lunes, 22 de noviembre de 2010

Ecuador, 20 años de azote delictivo

***SNN

Desde 1993 hasta octubre de 2010, la Policía Judicial ha registrado 32.405 muertes en el país, producto de la delincuencia.

Pamela Vera Concha - EXPRESO
A mediados de la década de los 90, el Ecuador se conmocionó cuando en un sector del mercado de Pedro Pablo Gómez, en Guayaquil, comerciantes del sector hallaron la cabeza cercenada de un hombre.


En el relato que hace el periodista José Luis Ponce, en una publicación realizada el 2 de enero de 1999, en Diario EXPRESO, señala que otra parte del cuerpo (las piernas) fue localizada días después, dentro de un contenedor de basura, cerca de la zona. Del hecho nunca se encontraron culpables ni el resto del cadáver. La historia se repitió en 1998 en forma consecutiva. En solo dos meses, reportaron a la Policía tres casos similares en el país.


La sociedad ecuatoriana no tuvo más que repudiar esos sucesos que, si bien, resultaban en aquel entonces macabros, no llenaban todos los días las páginas de crónica roja de los periódicos, como ocurre hoy con crímenes atribuidos a ajustes de cuentas entre bandas, por el poder y distribución de drogas, lo que ha generado temor, inseguridad y desconfianza en la población.


Según una encuesta de Latino Barómetro, solo el 7% de los ecuatorianos piensa que vive más seguro cada día, mientras que el 77% revela estar muy preocupado y piensa que puede llegar a ser víctima de un delito perpetrado con violencia. Ese sentimiento -añade el documento- proviene de una serie de fuentes, como la expansión de las pandillas o grupos delictivos, cuyos miembros -jóvenes entre 15 y 29 años- cometen hurtos, homicidios y, en muchos casos, están involucrados con el tráfico de drogas.


Expertos en seguridad, oficiales en servicio activo y pasivo de la Policía Nacional, jueces, fiscales, psicólogos, sociólogos hacen un análisis de los efectos del crimen organizado en el país, en una serie de reportajes sobre criminalidad, que desde hoy publica este Diario. El objetivo es lograr conciencia de las autoridades seccionales y gubernamentales sobre la necesidad de implementar una política criminal de Estado, así como planes de seguridad antidelincuenciales efectivos, para evitar que el país se convierta en lo que fue Colombia en los años 80 y 90, con la aparición del narcotráfico que hoy lo vemos replicado en México. Alrededor de 15.000 personas perecieron en el país azteca, entre 2007 y 2009, en incidentes violentos vinculados al narcotráfico y criminalidad de bandas organizadas.


El llamado es también a los operadores de justicia a cumplir adecuadamente con la ley, y a la sociedad en general para unir esfuerzos y juntos luchar contra este fenómeno social.


El azote desde los 90
En una retrospectiva de los inicios de la delincuencia organizada encontramos que la prensa especializada en crónica roja sitúa los años 90 como la década en que ciertas regiones del país comenzaban silenciosamente a soportar el crimen organizado, con la aparición de grupos delincuenciales o asesinos en serie como Juan Fernando Hermosa (a) ‘el Niño del Terror’. La Policía le atribuyó aproximadamente 15 asesinatos de taxistas y homosexuales, entre el 94 y 95, en Quito.


Los puertos de Guayaquil y Manta han sido los más afectados por el hampa. Delincuentes como Gustavo Párraga Llorenty (a) ‘la Rana’, Rigoberto Castro Sánchez (a) ‘Patucho Rigoberto’ o Ramón Gonzalo Rosado Mero (a) ‘Cholo Rosado’, quienes murieron en su ley, así como Reynaldo Zamora Sandoya (a) ‘Rey Zamora’, comandaron peligrosas bandas delictivas desde finales de los 80. La mayoría de sus integrantes resultó abatido, mientras otros pasaron a liderar nuevas organizaciones que, con el transcurrir de los años han adoptado modalidades externas como el sicariato, secuestro exprés, haciendo a la delincuencia más violenta e imparable.


Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo señala que el flujo de drogas y armas en la frontera ecuatoriana con Colombia, además de la militarización en el área, causó un número creciente de homicidios a partir de 1990.


Por ejemplo, señala que “las ciudades fronterizas de Esmeraldas, Sucumbíos y Los Ríos presentaron las tasas más altas de defunciones por homicidio, en encuestas realizadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) en 1990, 1995 y 1999”. A lo largo de la década de los 90, la tasa de homicidio en el país creció un 43,1%, pasando de 10,3% en 1990 a 14,8% por cada 100.000 habitantes en 1999. En 2006, la tasa de homicidios siguió creciendo, con un índice de 17,6% por 100.000 habitantes”.


Estadísticas de la Dirección Nacional de la Policía Judicial revelan que entre 1993 al 2000 se produjeron 11.026 homicidios (ver cuadro) y que 6.937 personas fueron detenidas por este delito, durante ese período. Mientras, desde 2001 hasta octubre de 2010, la Policía registró 21.379 muertes violentas, entre homicidios y asesinatos (la mayoría por hechos delictivos), 94% más de las cifras reportadas en los 90.

