***SNN
por rubendariobuitron
‘El perfil es el arte de dibujar, con palabras, a una persona”. El concepto pertenece al maestro estadounidense Jon Lee Anderson, un símbolo contemporáneo del periodismo narrativo.
El perfil, como género mediático, “busca que múltiples voces (y visiones) ayuden a descifrar, acercarse y conocer a un personaje”.
Es un equilibrio entre las luces y sombras del ser humano acerca del cual se cuenta su vida.
Se trata también, según el periodista colombiano Danilo Moreno Hernández, de que el perfil se vuelva una herramienta para explorar, a través del protagonista, temas cruciales para el país.
Publicar perfiles (igual que noticias, crónicas, reportajes) es uno de los deberes profesionales y éticos del periodismo.
Y lo es mucho más cuando la sociedad vive etapas de cambio, de transición, de viejas maneras de ejercer poder disfrazándolas de nuevas.
En el contexto local, y desde la propia sociedad, surgen demandas informativas para desarrollar perfiles de los personajes que aparecen como protagonistas de la coyuntura política, económica o social.
Pero sucede que para construir periodísticamente un perfil se requieren testimonios, puntos de vista, opiniones…. Mucha verificación,
contrastración, cruce de datos. Mucha reportería.
Se necesita, además, confrontar versiones, verificar documentos, escuchar diversas percepciones de los hechos en los que ha participado el personaje.
El trabajo que exige un perfil debe ser riguroso, dedicado, prolijo, certero, exacto, profundo, equilibrado, responsable.
Ocurre, sin embargo, que en un país en el que el poder (a veces más, a veces menos) suele tejer un denso velo para generar oscuridad y para que la gente tenga miedo a comprometerse y hablar, se vuelve más complejo hacer un periodismo de calidad.
Las fuentes prefieren callar o miran a otro lado. Quienes tienen algo relevante que decir optan por cerrar la boca.
Datos reveladores del personaje se quedan en el fondo de la memoria de las personas que prefieren el silencio.
¿Eso es normal? Me preguntaba, recientemente, un alumno en un taller de periodismo.
Pensé la respuesta y luego le dije que sí. Que lo inusual fuera que el poder se abriera, fuera transparente, se mostrase tal como es y no tal como quisiera que se lo viese.
Sobre cualquier dificultad que se le presente al periodismo están las ganas, la lucha, el esfuerzo por contar lo que es necesario contar.
Anderson, autor de la más completa biografía del Che Guevara, destaca la necesidad de bloquear la amnesia colectiva.
Y lo dice así: “El periodismo tiene el deber de hacerle saber al lector las dificultades históricas de un país. Un reportero tiene que estar consciente de la dimensión del momento. No hay otra manera de transmitir conciencia social desde lo que uno escribe”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario