domingo, 31 de octubre de 2010

Ecuador ya no mira a los cuarteles sino a los tribunales

***SNN
Matías Zibell - BBC Mundo, Ecuador

Tras el levantamiento policial del 30 de septiembre fue reemplazada la cúpula policial de Ecuador.


El 30 de septiembre pasado Ecuador vivió una crisis institucional -originada por una sublevación policial- que tuvo lugar en escenarios tan diversos como cuarteles, puentes, aeropuertos, plazas y hospitales.


En estos últimos 30 días los nuevos escenarios donde se decantan las consecuencias de esa jornada -que dejó muertos, heridos y muchos interrogantes- son dos: los micrófonos y los tribunales.


Ante los micrófonos, el presidente Rafael Correa denuncia un golpe de Estado, un intento de secuestro en su contra acaecido en el Hospital de la Policía y asegura -como lo hizo nuevamente en la cadena radial de este sábado- que no habrá impunidad para los responsables de lo ocurrido.


Sus críticos -entre ellos el ex presidente Lucio Gutiérrez, a quien apuntó ese 30 de septiembre como uno de los responsables detrás del alzamiento- responden que se trató de una sublevación policial nacida de un reclamo salarial y que el mandatario lleva adelante una cacería de brujas.


También opinan, declaran y dictaminan ministros, funcionarios, legisladores, testigos, abogados, fiscales, jueces, detenidos, familiares de los detenidos, familiares de los muertos, periodistas, columnistas y la gente entrevistada por los medios o encuestada en los sondeos.


Pero el escenario donde se dirimirá qué versión triunfa no será la tarima pública sino los tribunales, donde las palabras se transforman en acusaciones, arrestos, absoluciones o condenas.


Las causas
Correa se vio obligado a refugiarse en un hospital durante la sublevación policial.
Fuentes de la unidad de delitos contra la administración pública de la Fiscalía General del Estado le indicaron a BBC Mundo que en este momento existen cinco causas en dicha unidad: una indagación y cuatro instrucciones fiscales.


La indagación -etapa donde no se han formulado cargos- corresponde a la irrupción de civiles en un canal del Estado y por la misma se busca con fines de investigación a Pablo Guerrero, señalado por el gobierno como ex abogado de Lucio Gutiérrez.


Las instrucciones fiscales -donde se da por iniciado el proceso penal- investigan los delitos contra la seguridad interna del Estado, la sublevación policial, la tentativa de asesinato contra el presidente de la República y el caso de la Asamblea Legislativa que ese 30 de septiembre no pudo sesionar.


Por su parte, la unidad de delitos flagrantes investiga la paralización del servicio de transporte público. En este marco está en etapa de indagación la causa por la toma de la pista del Aeropuerto Internacional de Quito por parte de efectivos de la fuerza aérea.


El profesor del Colegio de Jurisprudencia de la Universidad de San Francisco, Farith Simon, dijo a BBC Mundo que todavía es temprano para evaluar qué hipótesis aceptará la Justicia: "Los fiscales pueden acusar pero hay que ver qué aceptan los magistrados".


Para el abogado, si sólo prosperan las causas que condenan la paralización del transporte y la sublevación policial quedaría descartada la idea del golpe; todo lo contrario ocurriría si se producen condenas por levantamiento armado contra el régimen constitucional o intento de magnicidio.


Los indicios
El pasado 15 de octubre miles de ecuatorianos salieron a las calles a mostrar su apoyo a Correa.
El profesor Simon agregó que las actuaciones de la Justicia hasta el momento arrojan algunas pistas.


El hecho de que los fiscales investiguen lo ocurrido en el aeropuerto de la capital implica, por ejemplo, una discrepancia con la postura oficial, ya que el secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, dijo el pasado 21 de octubre que los militares no habían cometido un delito penal.


Según Mera, el transporte no fue interrumpido por los efectivos de la fuerza aérea sino que, cuando estos ocuparon la pista, el servicio ya estaba interrumpido por el abandono de los puestos de migración y narcóticos por parte de la policía.


Pero el profesor Simon señala que el arresto de Fidel Araujo, colaborador del ex presidente Gutiérrez, y en especial la orden del juez de que sea encarcelado por 90 días, sería una pista de que la Justicia "está comprando la versión oficial".


El mayor retirado fue acusado por Correa de actuar dentro del Regimiento de Quito la mañana que el mandatario fue atacado con bombas lacrimógenas. Su caso está en manos del fiscal Miguel Jiménez que investiga los delitos contra la seguridad interna del Estado.


Correa también acusó al coronel de la policía César Carrión, director del Hospital de la Policía durante el 30 de septiembre, de cerrarle las puertas de la institución cuando él salía de ese regimiento con principios de asfixia. Este jueves Carrión recibió también 90 días de arresto.


Procesados y detenidos
Varios policías, incluido el jefe de la escolta de la Asamblea Nacional, están siendo investigados.
Tras el levantamiento policial del 30 de septiembre fue reemplazada la cúpula policial y en las últimas horas una decena de coroneles encargados de las unidades provinciales fueron sancionados por no haber controlado a sus subordinados.


En la causa que lleva adelante el fiscal Jorge Cano por la sublevación policial hay 35 efectivos procesados: 12 están detenidos, 21 tienen que presentarse cada semana ante el juzgado y dos están prófugos.


El caso del coronel Carrión fue adjuntado a la causa que investiga el fiscal Luis Enríquez por tentativa de asesinato contra el mandatario.


Por la misma investigación fueron arrestados los policías que presuntamente dispararon la bomba lacrimógena en el Regimiento Quito e intentaron quitarle la máscara antigás al presidente.


El otro coronel detenido, Rolando Tapia, se desempeñaba como escolta legislativa y está siendo investigado por el fiscal Miguel Jurado que estudia lo ocurrido en la Asamblea Nacional.


En esta misma causa fue detenido Marco Tibán, hermano de Lourdes Tibán, una de las líderes del movimiento indígena Pachakutic, que ha denunciado una persecución en su contra.

Dilma Rousseff se convierte en la primera presidenta de Brasil

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Aos 62 anos de idade, Dilma Vana Rousseff disputou sua primeira eleição – e venceu. A candidata de Lula derrotou, no segundo turno, o tucano José Serra. Da infância em Belo Horizonte ao Palácio do Planalto, Dilma percorreu um caminho que inclui a militância contra a ditadura, cargos públicos no Rio Grande do Sul e o comando da máquina federal no governo petista. Neste especial, saiba mais sobre a vida da primeira mulher eleita presidente do Brasil. Fuente:  GLOBO BRASIL

La candidata Dilma Rousseff encabeza los votos escrutados en las elecciones por la presidencia de la República. (Foto:Efe)

Desde inicio de campaña, la candidata apoyada por el actual mandatario, Luiz Inácio Lula Da Silva, se ventiló como la favorita para el cargo de presidenta. La victoria la convierte en la primera presidenta de Brasil tras 121 años de República.


La economista brasileña, Dilma Rousseff, se convirtió este domingo en la primera mujer electa presidenta de ese país en 121 años de República, al vencer en la segunda vuelta de las elecciones con 55 por ciento de los votos a su rival de derecha, José Serra, que alcanzó 44 por ciento.


Con 96 por ciento de los votos escrutados, la candidata del Partido de los Trabajadores (PT) ganó la contienda al sumar 52 millones 582 mil 366 (55,72%) de sufragios, mientras que Serra obtuvo 42 millones 573 mil 723 (44,28%), según lo publicado por el Tribunal Supremo Electoral en su página web.


El protagonista de la jornada fue el alto nivel de abstención que alcanzó 21 por ciento, cuatro puntos más que la primera vuelta en la que se registró 17,5 por ciento, en un país donde el voto es obligatorio y su falta acarrea sanciones.