Un informe realizado por el Centro de Investigación de Desarrollo A.C. reveló en 2009 que Ecuador ocupaba el puesto 8 de 115 países del mundo con niveles de violencia, al registrar 18,07 homicidios por cada 100.000 habitantes.


Los más peligrosos de los 90


Juan Fernando hermosa
(a) el Niño del Terror Asesino de taxistas y homosexuales
Prontuario
A los 15 años se convirtió en uno de los asesinos más buscados por la Policía al liderar la famosa banda del “Niño del Terror”. Su vida delictiva inició en 1991, pero fue entre el 94 y 95 que mató a unas 15 personas, entre homosexuales y taxistas en Quito. El 27 de febrero de 1996 fue asesinado en Nueva Loja (Sucumbíos).


Reynaldo Zamora
(a) Rey Zamora
Asaltante de carros blindados
Prontuario
La Policía le atribuyó un aproximado de 13 asesinatos, entre ellos de uniformados. En la Corte de Guayas registra 23 juicios por robo, sustracción, daños a la propiedad y lesiones, todos prescritos. En 1996 fue detenido en EE.UU. y condenado a 8 años por un asalto. En 2004 llegó al país extraditado. Negó la mayoría de delitos.


Rigoberto Castro
(a) Patucho Rigoberto
Su especialidad era robar carros de lujo
Prontuario
Pese a ser de una familia acomodada entró al mundo del hampa a los 17 años, tras ser asaltado por la banda los “Peters”. De robacarros pasó a ser asaltante y asesino. Dos veces estuvo en la Penitenciaría, de donde fugó. Fue el primer líder de la banda ‘Grupo Tanque’. En octubre 19 de 1990 murió en una balacera, en Guayaquil.


Gustavo Párraga
(a) la Rana
Extorsionador de comerciantes
Prontuario
Fue uno de los antisociales más temidos en Manabí, pero el 8 de febrero de 1994 su vida delictiva terminó al ser acribillado.
Entre 1992 y 1993, Manta registró una serie de crímenes atribuidos a la banda de ‘la Rana’ y ‘Niño Lobo’. Fue acusado de asalto a bancos y vehículos, extorsión, plagio y asesinato.


Arturo Torres Villacís
(a) Muchachito
Especialista en robo de vehículos
Prontuario
En los archivos de la
Policía Judicial del Guayas registró detenciones por asalto y robo a personas. La primera fue en 1997 por robo de vehículos. Entre sus fechorías figuran el asalto a dos bancos de Cuenca y tentativa de asesinato a un oficial de Policía. Fue parte de la banda ‘Grupo Tanque’. En enero de 2003 fue asesinado en el norte de la urbe porteña.


Ramón Gonzalo Rosado Mero
(a) Cholo Rosado
Asaltante de bancos, vehículos. Traficó drogas
Prontuario
Entre 1998 y 2000 figuró en la lista de los delincuentes más buscados del país. En la PJ-Guayas tiene ficha general No. 7.245 como asaltante. Fue requerido por tenencia ilegal de armas, asociación ilícita, asalto a bancos y vehículos y tráfico internacional de drogas. Cayó abatido en agosto de 2009, al suroeste de Guayaquil.

La degeneración humana del delito
Antes de la década de los 90, si bien el Ecuador sufría el embate de la delincuencia con arranchadores de carteras, aretes, paqueteros, no existía la violencia con que actualmente actúa el hampón.


“Hoy en día, la agresividad ha aumentado a tal punto en que no hay ese temor a la ley, a la Policía y además ese irrespeto a la vida, porque el delincuente ahora viene preparado a matar. Un muchacho arranchador, arrancha la cadena, pero como la víctima se defiende dispara”, explica Jorge Blum Carcelén, fiscal de la Unidad de Delitos Contra las Personas, en Guayas.


A su juicio, las nuevas formas de delincuencia han dejado de ser las tradicionales y apuntan más bien a la degeneración del ser humano, como los delitos sexuales, pornografía, sicariato, que ya no son formas de delincuencia que obedecen a estímulos de necesidad. A ello suma que la juventud ha superado las barreras inhibitorias que producen la ley, la moral, la religión, las buenas costumbres, así como el efecto disociador de la Policía, todas esas barreras que la sociedad pone para detener el delito.


“Hoy vemos jóvenes que están preparados a través de las pandillas, por extranjeros que han venido a adoctrinar y a convertirlos en verdaderos sicarios. Estamos hablando de la influencia colombiana con personal paramilitar, que ha venido en distintos sitios del país a recoger líderes de pandillas para adoctrinarlos”.

Fuente: DIARIO EXPRESO

1 comentario:

  1. quiero saber sobre cesar loor garcia de manabi mas conocido como masa de yuca

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