La petrolera brasileña Petrobras, que extrae unos 20.000 barriles de crudo en la Amazonía de Ecuador, no ha notificado al Gobierno de Ecuador de su supuesta salida del país, ante un aparente fracaso en la renegociación contractual entre ambas partes.
Varios periódicos ecuatorianos abrieron hoy sus ediciones con la supuesta decisión de Petrobras de preparar la retirada, ante el fracaso en los diálogos con el Ministerio de Recursos Naturales No Renovables para cambiar los antiguos contratos de participación en la renta petrolera por otro convenio de prestación de servicios.
Una fuente de ese Ministerio indicó a Efe que no se había recibido, hasta anoche, ninguna "notificación oficial" sobre la supuesta retirada de Petrobras.
Además, recordó que el próximo martes concluye el plazo para la renegociación.
Sin embargo, el diario El Comercio informó que Petrobras abandonará Ecuador tras fracasar la renegociación del contrato que mantiene desde 1996 para la operación en el denominado Bloque 18 y el campo unificado Palo Azul, en la Amazonía.
Según fuentes cercanas a la negociación citadas por el rotativo, la renegociación habría fracasado por no llegar a acuerdos en torno a la tarifa de pago por el servicio de extracción de crudo, que la compañía consideraría como inadecuado para sus intereses.
Asimismo, la prensa indicó que Petrobras consideraba como insuficientes las garantías de inversión ofrecidas por el Estado ecuatoriano, que se habría negado a un proceso de arbitraje sobre la posible anulación del contrato en el campo Palo Azul, que se sigue en las corte locales.
La negociación forma parte del proceso de transición de los contratos petroleros de la modalidad de participación en la renta petrolera a los de prestación de servicios.
El Estado ecuatoriano acomete esos cambios contractuales por mandato constitucional y por las nuevas reformas a la Ley de Hidrocarburos del país, que ordenó la migración de los contratos de participación hacia los de prestación de servicios con las operadoras privadas.
La renegociación incluye también a la petrolera hispano-argentina Repsol-YPF, la china Andes, la italiana Agip y Petroriental.
En caso de no concretarse acuerdos con las compañías, la Ley de establece que se darán por terminados los contratos y se liquidarán las inversiones de las operadoras.
Hace una semana, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, advirtió que estaba "duro" el proceso de renegociación de los contratos petroleros.
"Está duro" el proceso, pero "aquí no es que vamos a someter al Gobierno y al país a las condiciones de las trasnacionales", dijo entonces Correa al reiterar que "las reglas de juego están propuestas".
"Tómenlo o déjenlo, si no quieren, que les vaya bonito, les pagamos sus inversiones y hasta luego compañeros, lo podemos hacer con Petroecuador y Petroamazonas", las petroleras estatales, dijo el mandatario.
Además, comentó que el proceso está "avanzando, pero falta concretar con algunas empresas que están reacias a firmar el nuevo contrato" de prestación de servicios.
"El 23 vence el plazo: compañía que no ha firmado los nuevos contratos, respetamos aquello, tenga su platita (dinero) por las inversiones realizadas y que les vaya bonito, pero aquí no hay claudicaciones", recalcó Correa.
Actualmente, Ecuador recibe el 65% del beneficio por la venta del petróleo extraído en su territorio por las empresas privadas y con el nuevo contrato pretende elevar ese porcentaje a entre el 85 y el 90%, según el ministro ecuatoriano de Recursos Naturales, Wilson Pástor.
El petróleo es el principal producto de exportación de Ecuador, que con los ingresos por sus ventas financia alrededor del 25% del Presupuesto General del Estado.
Fuente: EFE
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