Para esta jornada fueron convocados más de 135 millones de brasileños. Se registraron 2,36 por ciento de votos blancos, 4,41 por ciento nulos y 93,23 por ciento válidos.


La nueva mandataria electa recibirá de manos de su antecesor Luiz Inácio Lula Da Silva, la banda presidencial el 1 de enero de 2011.


Rousseff es una economista, nacida en Belo Horizonte, estado de Minas Gerais (sureste), 14 de diciembre de 1947.


En los años 70 fue detenida por su participación activa en movimientos de resistencia en contra de la dictadura. Durante su reclusión fue torturada


Tras largos años de actividad constante en el movimiento estudiantil y militancia radical, se dedicó de manera profesional al área del sector eléctrico en el estado de Rio Grande do Sul, en donde Lula la llama para trabajar en la elaboración del programa energético del entonces candidato.


Al llegar Lula al poder, Rousseff es designada ministra de Minas y Energía a partir del 1 de enero de 2003.


Su cargo, al lado de Lula, fue reconocido por la construcción de plantas hidroeléctricas, centrales térmicas y parques eólicos a lo largo y ancho del país. También impulsó un programa de viviendas y la implementación de proyectos de telecomunicaciones.


El 20 de febrero de 2010 fue proclamada candidata presidencial por el IV Congreso del Partido de los Trabajadores y actualmente es la nueva presidenta de Brasil.

Fuente: TeleSUR

TESTIMONIO DEL 30S...Gustavo Jalk

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Testimonio
El día en que fue una odisea llegar hasta el presidente Correa
El ministro del Interior, Gustavo Jalkh, cuenta cómo su seguridad le salvó el 30 de septiembre, día de descontrol de la Policía.
Foto: Henry Lapo / Expreso
Seguridad. El ministro del Interior, Gustavo Jalkh, comenta que al regresar tras estar en el Hospital de la Policía, los funcionarios brindaron un aplauso a los miembros de su seguridad.

Foto: Expreso
Rescate. El presidente, Rafael Correa, es sacado por miembros del GIR y su seguridad, de la habitación del tercer piso del Hospital de la Policía en el operativo de rescate.

Por: José Hernández
Subdirector regional Quito


Por primera vez desde que nos casamos, María Raquel me esperaba despierta. Nos fundimos en un abrazo largo, muy largo. Ella estaba muy conmovida y había manejado la crisis con enorme serenidad. Me recibió y algo me dio de comer, pues en todo el día solo había tomado un poco de agua en el hospital, en la habitación del Presidente.


María Raquel había salido aquel día antes que yo. Normalmente es al revés. Habíamos desayunado hacia las 07:30 y eran las ocho cuando recibí una llamada del comandante General de Policía. Yo iba a Santo Domingo a la inauguración del nuevo Centro de Rehabilitación Social. De hecho, el Ministro de Justicia estaba allá y Miguel Carvajal estaba en camino. El tono del comandante me hizo pensar que encaraba algo particular. “Ministro, me dijo, me informan que hay una actitud de brazos caídos, en el Regimiento Quito. Mejor dicho, el Regimiento Quito no quiere salir a trabajar”.


- ¿Y por qué?, le pregunté.


- El argumento, me respondió, es que la ley que se aprobó anoche en la Asamblea, les afecta, pero ya les hemos explicado que no es así.


Yo recordé que unos días antes había estado en ese regimiento en una reunión con policías y clases y les había explicado que no había ninguna afectación y que había un cambio de denominaciones: de condecoraciones a compensaciones y que la tropa debía estar tranquila. Hubo aplausos.


- Sin embargo, me dijo el comandante, hay una actitud de brazos caídos y me dirijo hacia allá para hablar. Vamos a ir con los generales para abordar la situación.


- Voy para allá, le dije.


- Espere que yo llegue con los generales, señor ministro, y le informo.


Decidí no ir a Santo Domingo ni a mi despacho y esperar un momento en mi casa e informar al Presidente. Le referí lo que el general Martínez me había dicho, me hizo preguntas similares a las que yo había hecho al comandante y le informé que en cuestión de minutos estaba yo saliendo para el regimiento. Solo estaba esperando la llamada del general.


- Muy bien, me dijo el Presidente, manténme informado y no dejes de ir.


- Por supuesto, le dije, en un momento salgo para allá.


Inmediatamente hablé con el viceministro Edwin Jarrín quien estaba yendo al despacho y decidió dirigirse a mi domicilio. Apenas llegó salimos para el Regimiento Quito. En ese momento serían las 08:30. Desde el auto traté de hablar con el comandante General. En vano. Quizá al tercer intento contestó el teléfono.


- General, le dije, no puedo esperar más y estoy en camino hacia el regimiento.


- Venga Ministro, hemos estado tratando de hablar pero la situación es crítica. Es bueno que venga.


Era evidente que el Comandante de la Policía estaba angustiado. En ese momento recibí la llamada de Galo Mora. “Gustavo, me dijo, el Presidente está en camino”. Entiendo que el Presidente había recibido otras llamadas anunciando que había malestar en Pusuquí, en Tumbaco… De esto específicamente no hemos hablado, pero entiendo que es por eso que él decidió trasladarse al Regimiento Quito. No recuerdo exactamente el nombre de la calle en la cual se encontraron nuestras caravanas, creo que fue en La Gasca, pero ingresamos juntos al cuartel del GOE. Descendimos de los vehículos, saludamos y el Presidente preguntó: ¿aquí es el problema?


- No Presidente, le respondió el comandante del GOE, el mayor Miño. Nosotros estamos trabajando normalmente. El problema es en el Regimiento Quito, que es el edificio contiguo.


- Llévenme donde está el problema, dijo el Presidente, llévenme donde la gente no quiere trabajar.


Ingresé a su vehículo y dimos la vuelta a la manzana. En ese recorrido tan corto, de un par de minutos, recordamos lo que se había hecho en el Gobierno por la Policía. Salarios, bienestar social, vivienda, pases… “De la última institución que hubiera esperado esto -dijo el Presidente- es de la Policía. Con todo lo que hemos trabajado por ella”. Ese rato ya estábamos frente a la puerta del Regimiento Quito.


En realidad, no podíamos esperar eso de la Policía. Una semana antes habían circulado unos pasquines donde se hacía referencia al descontento eventual por las condecoraciones. Días antes se detuvo a algunos policías relacionados con temas de violación de derechos humanos. Había pasquines entonces, y en ellos se insultaba incluso a los comandantes que, según sus autores, los habían abandonado. Recuerdo otro pasquín que aludía a una suerte de pelea interna en inteligencia policial, que se ordenó investigar. Solo los últimos días aparecieron pasquines en los cuales se decía que se les estaba metiendo la mano al bolsillo.


Apenas descendimos del vehículo empezaron a gritar: comunistas, Alfaro Vive, fuera Chávez, chavistas… Nos acercamos a la puerta y se oía a lo lejos que no nos dejaran entrar. El Presidente dijo que veníamos a conversar: “soy, dijo, el Presidente de la República, abran la puerta, vamos a conversar”. Nos acercamos un poco más y en ese momento estallaron bombas lacrimógenas. Los cuerpos de seguridad actuaron de inmediato. A mí me halaron literalmente y me metieron en un patrullero. El Presidente fue llevado a su vehículo y las caravanas se alejaron hacia la Calle San Gabriel. El patrullero en el cual me metieron empezó a acelerar y le ordené frenar. Conociendo al Presidente, sabía que iba a regresar. Había abordado la situación y no iba a irse al palacio. Su vehículo, de hecho, había parado y estaba empezando a dar retro. Nos volvimos a juntar frente a la puerta del Regimiento Quito. De nuevo él ordenó abrir la puerta. “Soy el Presidente de la República, soy el comandante en jefe de esta unidad, abran la puerta”. Hubo forcejeos, empujones, gritos y no sé cómo pero la puerta se abrió y logramos entrar.


