domingo, 28 de noviembre de 2010

La Tierra, de nuevo a observación

***SNN

FOTO: ARCHIVO /EL TELÉGRAFO
•El país propone mecanismo para evitar emisiones de CO2
En medio del escepticismo, una nueva convención sobre cambio climático se inicia mañana en Cancún. Ecuador planteará su propuesta Yasuní ITT.


Se ha puesto a pensar en algún momento: ¿qué le está pasando a la Tierra? ¿Qué metamorfosis está experimentando el lugar que le sirve de morada a 6.800 millones de personas en sus cerca de 13 mil kilómetros de diámetro?


En la última década, nuestro planeta ha sufrido un aumento de las emisiones de dióxido de carbono del 3% cada año; solo en 2009 hubo una pequeña reducción debido a la crisis financiera mundial; pero la proyección de Global Carbon Project (GCP), organización que agrupa a cientos de investigadores sobre el clima, es que este año regresaremos a las emisiones muy altas.


 Desde Australia, vía skype, Josep Canadell, director ejecutivo de GCP, hace un diagnóstico de la situación actual del globo terráqueo con el reciente informe de la entidad presentado en Canberra.


El investigador explica que “nos movemos en un mundo cada vez más caliente”. El año pasado, la cantidad de dióxido de carbono (CO2) emitido por actividades humanas sumó 30.000 millones de toneladas, apenas un 1,3% menos respecto del 2008, año récord de emisiones.


Sin embargo, en el 2010 se espera que estas cantidades aumenten alrededor de un 3%, lo que llevará el total global de emisiones “al punto más alto que ha tenido la historia de la sociedad”. “Se prevé que sea otro nuevo récord”, pronostica el científico.


Pero, ¿qué consecuencias traen estos gases? Luego de que a nuestro planeta ingresa la radiación solar, una parte permanece en la atmósfera, que es fundamental para la vida, mientras que la otra sale.


Sin embargo, el aumento de gases fósiles en la atmósfera, principalmente de CO2, generado en su mayor parte por las industrias y vehículos, impide que la radiación que debe salir sea expulsada, por lo que el calor se queda atrapado y se produce el calentamiento de la Tierra, cuya temperatura media actual es de 15 grados centígrados.


Con este proceso se produce una destrucción del sistema climático que genera variaciones de temperatura y cambios en los patrones de precipitación, circulación atmosférica y marina.


Tras el fracaso de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Copenhague (Dinamarca) del año pasado -cuyo fin fue sustituir al Protocolo de Kioto de 1997 que vence en 2012 y en la que representantes de 193 países no llegaron a un acuerdo vinculante para reducir las emisiones, a la Tierra le vuelven a tomar la temperatura. El examen empieza mañana y termina el 10 de diciembre, en Cancún (México).


Las expectativas no son muy grandes con respecto a resultados concretos, de acuerdo con especialistas en el tema consultados por El Telégrafo, aunque para la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de la ONU en Cancún (COP16), Christiana Figueres, la cumbre será un éxito, “si las partes políticas se comprometen”.


Un acuerdo en Cancún no solucionaría los problemas en su totalidad -precisa Figueres-, pero puede establecer una nueva etapa de negociaciones en la que los gobernantes cierren mejores acuerdos cada año.


La titular del evento manifiesta a este diario que existe optimismo para el planeta, porque cada vez más los países están tomando con mayor seriedad este problema y aplicando medidas internas.


Da el ejemplo de China, que ha cumplido cinco años de legislación doméstica sobre el clima y apostó por un mayor ahorro de energía mientras desarrolla energías alternativas. Suma a su lista pequeños países como Costa Rica y las islas Maldivas (sur de Asia), que han duplicado sus esfuerzos nacionales.


Para José Troya, representante del Área de Desarrollo Sostenible del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD), un acuerdo integral y vinculante no será posible en Cancún, debido a que hasta ahora no hay acuerdos de mitigación en los grandes países en desarrollo. Pero se espera, al menos, que se logre un conjunto de decisiones que tracen una hoja de ruta para lo que sería el año 2011.


Pese a ello, Troya asegura que en las negociaciones previas hay progresos en lo que respecta a adaptación, financiamiento y transferencias de tecnologías.


Según el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), que trabajó con el ex vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, en el documental “Una verdad incómoda” (2006), la temperatura de la Tierra se ha incrementado 0,7 grados centígrados en los últimos cien años; y advierte que si se mantiene el ritmo actual de emisiones de CO2, procedentes de la quema de combustibles fósiles, las consecuencias serán incontrolables: inundaciones, sequías y aumento del nivel del mar.

