Dolor en el entierro de uno de los mineros atrapados en Portovelo

***SNN

Walter Vera fue enterrado hoy en el cementerio general de Zaruma. Ayer sus restos y los de Paúl Aguirre fueron encontrados. Hoy seguían las tareas de rescate de los otros 2 mineros. Foto: EL COMERCIO


Tragedia
12:24 - domingo 17/10/2010 El operativo montado para rescatar a dos de los cuatro mineros que aún permanecen atrapados en la mina Casa Negra, en Portovelo, en el suroeste de El Oro, continúa.


Las labores se intensificaron a medida que las esperanzas de recuperar a los siniestrados con vida parecen diluirse con forme trascurre el tiempo.


El desplome de una galería subterránea, debido a filtraciones de agua, se produjo a las 03:00 del pasado viernes, y hasta esta mañana se desconocía la situación de los dos mineros que no han podido ser liberados de la mina derrumbada.


El zarumeño Ángel Vera Pacheco, de 21 años, y Pedro Mendoza, de 28 y oriundo de Balzar (Guayas) estarían alojados en una pequeña cámara, lejos de donde se halló los cuerpos de sus compañeros, que se produjo a las 13:00 de ayer. A las 15:30 el Comité de Crisis confirmó los decesos.


Walter Vera, de 31 años y hermano mayor de Ángel, y el peruano Paúl Aguirre, de 21 años, murieron por asfixia, al faltarles la provisión de oxígeno. Ellos se hallaban más cerca del lugar donde se desplomó la galería, según las primeras versiones de los rescatistas.


Aguirre, quien vivía en Portovelo, en un barrio marginal colonizado por obreros mineros peruanos, trabajaba desde hace tres meses en el campamento donde se registró el accidente, según mencionaron sus vecinos.


Sus restos fueron retirados de la morgue del cementerio de Zaruma a las 23:00 de ayer, trasladados luego a Machala para los trámites de repatriación y llevados esta mañana hasta Piura, de donde era oriundo el minero.


El cuerpo de Walter Aguirre fue velado hasta las 10:00 de hoy en su vivienda, en el barrio San Juan Bosco, en Zaruma.


Media hora después el cortejo fúnebre recorrió la vía principal de la ciudad hasta llegar al cementerio de la ciudad. El llanto de los familiares inundó el pequeño espacio, abarrotado de allegados y curiosos.


Hasta este mediodía, el Comité de Crisis, que se mantiene reunido en el campamento minero, no se pronunciaba oficialmente sobre el avance de las labores de rescate. En estas trabajan 150 personas, en turnos permanentes.