Había mucha gente aglomerada, manojo de periodistas, coroneles, una señora, la madre de un policía, con la cual el Presidente habló; la situación era caótica y nuestras seguridades abrían camino. Hubo la intención de que él hablara en el patio, pero era imposible. Había gritos ensordecedores, insultos, empujones… Alguien, no sé quién, pero de la Policía, dijo que había un micrófono y que el Presidente podía hablar desde una ventana del primer piso. Logramos subir. Allí estaban el general Martínez, el general Yépez y también, creo, el general Mantilla.


En su intervención el Presidente repitió algunas de las ideas que me dijo en el carro. Era visible que estaba dolido, sorprendido de lo que estaban haciendo los policías. No he visto los vídeos pero recuerdo que me preguntó cuánto ganaba un policía y recuerdo que cuando la gente gritó “eso lo hizo Lucio”, él se dio la vuelta y me dijo: “Gustavo, ahora entendemos todo”. Cuando él, exasperado, dijo “maten al Presidente pero no destruyan la patria, no destruyan el país”, miré a la gente y por un segundo pensé, aunque no sé si ese verbo es el correcto, que si había un loco, ojalá no fuera a actuar.


Terminada su alocución, fuimos con él hacia una oficina que estaba al fondo del corredor de ese piso administrativo que creo que era del comandante del regimiento. Una oficina más o menos amplia. El Presidente se sentó y yo al lado suyo. El general Ruiz nos explicó que, a pesar de haber informado correctamente, la gente estaba muy confundida. Enseguida llegó el presidente de la Asociación de Suboficiales de Clases y Policías con otras dos personas y charlaron con nosotros en forma muy cordial. El Presidente les preguntó si habían leído la ley y volvió a explicar que no les iba a perjudicar. Se fueron diciendo que lo iban a comunicar.


En ese momento alguien informó al Presidente que había un incidente en el aeropuerto de Quito. Él decidió salir. Le dije que me iba a quedar hablando con las delegaciones y él aprobó. Bajamos al patio donde la situación de convulsión se mantenía. Hubo policías que se acercaron pacíficamente a hablar y el Presidente dialogó con ellos. Pero cuando nos íbamos acercando a la puerta de salida, alguien de la seguridad presidencial dijo que fuéramos hacia atrás porque la puerta estaba bloqueada. Estábamos devolviéndonos cuando recibimos enormes cantidades de gas lacrimógeno. Nuestras seguridades volvieron a actuar según los protocolos, y eso me lo explicaron después: me separaron del Presidente, me halaron hacia atrás del Regimiento Quito y me pusieron una máscara antigás. Cuando se disipó un poco la nube, volví donde estaba el Presidente y pregunté a un miembro de su seguridad por qué estábamos yendo hacia atrás. Un helicóptero vendrá a sacar al Presidente, me dijo. No entendí, cómo podría aterrizar en aquel patio. Lo cierto es que seguíamos retrocediendo con dificultad y que mi seguridad me tenía totalmente rodeado. Recuerdo que el Presidente estaba conversando con dos policías que casi pedían disculpas por todo lo que estaba pasando cuando sentí un fuerte ardor en los ojos. Todo fue muy rápido. Vi un brazo y un chorro que me llegó directamente a los ojos. Era gas pimienta. Casi automáticamente sentí que bombas lacrimógenas reventaron muy cerca de nuestras cabezas. Mis ojos se cerraron y no los pude volver a abrir durante 20 ó 25 minutos. Solo oía voces de mi seguridad que gritaban “sácalo, sácalo”. Sentí que me halaron por el cinturón, me levantaron, casi me elevaron. Mi edecán ya no está a mi lado. Una bomba lacrimógena explotó muy cerca de su rostro y le afectó seriamente su visión.


Solo en ese momento me di cuenta de que la situación era dramática. Con las bombas lacrimógenas se podía pensar que eran gestos de personas desaprensivas, estúpidas y cobardes escondidas en la masa. No sentía un nivel tan fuerte de inseguridad, tan crítico.


Con el chisguetazo en los ojos sentí un ataque dirigido, personal que me dejó neutralizado y en manos de lazarillos a quienes seguía porque reconocía su voz. Ese chisguetazo me desconectó del Presidente. Mi seguridad me llevó, bajando una ladera y unas gradas, al dispensario médico donde estuve unos 40 minutos. Quizá más, pero no sé con exactitud porque ese día perdí realmente la noción del tiempo. Allí me atendieron dos enfermeras o doctoras. Recuerdo a una persona con mandil, decían que era un doctor, que me pedía tomarme una pastilla; un antiestamínico. No la acepté. Sentí desconfianza y por la dimensión que había tomado este evento, entendí que el nivel de inseguridad había aumentado. Incluso las dos enfermeras o doctoras me pedían que no hable por teléfono, que no diga nada para que no se enteren de que estaba ahí.


- ¿Dónde está el Presidente?, les pregunté.


- Lo llevaron al Hospital de la Policía, me respondieron.


Hasta ese momento no había hablado con nadie de mi familia. Pero ese rato envié un mensaje a María Raquel. Un mensaje cariñoso pero no lo suficiente como para inquietarla. “Te quiero mucho, tranquila, no te preocupes, todo está bien”. Como ella me cree todo, pensé que con ese mensaje debía quedarse tranquila.


Recuerdo que llegó un oficial que conozco bien y me dijo que había estado en la Escuela Estado Mayor y venía a ayudar. Estaba de civil y me pidió permanecer ahí mientras veían cómo me podían evacuar. Me pidió no salir ni hacerme notar. Afuera el ruido de las motos era intenso. El capitán Cárdenas, de mi seguridad, también me informó que estaban pensando en la mejor manera de sacarme de allí y me dijo que mi edecán, el mayor Sarabia, salió con el Presidente hacia el hospital donde también lo habían atendido.


Pocos minutos después, me di cuenta de que estaban ahí los seis chicos de mi seguridad; tres de ellos no estaban de turno pero llegaron para protegerme. Me dijeron que me iban a sacar hacia el GOE. Les pedí pasar directamente hacia el hospital, pero me indicaron que el ambiente en el patio era muy peligroso. Me indicaron a quién debía seguir, que no debía mirar hacia atrás y que tendría que trepar por una escalera y saltar del otro lado.


El trayecto duró tres o cuatro minutos. Caminamos en silencio. Dos policías nos vieron, pero no dijeron nada seguramente porque mi equipo de seguridad era de seis y sabían cuál era su misión. Los motociclistas se habían trasladado al patio trasero y estaban rodeando el hospital. En el GOE me explicaron que ellos no estaban sublevados y me llevaron a la oficina de su comandante. De allí no se podía salir e incluso me contaron que los sublevados querían meterse y que ellos no lo iban a permitir. Llamé al Presidente. Me preguntó dónde estaba y me contó que le dolía mucho la rodilla y que lo estaban atendiendo. Le habían puesto suero. Me pidió mantenerme en contacto y le conté que iba a recibir una delegación de sublevados. Él me dijo que iba a hacer lo mismo. Traté de hacer otras llamadas, pero al igual que en el dispensario, no salían. El sistema parecía colapsado. Sin embargo, logré hablar con el coronel Loaiza, quien había tratado de calmar las cosas en Guayaquil.


