos”, compra el piñón a los agricultores para transformarlo en biocombustible y generar energía eléctrica en la isla Floreana del archipiélago.
“Un producto que hasta 2010 no tenía ningún valor representativo es, a la fecha, la principal fuente de recursos para miles de manabitas” así lo asegura Macario Cusme, presidente de la Unión de Organizaciones Campesinas de San Isidro (Uocasi), quien resalta la iniciativa del régimen de crear un biocombustible a partir de un cultivo que nace naturalmente en las cercas de sus parcelas.
1’253.015 galones de aceite de piñón necesitan las islas Galápagos para abastecerse de energía
Uocasi cuenta con más de 1.000 productores, que desde 2010, cuando se enteraron de que el piñón sería utilizado como biocombustible, le dieron un mejor trato a la pepa. Los campesinos cuentan con sembríos de maracuyá, pimiento, cacao y otros cultivos de ciclo corto.
Cusme recuerda que esta planta era mal vista por varios de sus compañeros, algunos hasta la cortaban, pero ahora la cuidan “como si fueran un tesoro”.
“La planta del piñón da mucho fruto, carga bastante y no necesita tanta agua. Eso favorece mucho su manutención, ya que sale de las zonas más secas de Manabí”, precisa el dirigente.
El producto lo comercializan a través del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) y este, a su vez, lo entrega a la cartera de Electricidad para su procesamiento.
Un quintal de piñón en cáscara se vende en ocho dólares, y pelado a doce.
Hipólito Zambrano, presidente de la Asociación de Productores La Florida, resalta que el precio es muy bueno y tener un cliente fijo trae muchos beneficios. “El Magap nos compra el producto y nos paga un precio justo por el piñón. Al no existir intermediación en la comercialización, deja más ingresos para nosotros”, acota Zambrano.
Crucita, San Isidro, Jipijapa y Portoviejo son los principales sectores donde se desarrolla la planta. Aproximadamente 7.000 kilómetros de cercas vivas de piñón hay en Manabí.
Piñón salvó a productores
Para Luis Burgos, agricultor del cantón Sucre, este producto salvará a las familias de Manabí y de otros sectores donde se halla.
Según él, para quienes cuentan con sembríos de pimiento y de maracuyá, la venta de dichos productos no representa muchos ingresos familiares y el piñón ha logrado “quitarles la soga del cuello”.
“Una de las mejores cosas que ha hecho este Gobierno es elaborar el biocombustible y crear fuente de trabajo para Manabí. La falta de un sistema de riego no nos permite mejorar nuestros cultivos tradicionales, por eso el piñón es ahora nuestra pepa de oro”, dice con gran entusiasmo el productor.
La planta del piñón se encuentra desde el nivel del mar hasta cerca de 1.500 msnm. Soporta largos períodos de sequía, adaptándose a terrenos degradados de baja fertilidad que no son apropiados para otros cultivos.
Generación de empleo
Los biocombustibles están enfocados en la parte ambiental y social con la generación de empleo. Así lo asevera Patricia Recalde, directora nacional de biocombustibles del MEER, quien destaca, además, que este proyecto contribuye a mejorar el buen vivir tanto de la población de Floreana, que recibirá energía eléctrica las 24 horas del día, como de las comunidades de Manabí, que tendrán un ingreso adicional por un producto no aprovechado anteriormente.
Recalde comenta que se realizan capacitaciones y convenios con asociaciones campesinas de la provincia de Manabí para el aprovisionamiento de piñón, con el fin de garantizar la cantidad necesaria de aceite para el normal funcionamiento de los nuevos grupos electrógenos instalados en la isla Floreana.
Según el MEER, para abastecer de energía a la isla se necesitan más de 11 mil galones del aceite vegetal al año.
La entidad explica que se enfocarán esfuerzos junto con el Ministerio de Agricultura para fortalecer el desarrollo del área agrícola, de manera que se incremente el acopio de semilla de piñón y garantizar el abastecimiento de combustible para la isla.
También en el ámbito energético se ha elaborado un proyecto para el reemplazo gradual de los generadores en las islas Isabela, San Cristóbal y Santa Cruz por grupos duales, es decir, que puedan utilizar diésel y aceite vegetal puro. Este proyecto está planteado para cumplir con la iniciativa “Cero combustibles fósiles para Galápagos”, cuyo tope para su implementación es el año 2020.
El consumo de diésel de la isla en los años anteriores bordeaba los 9.000 galones al año. Considerando el aumento de consumo de energía proveniente del incremento de la demanda de la población y la diferencia en el poder calórico entre el diésel y el aceite de piñón, se estima que se necesitarán entre 10.000 y 12.000 galones de aceite para operar los grupos en el presente año.
Debido a que la temporada de cosecha de piñón inicia a finales de marzo, el MEER, con el apoyo del Magap, ha comprometido la participación de más de treinta comunidades en los sectores de Boyacá, Convento, Jipijapa, Paján y Chone, entre otros, que serán los proveedores de semilla y fruto seco.
Paulo García, técnico local del proyecto, explica que en la provincia han formado más de 40 centros de acopio y que el abastecimiento del aceite vegetal para la isla Floreana está garantizado. Enfatiza que son más de 3.000 las familias beneficiadas con la iniciativa que ha generado muchas fuentes de empleo.
El funcionario del MEER menciona que periódicamente se capacita a los líderes comunitarios de la zona para que tengan un mejor manejo del recurso.
“Los productores de Manabí están motivados con el programa del biocombustible. Cada vez los vemos más organizados y listos para mejorar su producción”, afirma.
Impacto ambiental
El presidente ejecutivo de la Empresa Eléctrica de Galápagos (Elecgalápagos), José Moscoso, señala que el objetivo es ampliar el proyecto a las demás islas del archipiélago.
“Esperamos a finales de 2012 ya utilizar este mismo combustible en la isla Isabela, y en los próximos años en San Cristóbal y Santa Cruz”, expresa el funcionario.
Moscoso agrega que el biocombustible ayuda a minimizar los riesgos ecológicos en lo relativo a transporte y uso de combustible fósil.
Recalca que, al utilizar diésel u otro derivado del petróleo, el peligro de derrame es latente y, desde luego, el riesgo de provocar un impacto ambiental negativo.
“Es diferente a que se derrame un aceite vegetal puro, un material orgánico como el biocombustible. Si se cae al agua, como es un producto biodegradable, se convierte en alimento para los peces; y si se cae al suelo, en abono para las plantas”, manifiesta.
Elecgalápagos utiliza cerca de 1.100 galones de aceite de piñón al mes para abastecer de energía a la isla Floreana. La primera en el mundo que cuenta con el 100% de energía obtenida mediante biocombustible.
“Tenemos un cliente fijo a quien venderle el piñón. Eso hace que los campesinos sigan adelante en la producción de la pepa”
Macario Cusme - Presidente de Uocasi
“Antes lo utilizábamos como jabón. Ahora es nuestra principal fuente de ingresos y en corto tiempo mejorará nuestra calidad de vida”
Deysi Mero - Productora de piñón
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