martes, 23 de noviembre de 2010

El ‘paseo millonario’ que empobrece

***SNN

Desde 2006 hasta octubre de 2010, se han registrado 1.910 secuestros exprés. 1.829 de ellos en Guayas, 1.339 en Guayaquil.

Gráfico Total de denuncias

Desde 2001 el país ha experimentado un alarmante crecimiento de la delincuencia. Las denuncias de delitos de impacto social (asesinatos, homicidios, asaltos, robos, plagios, asaltos a bancos, entre otros) crecieron en un 79,37% en relación a las del periodo 1993-2000.


En este último lapso, la Dirección Nacional de la Policía Judicial registró 550.749 actos ilícitos, mientras que entre 2001 a octubre de 2010 se han reportado 987.880. Los mayores porcentajes son en las provincias de Pichincha, Guayas, Manabí, Los Ríos y Esmeraldas (ver cuadro), que los muestran como las más vulnerables a la criminalidad.


Uno de los delitos que registra un índice elevado es el asalto a personas. Entre 2001 y 2010 (hasta octubre) se reportó un total de 120.658 denuncias. Pero, aunque no contempla una cifra elevada, son el sicariato, secuestro exprés (plagio momentáneo de la persona con el fin de realizar otros actos delictivos) y ‘sacapintas’ (asalto a clientes de bancos) los que actualmente disparan las alarmas en el país, especialmente en Guayaquil. Modalidades que desde finales de los ochenta eran usuales en Colombia, donde se los conoce como paseo millonario (secuestro exprés) y fleteros (sacapintas).


Fue recién en 2006 cuando la Policía logró establecer o aceptar que la modalidad del secuestro exprés ya estaba en Ecuador. De allá para acá ha conocido 1.910 hechos a nivel nacional: 1.829 de ellos ocurridos en Guayas, 1.339 en Guayaquil (736 en lo que va de 2010).


Pero fue desde el 13 de julio de 2004 en que la prensa difundió un ‘paseo millonario’. El taxista Jaime Miranda, de 40 años, fue retenido y desvalijado por tres hampones que lo contrataron. En el mismo vehículo, asaltaron a otras personas.


El coronel Mario Acosta Játiva, jefe de la Policía Judicial de Guayas (PJ-G), recordó que para entonces la influencia delictiva de Colombia ya había invadido nuestras fronteras y de a poco esa modalidad se hacía presente esporádicamente, junto a los robos que sufrían los clientes bancarios bajo el sistema ‘sacapintas’.


La creciente del delito obligó al coronel Rafael Yépez, jefe de la PJ-G en 2004, a identificar doce puntos críticos en Guayaquil. A finales de ese año, la Policía registró 210 secuestros exprés, pero detuvo a 25 individuos vinculados a esos hechos, tras la desarticulación de ocho bandas delictivas dedicadas a esa modalidad.


El jefe de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase) Guayas de ese entonces, Marcelo González, se quejaba de la facilidad conque los involucrados en los secuestros exprés recuperaban la libertad. El oficial argumentaba que eso se daba porque la ley no contemplaba esa modalidad como delito, por lo que los detenidos eran juzgados por robo agravado.


El ministro fiscal del Guayas de la época, Walter Tomsich, también alzó su voz y pidió al Congreso Nacional una modificación de la ley. A él se unió el diputado José Varas, quien presentó una reforma al Código Penal. En julio de 2005, los diputados tramitaron el pedido de Varas con las que se intentó penalizar el secuestro exprés. Finalmente, el 9 de noviembre, el Congreso aprobó esas reformas penales con las que tipificó ese delito en sus diferentes formas.


Las penas se incrementaron hasta 12 años de reclusión en el caso de que como consecuencia del secuestro se produzcan lesiones físicas o daños psicológicos a los ocupantes del vehículo retenidos. Mientras que la sanción mayor será de hasta 25 años de reclusión especial cuando se produzca la muerte o incapacidad permanente de la víctima. Una pena inferior con la que sanciona la Legislación colombiana al ‘paseo millonario’. La máxima es de 45 años de cárcel.


No obstante, muy pocos casos han sido judicializados como secuestro exprés, por falta de colaboración ciudadana. La Fiscalía de Guayas creó una unidad para indagar esos casos, pero de 130 denuncias receptadas desde abril, 70 han sido archivadas provisionalmente, mientras que solo 1 ha pasado a indagación previa.


El actual jefe de la PJ-G, considera que la existencia de una entidad no policial ha dificultado el combate contra el delito. Pero la situación actualmente cambió tras la puesta en marcha de un plan con la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG) que incluye la presencia conjunta en 68 puntos de la urbe para el control de los vehículos de alquiler y particulares.


Acosta invitó a las 180 cooperativas de taxis del Guayas a unirse al Plan Taxi Seguro, el cual busca que la ciudadanía identifique con un sticker el vehículo de alquiler o taxi confiable. El oficial defiende el trabajo policial y considera como una utopía la desaparición de los secuestradores exprés y los sacapintas. Reconoce que el hampa burla los controles a base de inteligencia delictiva.


Señala además que la existencia de una población delincuencial flotante, que viene de otras provincias, complica la situación. “Entonces sabemos que el elemento delincuencial fijo nos da la georreferenciación, pero nos encontramos con otra realidad, que existe una influencia que no la preveíamos”.