La llegada del comandante general me sorprendió: llegó golpeado, con manchas de sangre en la camisa. Llegó con el general Ruiz y el Alto Mando.


- Señores, les dije, tienen ustedes que ir a varias unidades a poner orden.


Me informan que algunas de esas unidades se habían movilizado hacia el Regimiento Quito. En eso llegó una delegación de coroneles. Percibí que discutían entre generales y coroneles. No tengo el detalle, pero me llamó poderosamente la atención ver que los coroneles tenían esa actitud con sus generales. Se habló de liderazgo, de relajo. El general Martínez se acercó y me dijo que está dispuesto a renunciar.


- Mire general, le respondí, veamos eso mañana. Ahora tenemos que preocuparnos por la seguridad del Presidente y por la solución de la crisis. Lo vi sensiblemente agobiado. Por cierto, parte de los gritos que se oían cuando llegamos al regimiento en la mañana con el Presidente era “fuera al CG”. Gritaban “comunistas”, pero también “fuera el comandante general”. El general Martínez también me dijo que sabían que los sublevados querían ir a liberar a los policías detenidos por violación de derechos humanos en la Cárcel N. 4. Les dije que tomaran las medidas del caso, que mandaran gente del GOE o del GIR, que no íbamos a permitir que hubiese fugas de las cárceles.


La reunión con la delegación de sublevados fue larga. Cada uno quería hablar, sumar temas y, al final, después de mis explicaciones, uno de ellos dijo:


- Puede ser como usted dice Ministro, pero póngalo por escrito o no salen.


- Parece que usted no conoce, le respondí, que este Gobierno no firma nada bajo presión; más aún en estas condiciones que se están pareciendo a un secuestro.


- No lo ponga en esos términos, me dijo, pero eso tiene que firmarse.


Volví a hablar con asesores y subsecretarios para que tomaran medidas relacionadas con la seguridad en otras ciudades del país. Informé al Presidente que el comandante puso su cargo a disposición y cuál fue mi respuesta. Él aprobó y me dijo, refiriéndose a las delegaciones, que no había que aceptar ninguna presión. El Presidente también me informó que había inseguridad en los medios de comunicación públicos. Precisamente, mi viceministro, quien logró llegar al GOE, me contó que había llamado al Canal Público para que me entrevistaran porque Abdalá Bucaram Puley declaró que me fugué y no estoy en ningún lado… Ese invento también preocupó a María Raquel porque me llamó. Esa fue la segunda vez en el día que hablé con mi esposa.


Apenas terminó la alocución presidencial, que creo que fue la primera, dije al GOE y a mi seguridad que organizaran un operativo para ir donde estaba el Presidente. Justo en ese momento, apareció Carlos Pólit, quien había logrado llegar al GOE con algunos asesores. Me dijo que estaba intentando conectarse con otros jefes de otras instituciones para que hubiera un pronunciamiento institucional.


- Ya tenemos diseñado el operativo de salida, me informó mi edecán, pero no recomiendo ir al Hospital de la Policía. Sé, sin embargo, que tengo que llevarle donde usted ordene.


- Sí, es una orden, le respondí.


- Déme unos minutos, señor Ministro.


Mi edecán volvió, me dijo que estaban listos y me pidió seguir a uno de mi seguridad. Un equipo del GOE nos contactaría más arriba. Caminamos a lo largo de un muro que separa el GOE del regimiento Quito. Es un muro muy estrecho que hay entre la calle y el regimiento. Logramos pasar, subimos y luego descendimos una pequeña ladera que cae sobre el patio del regimiento Quito, muy cerca de la puerta del Hospital de la Policía. Pensé que íbamos a entrar por emergencias, pero me llevaron por atrás a la lavandería porque hubo unos gritos y una alarma. Tuvimos que esperar un rato, metidos en medio de las lavadoras. Allí pensé en mi esposa. Por detrás de las lavanderías fuimos por un camino que se antojó interminable hasta el primer piso. De ahí subimos al tercer piso que yo conocía bien por haber estado internado durante tres días en el feriado del 10 de Agosto. Tuve un problema con el nervio trigémino y dolores tremendos. Incluso saludé con médicos y enfermeras que reconocí. Días antes, además, habíamos hecho una entrega importante de equipos médicos. Pienso que eran las cuatro de la tarde. El Presidente ya había sido cambiado de habitación por motivos de seguridad. Cuando ingresé, él estaba hablando por teléfono con algún presidente. Me hizo un gesto con la mano de bienvenida. Estaba acostado, con el pantalón alzado y por primera vez vi la cicatriz que tiene en la pierna. Es impresionante. La asistente que le hace rehabilitación estaba poniendo hielo en la cicatriz. Se le notaba tranquilo. Me preguntó cómo logré entrar y le conté en forma breve.


Ricardo Patiño había llegado minutos antes. Lucía golpeado, con los ojos rojos tomate por los gases y la cabeza rota. Richard Espinosa llegó disfrazado de doctor. Patricio Rivera, ministro de Finanzas, también llegó, pero él no tuvo que disfrazarse. El Presidente me comentó lo del Canal Público y hablamos de la Policía, del diálogo con las delegaciones, de los juguetes, de las condecoraciones, de los pases, del tema disciplinario, de la auditoría y de los descuentos. Recuerdo que le dijo a su jefe de seguridad que, terminado el tratamiento, nos teníamos que ir. “No nos vamos a quedar aquí, dijo, toda la noche”. El Presidente estuvo en permanente contacto con Javier Ponce, ministro de Defensa.


Me reuní con el comandante general, el general Ruiz, el general Mantilla… Les dije que el tiempo se terminaba y que tenían que despejar abajo a la gente porque de lo contrario ahí, más tarde, habría otras medidas. Hubo más delegaciones con la misma historia, la misma sorpresa, el mismo arrepentimiento… pero abajo la situación no cambiaba.


Hacia las cinco de la tarde, hubo un momento en el cual parecía que todo eso podía tener un final feliz. Cuando supimos que había gente que se disponía a llegar, le dije al general Mantilla que bajara, que dijera a su gente que pararan y que estaba viniendo gente. Que no podía haber enfrentamientos, que dejen que la gente llegue. Desde las ventanas veíamos acercarse ríos de gente. Era conmovedor. El Presidente se incorporó y se acercó a la ventana. Se oía que venían por él, que no se iban a ir sin su Presidente… Pero inmediatamente vimos, con dolor y decepción, cómo fueron atacados con brutalidad, con gases y las motos.


Se entiende que estoy reñido con las horas. Por eso no sé si fue hacia las seis, o un poco más tarde, cuando el general Ruiz subió y me dijo: “Ministro, la gente dice que van a cantar el Himno de la Policía y van a hacer una calle de honor para el Presidente”.


- Confirme, le dije, que sea una calle de honor.


Me asomé a la ventana y vi fue un corredor de gente, enmascarados, unos uniformados, otros civiles, algunos en moto. La curva, por razones obvias, debía ir hacia abajo para que el Presidente se juntara con la gente de Alianza PAIS. Pero ellos la estaban haciendo hacia arriba.


Los generales Ruiz y Mantilla volvieron diciendo que sí se trataba de una calle de honor. “Eso es una emboscada”, les dije. La seguridad ya nos había dicho que por la radio de la Policía estaban diciendo “maten al Presidente”. Inteligencia nos había informado que había francotiradores apostados en los edificios aledaños. En ese momento ya estaba en marcha el operativo para rescatar al Presidente.