Por eso detalla que los países industrializados deben reducir sus emisiones entre un 25 y 40% en el 2020 respecto a 1990, para que el calentamiento global no supere los 2 grados centígrados. Advertencia que reza en la lista de recomendaciones de la cumbre de Copenhague, pero nada más.


De acuerdo con las investigaciones de Global Carbon Project, entidad que estará presente en Cancún, Josep Canadell prevé que con un nivel del 3% de crecimiento anual de las emisiones, en menos de 20 años llegaríamos a los dos grados.


Principales países contaminantes
Actualmente, los principales países contaminantes, entre desarrollados y en vía de desarrollo, son China, Estados Unidos, India, Rusia y Japón. Por ello, para Canadell es importante que no solo estén en la mesa de negociaciones las naciones ricas sino también las emergentes.


Los desarrollados -sentencia- contribuyen menos del 40% del total de emisiones, esto quiere decir que si no se establecen políticas climáticas para las economías en vías de desarrollo, como China e India, lo que las ricas hagan tendrá cada vez menos importancia globalmente.


Greenpeace es otro de los organismos no gubernamentales que tendrá delegación en Cancún. Raúl Estrada, vocero de la entidad en México y que integrará la comitiva, señala a este diario que más que estar optimista con la cumbre, Greenpeace busca que no sea una “situación estática”, para así evitar que se siga degradando el planeta, como está ocurriendo con los deshielos que hay en los polos, la desertificación, las sequías prolongadas y las fuertes lluvias.


Es importante -entonces- que las organizaciones civiles y los ciudadanos -precisa- logren que los políticos se vean presionados para que realmente se puedan tomar las acciones necesarias.


El investigador de la Antártida y científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) del Ministerio de Ciencias e Innovación de España, Andrés Barbosa, expone que los polos son los lugares del planeta donde más rápido se están produciendo los efectos del cambio climático. En el caso de la Antártida están circunscritos al área de la Península Antártica, donde la temperatura ha aumentado 0.6ºC en los últimos 50 años.


En los polos -detalla- el paradigma de animal en peligro es el oso polar, que está sufriendo la disminución de hielo, que le sirve para desplazarse en busca de su presa; pero como hay deshielo debe nadar por lo que experimenta un mayor gasto energético.

Fernando Valladares, del Instituto de Recursos Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, añade que la biodiversidad se está viendo afectada de forma significativa por el cambio global. Y hace suyo el pronóstico de las Naciones Unidas al estimar que la tasa de extinción actual de las especies por el calentamiento del planeta es entre 10 y 100 veces más rápida de lo que sería por causas naturales.


Con este panorama, ambos científicos se muestran pesimistas de que se logre un acuerdo vinculante en Cancún, debido a que los países llegan con los deberes a medias a la cumbre, sin políticas ambientales, a lo mejor un poco más avanzados que en Copenhague, pero en todo caso, el encuentro servirá para marcar la senda a seguir en los próximos años.


Los efectos del calentamiento del planeta ya se sienten
Los efectos del cambio climático ya se sienten en Ecuador, donde las heladas, sequías y fuertes inviernos afectan los cultivos, según científicos que realizan monitoreos en diversas zonas del país.


El ecologista e investigador de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Pablo Menéndez, señala que las variaciones climáticas son un fenómeno cada vez más frecuente en el país, que están alterando los ciclos de los cultivos y afectando las cosechas.


Su versión es reafirmada por un estudio de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) sobre las anomalías presentadas durante el primer semestre de 2009, en que se muestran las dificultades que soportaron, por el déficit de precipitaciones, las provincias costeras de Manabí, Guayas y Los Ríos, así como la zona occidental de los Andes, especialmente en Bolívar, Cotopaxi y Chimborazo.


La falta de humedad en el suelo, factor imprescindible para iniciar la siembra, ocasionó que se retrasen los cultivos.


El científico José Luis Santos menciona que todas las regiones del país registran condiciones climáticas alejadas de los niveles promedio. Al citar un ejemplo, precisa que en la Costa antes las lluvias comenzaban en diciembre y terminaban en mayo; pero ahora pueden iniciar en enero, paran y se reanundan al mes siguiente. “El clima es una incertidumbre”, agrega.


La directora nacional de Mitigación del Ministerio del Ambiente, Carolina Borja, también confirma que el país está viviendo patrones climáticos nunca antes vistos. Por ello, resalta que la planificación de los programas de mitigación deben ser una prioridad para reducir el impacto en los sectores más vulnerables.

Fuente: El Telégrafo

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