El jefe policial destaca que la poca colaboración de la ciudadanía se torna en un problema para los planes policiales. Muy pocas personas usan el servicio de resguardo en el traslado de dinero, para evitar ser víctimas por ejemplo de los ‘sacapintas’.


“Han existido acusaciones contra los operadores de los bancos (cajeros) pero ahora se conoce que los hampones interceptan a sus víctimas en base a perfiles. Están chequeando a las personas desde afuera por sus comportamientos. Los interceptan si salen con sobres, bolsos, etc.”.


La PJ-G no tiene estadísticas sobre casos en esa modalidad. La no tipificación en ese sentido motiva que los robos a clientes bancarios sean juzgados como robo agravado o simple.


Ellos opinan
Napoleón Velasteguí, - Sociólogo
“Es necesario examinar el problema desde diferentes ángulos... una de las condicionantes que probablemente influyan sobre un comportamiento delincuencial es la pobreza, pero no es exclusiva. Hace algún tiempo jóvenes de familias pudientes delinquían por el simple hecho de estar vinculados a una estructura social corrupta que era familiar.
Un segundo eje son los valores. En una estructura social los valores como honradez, virtud, trabajo, dedicación, esfuerzo, etc., fallan; naturalmente que las consecuencias van a ser nefastas. Los malos ejemplos de determinados gobernantes se riegan como se han regado entre la población. Un individuo que roba una gallina cómo no va a tener justificación si ve que un presidente asalta los dineros del país...”.


Elsa del Pezo,
Profesora de psicología
“La delincuencia tiene que ver con diferentes factores como económicos, sociales, psicológicos. En los años de trabajo he podido observar el problema de la migración. Hay chicos que han quedado sin padres, entonces ese es un problema que realmente amerita investigación, porque estos muchachos necesitan un hogar de contención familiar que muchas veces no lo encuentran en sus abuelos.
No hay perfiles de delincuentes, se definen tal vez tipos de delincuencia como los llamados psicópatas (le falta el sentimiento de culpa), es decir, puede matar, robar o hacer cualquier acto delictivo sin sentir remordimiento, como los criminales seriales. También los que dirigen bandas delincuenciales tienen esas cualidades y de liderazgo...”.


Testimonios
“Asaltantes estaban seguros del retiro”
“Yo les dije que no tenía nada y rápidamente se dirigieron donde mis compañeros. A la licenciada Carla Álvarez la apuntaron con sus pistolas y le quitaron la cartera. Ella comenzó a rogar que la dejaran”, narró Ronald Suárez Murillo, colector de la unidad educativa particular Nuestra Señora de Montebello, ubicada en la ciudadela del mismo nombre, en el kilómetro 14 de la vía a Daule.
El atraco, bajo la modalidad sacapintas, ocurrió la mañana del 1 de diciembre de 2009. La banda de hampones se apoderó de $ 5.000 que Suárez había retirado de la agencia del Banco Pichincha, ubicada en Mall Paseo Shopping.
“Yo y mis compañeros Édison Angulo Coello y Carla Álvarez Miranda íbamos en un taxi y un auto Chevrolet Aveo rojo, sin placas, nos cerró el paso cuando tomamos la vía principal de la ciudadela. Dos individuos armados se bajaron a robarnos”.
Uno de los ladrones se acercó al chofer del carro de alquiler y bajo amenazas de muerte le quitó las llaves, mientras el otro malhechor le insistía a Suárez que le entregara la suma recién retirada. “Los asaltantes estaban completamente seguros del retiro que habíamos hecho”.
El colector de la unidad educativa indicó que para salvaguardar la vida de la profesora no le quedó otra opción que entregar el dinero, el cual escondía entre sus piernas en un sobre manila amarillo.


“Pedía gritando que la bañaran que se quería morir”
“Mi hija (adolescente) tomó un taxi amigo azul en los exteriores del centro comercial San Marino para dirigirse a su casa, luego de reunirse con un grupo de amigas, pero en el trayecto dos sujetos encapuchados se subieron al vehículo de alquiler y bajo amenazas le dijeron que no gritara”, narró en la Fiscalía Adjunta a la Policía Judicial del Guayas F.S.Z.L.
Desde ese momento, los malhechores, en complicidad con el taxista, advirtieron a la jovencita que si no colaboraba la matarían. Eran aproximadamente las 19:00 del sábado.
“Luego, la empezaron a besar a la fuerza y a tocar todas sus partes íntimas, hasta llevarla a un lugar alejado y solitario. Ahí la obligaron a realizar sexo oral. La golpearon, le rasgaron la ropa y luego la dejaron botada en la vía Perimetral”, expresó la madre de la víctima.
Desorientada, la menor corrió por el borde la vía hasta que tres policías en un patrullero la auxiliaron.
“Ella les contó lo que le había sucedido y les dio la dirección de la casa y la llevaron hasta el domicilio, a las 04:30 (domingo. Llegó ensangrentada en su ropa interior y muy maltratada. Pedía gritando que la bañaran que se quería morir”, sostuvo la denunciante.
Finalmente, la adolescente asaltada y ultrajada fue trasladada al hospital del Niño Francisco de Ycaza Bustamante.

Fuente: DIARIO EXPRESO

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