- Señores generales, dije a Mantilla y a Ruiz, bajen y digan que no hay calle de honor, que se formen al frente, que regresen al cuartel. Volvieron. Dijeron lo mismo: que esa era la calle de honor y que debía ir hacia arriba. Por la ventana vimos que el GIR trataba de despejar la vía. Creo que ellos, sabiendo que había un operativo de rescate militar en marcha, trataron de hacerlo primero. Llegaron formando un escuadrón tipo romano. Con escudos en frente y formados en líneas. Pero no lograron acercarse hasta la puerta. También ellos fueron reprimidos brutalmente y se replegaron sin usar la violencia. Entonces ingresaron al patio de la Policía a través de una malla y ese dato es importante porque luego hicieron parte del operativo de rescate del Presidente. El tiempo pasaba y para entonces dependíamos de que alguien del equipo de seguridad del Presidente nos dijera qué hacer: los operativos de rescate estaban lanzados.


- Están por llegar, anunció el jefe de seguridad del Presidente. Tenemos que actuar ahora. ¡Es ahora!


La tensión subió. Se apagaron las luces mientras ponían al Presidente en una silla de ruedas. Le di la mano y le dije que todo iba a salir bien. Los dos nos dimos una palabra mutua de ánimo, justo antes de salir al corredor plagado de gente de seguridad. Pero la situación era preocupante. Se escucharon los primeros disparos mientras el mayor Miño, jefe del GOE, le daba el casco y la máscara antigás al Presidente. El chaleco ya lo portaba. Salió el Presidente en la silla de ruedas, rodeado por la seguridad. Atrás iba yo y a los lados Richard Espinosa y Patricio Rivera. Salimos hacia el corredor donde están los ascensores y ahí había muchos periodistas. Se abrieron las puertas y me llamó la atención la terrible cantidad de gas lacrimógeno.


El Presidente fue alejado con mayor rapidez. La oscuridad era total y el gas sofocante. En esos momentos alguien gritó que me dieran una máscara. Me detuve para tratar de ponérmela, sin éxito. Alguien me haló del brazo y me llevó hacia arriba, hacia el auditorio del cuarto piso. Allí pasé un buen rato tosiendo por la cantidad de gas. En la oscuridad divisé muchos cuerpos de periodistas tendidos en el piso. Alguien rezaba. Alguien gritaba, ¡al piso, al piso! Afuera la balacera era tremenda. Yo pregunté si allí había ministros. Me dijeron que estaba el de Finanzas. Pregunté por el Presidente y me dijeron que no lo habían sacado y que estaba en neonatología. La seguridad me puso entre dos hileras de sillas. Empecé a escribir mensajes a mi familia. Con mi esposa entrecrucé algunos. Pensé que no había hablado con mi madre y que no lo había hecho a propósito, pero sí le había enviado mensajes con mi esposa o con mi hermana. Afligido, porque se estaban disparando entre ecuatorianos, pensé en mi padre, en mi santo, San Charbel, que es libanés, y le mandé un mensaje a mi esposa : “Lo mejor que he hecho es casarme contigo”. Tenía temor de que eso la preocupara. No recé, no pedí nada a pesar de que soy muy católico, de misa cada semana. Había muchos mensajes en mi celular. Unos contesté, otros no.


Amainó la balacera. Pregunté al capitán Cárdenas si el Presidente había salido y me dijo que sí, que estaba camino a Carondelet. Sentí un gran alivio y me incorporé. Me gritaron que no lo hiciera. La balacera continuó un poco más y luego me senté en el estrado del auditorio. Entonces prepararon el operativo para el ministro de Finanzas y para mí; los únicos funcionarios que quedábamos. Antes, hubo vidrios que se rompieron en el cuarto piso y alguien preguntó si allí había ministros. Alguien dijo que no y nunca sabré con qué intención se hizo la pregunta. Mientras los periodistas me entrevistaban, el capitán Cárdenas me hizo poner un chaleco antibalas blanco. Alguien me dio una chompa amplia roja para cubrirlo.


El capitán me dijo que íbamos a salir por el mismo camino que habíamos entrado. En el tercer piso no había nadie. En el primer piso, un camarógrafo me reconoció y comenzó a seguirnos. Sentí la luz de la cámara en la nuca hasta la lavandería. Siete personas de la seguridad me protegían. La oscuridad y el piso mojado dificultaban el avance. Cuando volvimos a la pequeña ladera que está dentro del regimiento hubo de nuevo disparos. Le pregunté a mi edecán para quién eran esas balas. Para nosotros, ministro, me respondió y me invitó a seguir. Llegamos al GOE sin que me hubiera percatado. Allí estaba el mayor Miño con la gente que había participado en el rescate del Presidente. Estaban muy golpeados y me dijo que había muchos heridos y alguien del GIR muerto. El mayor Sarabia me informó que nos habían prestado un Vitara blanco y que todo estaba listo para salir. En el camino vimos escombros, llantas quemadas, pedazos de madera… Cuando nos acercábamos al centro de Quito empecé a mandar mensajes de que al fin había salido. Por un momento pensé ir a ver a mi esposa, pero seguimos hacia la Presidencia. Llegué al palacio por el lado del Ministerio de Gobierno y allí estaba mi equipo. Mi facha no era la habitual: tenía la cara hinchada por los gases, la camisa por fuera del chaleco... Les pedí esperarme porque debía ir a ver al Presidente. Lo encontré en la oficina contigua a su despacho preparando su intervención a la nación. Se levantó, me dijo: “Qué bueno verte bien”. Le respondí algo parecido y nos dimos un abrazo. Me acuerdo que me dijo: “No nos engañemos, esto no es ninguna demanda salarial. Nadie dispara al Presidente o al Ministro para pedir condecoraciones. Es absurdo”. El Presidente se quedó preparando unas ideas para su intervención mientras algunos nos dirigimos al salón Amarillo para hacer una declaración. Enseguida fui al Ministerio, agradecí a mi equipo de trabajo y pedí un aplauso para el personal de mi seguridad. Ellos me salvaron la vida.


De regreso a casa, hacia la 01:30 del viernes, pensé en el momento en que escribí a María Raquel que lo mejor que había hecho en mi vida era casarme con ella. Recordé que mientras le escribía se me había hecho un nudo en la garganta. Me vi tirado en el piso, oyendo la balacera y pensando en la posibilidad de morir. Pensé en las ganas que tenía de volver a verla.

La Policía da recomendaciones a conductores para este feriado

***SNN

QUITO.- Hoy, en el primer día de feriado, la Dirección Nacional de Tránsito de la Policía reitera a los ciudadanos que van de viaje, en sus autos, tomar las siguientes precauciones para evitar accidentes en las carreteras:


-Realizar el chequeo respectivo del automotor así se vaya a realizar un viaje corto.


-Manejar a la defensiva.


-Llevar un botiquín de primeros auxilios.


-Utilizar el cinturón de seguridad.


-Llevar licencia y matrícula.


-No ingerir bebidas alcohólicas.


-Descansar antes de emprender el viaje.


-No conducir a alta velocidad.


-Informarse sobre el estado de las carreteras.


-Solicitar ayuda a los policías que estarán desplegados en las vías.


La Dirección de Tránsito también recordó que se controlará la velocidad de los automotores en las carreteras con pistolas láser y que el 2 de noviembre habrá un operativo especial en los alrededores de los cementerios. Las vías aledañas a los campos santos se cerrarán a la circulación para convertirlos en estacionamientos.


Para este operativo se desplegarán 15 mil policías que estarán activos a nivel nacional, como parte del operativo para los cuatro días de feriado que se inicia hoy.

CONDICIONES DEL MAR EN LA COSTA CONTINENTAL E INSULAR DURANTE EL FERIADO

***SNN

El Instituto Oceanográfico de la Armada en su permanente monitoreo de las condiciones oceanográficas informa a la ciudadanía que para el próximo feriado, se esperan olas provenientes del suroeste, lo que ocasionará que el mar en la costa continental e insular se presente un poco agitado, especialmente el 1 y 2 de noviembre, con olas entre 2 y 3 m. La altura empezará a decaer en los dos días siguientes. Este comportamiento se considera normal para la época.


Se recuerda a la población la necesidad de mantenerse en la zona señalizada para bañistas, y no ingresar al mar sin dar aviso a alguien, así en caso de ser arrastrado por una corriente, podrá ser auxiliado rápidamente.


CONDICIONES METEOROLÓGICAS


REGIÓN NORTE (Esmeraldas)
Cielo nublado con claros ocasionales. Temperaturas: Mínima 22°C y máxima 29°C.


REGIÓN CENTRAL (Manabí)
Cielo parcialmente nublado. Temperaturas: Mínima 21°C y máxima 29°C


REGIÓN CENTRO SUR (Península de Santa Elena)
Cielo parcialmente nublado. Temperaturas: Mínima 20°C y máxima 26°C.

REGIÓN SUR (Guayas y El Oro)
Guayaquil.- Cielo nublado variando a parcial nublado. Temperaturas: Mínima 22°C y máxima 28°C.


Puerto Bolívar.- Cielo parcialmente nublado variando a nublado. Temperaturas: Mínima 20°C y máxima 27°C.


GALÁPAGOS.- Cielo nublado variando a parcial nublado. Temperaturas: Mínima 20°C y máxima 26°C.

GUAYAQUILEÑO PRIMERO EN PASAR PUENTE BAHÍA - SAN VICENTE

***SNN
El Puente Bahía-San Vicente se abrió al público a las 06:00 de la mañana


Bahía de Caráquez (Manabí).- Dos delegaciones ciudadanas se encontraron en medio del Puente “Los Caras”, que une Bahía-San Vicente, como símbolo de hermandad entre las dos localidades que hoy vieron cumplirse un sueño anhelado por alrededor de 50 años.


Se trató de una fiesta que inició desde las 06:00 de la mañana, donde se abrió hoy a la circulación de vehículos.


Encabezados por algunos actores sociales, las muchedumbres pudieron festejar en medio del puente de 2 Kilómetros de extensión, el histórico encuentro de los manabitas que esperaron por décadas una obra de esta magnitud.


Muy temprano en la mañana, en el lado de Bahía, David Vargas, guayaquileño de 34 años, fue el primer en alistarse a cruzar en su vehículo por la mega obra que tiene un costo de 102 millones 88 mil dólares y una dimensión de 1.980 metros de longitud, medidos entre el estribo de Bahía y de San Vicente.


“Desde las dos y media de la mañana estamos aquí y nos vamos a Canoa hasta el día miércoles (…) realmente es histórico”, dijo Vargas, al ser abordado por El Ciudadano.


En la construcción colaboraron 700 miembros del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, mientras que de forma indirecta lo hicieron 1.500 personas, para construir dicha obra que cuenta con un ancho de 13.20 metros y lo sostienen 334 pilotes, lo componen dos carriles de circulación, dos espaldones de seguridad, una vía ciclopaseo peatonal y otros beneficios como balcones turísticos.


Cuenta además con aisladores sísmicos de triple fricción que aminoran el efecto telúrico.


Esta es la obra de ingeniería más importante de la provincia y una de las más importantes del Ecuador. Será inaugurada por el Presidente de la República, Rafael Correa, el miércoles 3 de noviembre.
El Ciudadano

El puente es un puntal para el desarrollo en el norte de Manabí
Ecuador | domingo 31/10/2010 La hora y media que debía esperar Fulton Rivera para cruzar una sola vez el estuario del río Chone, que une a Bahía de Caráquez con San Vicente, generaba una serie de perjuicios a su labor cotidiana.


Una y otra vez repetía esa rutina debía para asegurarse de que su vehículo tuviera un lugar en la gabarra (que se utilizaba para transportar carros en el río) para regresar a su hogar a las 18:00.


Cuando Rivera se cansaba de esperar, optaba por emplear la panga (transporte fluvial) en el muelle de Bahía para llegar a San Vicente, en ocho minutos. Luego fletaba un carro o una tricimoto para llegar al trabajo, a 8 kilómetros de la orilla.


Esa realidad también era vivida por más de 4 000 personas que utilizaban diariamente el transporte fluvial, como estudiantes, campesinos, comerciantes, empleados y turistas.


En cambio, Bahía se beneficiaba con los turistas, que no querían esperar la gabarra ni usar las pangas. Eso facilitó que las inversiones hoteleras aumentaran a lo largo de esa playa. Los 11 hoteles, hosterías, hostales y cabañas de primera categoría se ubican en el balneario de Bahía, mientras que los de segunda y tercera categorías se levantan en las playas de en San Vicente, Canoa, San Jacinto y San Clemente.


Ahora Rivera alista su nuevo itinerario de labores. Ya no esperará tanto tiempo para llegar a San Vicente porque utilizará el nuevo puente sobre el estuario del río Chone, que se abre hoy, a las 06:00, a la circulación vehicular.


El puente tiene 1 980 metros de largo y costó USD 102 millones. Esto facilitará la comunicación entre los dos cantones manabitas que por 54 años lo anhelaron. Los usuarios solo tardarán menos de cinco minutos en vehículo para llegar a su destino. Si se dirigen al balneario de Canoa, el tiempo será de 20 minutos, pues la carretera es de hormigón y tiene cuatro carriles.


Esa expectativa también tienen los dueños de restaurantes, hostales, así como los agricultores y comerciantes de San Vicente y sus alrededores. Planifican sus nuevas inversiones para ampliar y construir más locales turísticos, pero de primera categoría.


Solo entre Punta Napo, Briceño y Canoa existen 500 hectáreas frente al mar y que se convierten potencialmente en el nuevo polo de desarrollo. Además, el Municipio de San Vicente expandió como zona urbana 160 hectáreas para el norte de la ciudad donde se construirán viviendas, hostales, departamentos con una visión turística.


Hace seis meses los programas habitacionales y las inversiones inmobiliarias empezaron a consolidarse. Letreros como ‘construya su casa de playa con nosotros’, ‘lotización Mar Azul’, ‘terrenos de venta’ y ‘habitaciones de alquiler’, aparecen entre la vía San Vicente-Canoa-Jama.


Juan Carlos Risco, dueño de un pequeño restaurante en la playa Briceño, espera con ansiedad la inauguración del puente. “Esa es la mejor oportunidad que hay para impulsar los negocios ya que habrá más turistas en la zona. Antes se quedaban en Bahía, pero ahora vendrán a cualquier hora y no esperarán la gabarra”.


Risco espera invertir USD 5 000 en la ampliación de su restaurante. “Desde el terremoto de 1997 se declaró a la zona como riesgosa y nadie quería invertir y peor construir. Los bancos no daban créditos ni con las escrituras de garantía, pero ahora ya son tierras productivas y hay obras que garantizan la seguridad a lo largo de toda la región”.


La playa Briceño solo cuenta con 20 cabañas de madera en la playa que son administradas por 30 familias. Según Risco, la mayoría de la población se fue montaña adentro por el terremoto. “Antes, el metro cuadrado de terreno costaba USD 6 y nadie compraba. Ahora ya se cotiza en USD 35 y todos quieren comprar para construir negocios”.


Pero la inversión también beneficia a Bahía. Luigi Rivero, jefe de Turismo del Municipio de Sucre (Bahía), cuenta que ya hay tres proyectos inmobiliarios para el sector turístico que se construyen en la ciudad. Dos de ellos son Ocean Beach Tañer y Bahía Tenis Club, que ofrecerán departamentos para turistas. “Son inversiones que aumentarán más con la operación del puente. Eso multiplicará el número de turistas que llega a Bahía”.


En temporada alta y de feriado la ciudad recibe hasta 16 000 turistas y se calcula que en las nuevas temporadas puedan aumentar hasta tres veces ese número.
Aunque todos los habitantes se alegran por el puente, hay sectores que ven con preocupación su futuro económico. Entre ellos, los dueños de las pangas, los triciclos y los pequeños restaurantes. “Ahora los turistas querrán irse a San Vicente y Bahía, solo será un lugar de paso. La competencia es buena y positiva pero necesitamos apoyo para sobrevivir”, explica Antonio Cedeño.


Rivero asegura que los municipios elaboran proyectos para que todos se mantengan en sus negocios o realicen otras actividades relacionadas con el turismo.


La economía local se mueve con cuatro sectores
La producción de maracuyá, el turismo, la ganadería y la cría de camarones son las principales actividades económicas que demandan el 90% de la mano de obra y mueven los negocios de Bahía y San Vicente.


Aunque no hay cifras que revelen el peso económico de cada sector, sus ingresos son clave para los habitantes. Por ejemplo, en la zona de San Vicente hay una producción de 200 000 kilos de maracuyá semanal y una extensión de 2 500 hectáreas de camarón.


Miguel Cedeño, pescador artesanal, dice que también es buena la producción de camarón de arrastre (capturado en el mar). “Con este puente los precios mejorarán porque vendrá mas gente a comprar y subirá el precio”.


Así también la maracuyá que actualmente se paga 12 centavos de dólar por kilo en el campo. “Como no hay competencia pagan lo que quieran los intermediarios para luego venderla en 40 y 45 centavos el kilo en las industrias”, explica Eloy Andrade, de la comuna Valle de Hacha, a 30 kilómetros de Canoa, donde existen más de 100 hectáreas de este cultivo. Ahí también se produce el haba manabita pero se comercializa a USD 35 la saca.


Andrade sostuvo que con la apertura del puente vendrán compradores de otros lados como Portoviejo, Guayaquil, entre otras ciudades. “El precio ideal para los agricultores es de 25 centavos por kilo ya que permite recuperar los costos de producción y tener una ganancia”.


Los cultivos de ciclo corto también aumentan en la zona. Los lugares turísticos dinamizan los negocios. En la lista están la isla Corazón, playas Los Perales, Punta Napo, Isla de los Pájaros, río Muchacho y otros sitios donde también se explota la agricultura y los deportes acuáticos.


Entrevista
Humberto García Farina
Alcalde de San Vicente
‘Se darán todas las facilidades para invertir’


¿Cuáles son los proyectos que más se dinamizan con el nuevo puente?
En carpeta están tres proyectos de urbanización en una zona donde hay playa y terrenos vírgenes. Un proyecto es para levantar 350 viviendas para las clases media y baja. La mayoría de inversionistas es extranjera.


¿Los proyectos inmobiliarios que despeguen tendrán apertura jurídica?
Bastante. Hay una alta probabilidad que empresarios de Emiratos Árabes vengan a invertir USD 300 millones en Punta Napo y Briceño. Ellos me piden toda la apertura jurídica necesaria para venir y se encargarían también de los temas de alcantarillado, agua potable y alumbrado..


Y qué facilidades darían...
Todas las facilidades jurídicas y no ponerles trabas.


¿Que más proyectos se dinamizarán en la zona?
El Gobierno quiere potencializar el aeropuerto Los Perales y va a realizar una inversión de USD 3,5 millones para hacer vuelos frecuentes ya que esta zona está integrada por siete cantones que suman 500 000 personas. Así ya no tendrán que viajar horas para ir a Manta o Portoviejo para coger un vuelo a Quito o Guayaquil.


¿Qué pasará con los trabajadores de las pangas que ya no tendrán pasajeros?
Tendrán que ser capacitados para que ofrezcan viajes y paseos turísticos a los sitios más hermosos de la zona. Los pescadores artesanales, ganaderos y agricultores también deberán participar en el turismo para que tengan más negocios e ingresos.


¿Van a competir con Bahía en el sector turístico ?
No, porque somos la gran ciudad de las dos caras. La idea es conformar un eje turístico que incluya a las dos ciudades.

Brasil elige a su nueva(o) presidenta(e)

***SNN

Esta vez los brasileños tienen nada más dos opciones: Dilma Rousseff y José Serra.


La primera vuelta de las elecciones, a inicios de mes, transcurrió sin incidentes.


La sucesión de Luiz Inácio Lula da Silva en la presidencia de Brasil se define en estos momentos en los que ya se han activado las más de 400.000 urnas electrónicas acondicionadas para la segunda vuelta de las elecciones.


Más de 135 millones de brasileños están llamados -por ley- a elegir entre Dilma Rousseff, del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), y José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB); los dos candidatos que recibieron más votos durante la primera vuelta.


De quedarse con la victoria que le anticipan las encuestas, Rousseff se convertirá en la primera mujer en llegar a la presidencia del país más populoso de América Latina


La ex jefa de gabinete de Lula da Silva –quien el pasado 3 de octubre no consiguió evitar el balotaje al obtener un 46,9% de los sufragios, por 32,6% para Serra- promete continuar con las principales políticas del presidente saliente, quien se apresta a dejar el palacio de Planalto en medio de astronómicas niveles de popularidad que rondan el 80%.


Aunque, curiosamente, lo mismo también promete Serra, un profesor de economía de 68 años que fue gobernador del estado de Sao Paulo y ministro del gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).


Obligación constitucional
Los centros de votación comenzaron su jornada a las 08:00 horas hora local (10:00 GMT para las zonas de Brasil más cercanas al meridiano de Greenwich) y permanecerán abiertos hasta las 17:00 horas.


BRASIL Y EL VOTO ELECTRÓNICO
•El sistema comenzó a utilizarse en 1996.
•Desde 2002 cubre al 100% de los votantes.
•Se trata de "cajas" con una pequeña pantalla y un teclado numérico en el que se marcan los números asignados a los candidatos.
•Una vez que los votantes ingresan la cifra correspondiente, en el visor aparece la imagen del político y sólo resta presionar la tecla "confirmar".
•Los datos de todas las urnas electrónicas son transmitidos a tribunales electorales regionales a través de una red informática que supuestamente no permite interferencias.
•El sistema permite que los resultados de las elecciones se conozcan pocas horas después del cierre de los comicios.
•Durante la primera vuelta de los comicios del 2010 más de un millón de brasileños probaron un nuevo aparato que reconoce al votante por sus huellas digitales, lo que según el Tribunal Superior Electoral dificulta el fraude electoral.


En este gigantesco país de más de 190 millones de habitantes y tres diferentes usos horarios, eso significa que los últimos votos estarán siendo registrados a las 21:00 GMT.


Desde el año 1996, sin embargo, Brasil utiliza un sistema electrónico de votación que garantiza una rápida y precisa publicación de los resultados finales.


Según la legislación brasileña, el voto es obligatorio para todas las personas mayores de 18 años, con la excepción de los analfabetos y los mayores de 70, para quienes el sufragio es voluntario.


El derecho también puede ser ejercido voluntariamente por las personas que tienen entre 16 y 18 años.


A pesar de ello durante la primera vuelta la abstención superó el 18%, lo que significa que unos 24 millones de brasileños optaron por no votar en unos comicios en los que además tenían que elegir a sus gobernadores y diputados estatales, sus diputados federales y dos tercios de los escaños del Senado.


En esta ocasión la oferta es mucho menos amplia: o Dilma -como se conoce popularmente a Rousseff- o Serra (además de algunas gobernaturas que tampoco se definieron en la primera vuelta).


La decisión, sin embargo, reviste una gran importancia: a quién cederle las riendas de la mayor economía de la región.


Y todo parece indicar que, para los votantes, la propuesta económica de los candidatos será de hecho lo más importante al momento de tomar una decisión.

Fuente: BBC

sábado, 30 de octubre de 2010

Turistas disfrutarán de 6 días de feriado en Manta

***SNN
Un operativo de seguridad por aire, mar y tierra desplegarán las autoridades para salvaguardar la integridad de los que visiten el principal puerto manabita.

Foto: Dayse Pico/Expreso
Seguridad. Desde ayer comenzaron a llegar turistas nacionales y extranjeros para disfrutar del sol en medio de operativos de seguridad.


Los guayaquileños que se desplacen a Manta podrán disfrutar de un día más de fiesta en este largo asueto. El 4 de noviembre el principal puerto manabita celebra 88 años de cantonización y ha preparado una atractiva agenda para recibir a los turistas que inicia hoy, a las 20:00, en la Playa del Murciélago, con un show artístico en el que actuarán los hermanos Miño Naranjo.


Mañana, desde las 07:30, comienza la competencia atlética “La Ruta del Alfaro”. También la inauguración del torneo infanto-juvenil, Manta Internacional.


Para las 21:00 del lunes, en la Plaza Cívica, está prevista la elección de la reina con la participación de 16 candidatas, evento que estará animado por Érika Vélez.


Mientras que el 3 de noviembre, a las 20:30, será el “Maleconazo”, con la actuación de cinco orquestas, organizado por el Municipio.
Foto: blog dialogoconjoselias
Las festividades concluyen el próximo jueves 4, con el desfile cívico-militar y la sesión solemne, en la que el Cabildo entregará reconocimientos a once personas por sus destacadas actividades.


Operativo de seguridad
La Policía desplegará desde hoy a decenas de efectivos en las playas, plazas, centros comerciales y sitios donde se desarrollan eventos.


La Marina también reforzará el control en el mar con sus lanchas rápidas, mientras que desde el aire, dos helicópteros, uno de la Policía y otro de la Marina, apoyarán la vigilancia. Los 14 balnearios contarán con salvavidas ante eventuales emergencias.


Las autoridades contemplan este plan de seguridad inmediato para los visitantes, pero pretenden ampliarlo a largo plazo, ya que en la ciudad se desarrollarán varios eventos internacionales en diciembre y el próximo año.


Las labores las complementan con la capacitación de empresarios, comerciantes, hoteleros y estudiantes para evitar que sean víctimas de la delincuencia.


Para ello el Grupo de Intervención y Rescate (GIR) dictará las normas de seguridad.


“Queremos que la ciudadanía tenga un conocimiento de seguridad, especialmente los empresarios que pueden ser víctimas de secuestros”, expresó el mayor Rodrigo Braganza, comandante del GIR.


El coronel Édwin Gómez, jefe cantonal de la Policía, descartó que en la ciudad haya una inseguridad generalizada y explicó que los hechos de sangre registrados son por rencillas entre bandas. La mayoría de las víctimas, según Gómez, tenían antecedentes penales.


Por su parte, Pedro Vallejo, representante de la Cámara de Industrias del puerto manabita, criticó a la que califica de una campaña injusta para señalar a Manta como una ciudad peligrosa. (DPC)
Fuente: DIARIO EXPRESO

“Ponle cianuro a ese hp (Correa) para que se muera rápido”

***SNN

“Ponle cianuro a ese hp (Correa) para que se muera rápido” , habría dicho el ex director del Hospital de la Policía, afirma testigo


César Carrón, ex director del Hospital de la Policía, sostiene que el presidente Correa nunca estuvo secuestrado y que, por el contrario, se le brindaron todas las atenciones


QUITO.- Holger Guerrero, periodista de Canal UNO reveló la reprochable actuación del destituido director del Hospital de la Policía, César Carrión, el pasado 30 de septiembre, en momentos en que el presidente de la República, Rafael Correa, estuvo secuestrado. Audio:


Carrión –quien no tiene el título de médico sino un grado de teniente coronel de la Policía, fue detenido el jueves por presunta tentativa de asesinato contra el Primer Mandatario.


El 30 de septiembre, Guerrero, quien ejerce su profesión desde hace 26 años, logró ingresar hasta el 3º piso del hospital de la Policía –donde estaba el mandatario- aproximadamente a las 14:30.


En diálogo con ANDES relata que vio a Carrión –en ese momento no sabía que se trataba del director del hospital- quien vestía un mandil y en una actitud prepotente arengaba a los uniformados y al personal de médicos y enfermeras a que se sumen a la protesta contra Correa.


“Mientras estábamos seis civiles allí, el resto nos quedaba viendo mal, especialmente médicos, enfermeras, yo escuchaba, de este que hoy sé que es el director del hospital, que se largue este cabrón de Correa, todos estos son una mierda, que se larguen estos esbirros”, contó.


Refirió que más tarde, a las 16:30, Carrión mencionó entre risas: “ponle cianuro a este hijo de puta para que se muera rápido”. “Eso dijo y se reían”, sostiene el periodista Guerrero.


A las 18:30, Carrión apagó las luces del hall y ante sus reclamos, dijo el testigo, el destituido director reaccionó violentamente y, junto a otro médico, intentó agredirlo.


“Yo soy testigo de que él trataba de arengar al resto de doctores, se acercaba al resto de doctores, de enfermeras, para que se manifestara en contra del presidente de la República. A cada momento vociferaba y cuando llegó la noche decía: que se larguen, ustedes provocaron todo esto”, señala el comunicador.


Holger Guerrero fue testigo de las comunicaciones de las radio patrulla de la Policía en las que se menciona que iban a exterminar a todos los que se encontraban en el tercer piso.


Asimismo observó que había policías que disparaban a la parte de abajo del hospital.


Aunque no puede asegurar si el blanco de éstos eran los uniformados que preparaban el operativo de rescate del Presidente Correa.


Ayer, viernes, el auto del periodista, quien es divorciado, padre de dos hijas, sufrió la embestida de un auto Mitsubishi 4×4, de placas PYM616, color blanco, “que apareció de la nada”, desde el cual le gritaron: hijo de puta te voy a matar.


El antecedente de este hecho es un comentario que Guerrero realizó en Canal UNO, en el que criticaba a Carrión porque aducía no haber hecho nada contra el presidente.


El comunicador reconoce que al hacer público su testimonio, el cual declarará bajo juramento en la Fiscalía, va a recibir críticas de la prensa que en los últimos días a tratado de posicionar la idea de que el 30 de septiembre no pasó nada.


“Yo llevo 26 años de periodismo y no me voy a estar prestando para absolutamente nada. Lo que he dicho ayer lo mantengo y lo mantendré hasta el final de mis días”, recalcó.


Dijo que, más que por su vida, teme por la integridad de su familia: sus dos hijas (de 15 y otra que va a cumplir 2), por su ex esposa, por su actual pareja, su madre, sus hermanos y sus sobrinos, “porque soy muy pegado a mi familia”.


Guerrero, quien acredita una vasta experiencia en la profesión, precisa que más que las palabras hay que ceñirse a los hechos.


En este contexto, se pregunta qué era lo que pretendía Carrión cuando les dijo a los periodistas que estaban en el sitio que se larguen de allí.


“¿Qué era lo que pretendía? ¿Nosotros podíamos haber salido, igual con uniformados que estaban armados en la parte de bajo? ¡Nos mataban! ¿Hacia dónde nos querían enviar, hacia dónde querían botar al presidente de la República? ¿Eso acaso no es un secuestro?”, señala.
Fuente: ANDES