viernes, 29 de octubre de 2010

Menos personas confían en la Policía

***SNN
Credibilidad institucional


“Voy a pasar por aquí y tú, un revoltoso callejero, no me lo va a impedir”. A los gritos enfurecidos de una joven, de no más de veinte años, se sumaron los de dos amigas contra uno de los policías que el martes pasado resguardaba los exteriores del estadio Alberto Spencer, donde estaba por presentarse el artista español Alejandro Sanz.


El uniformado no hizo más que tratar de hacer entender a las fans del cantante madrileño que estaba prohibido ingresar por aquel lugar. En respuesta recibió más insultos y la recriminación de la inseguridad en que sumieron a Guayaquil el 30 de septiembre. “No son más que unos prepotentes”, añadió otro asistente al concierto, mientras ingresaba al estadio.


A pesar de que el 1 de octubre los porteños retomaron sus actividades después de la rebelión policial del día anterior (dejó 8 muertos, 274 heridos), quedó el resentimiento por sentirse agredido por la institución llamada a mantener el orden público.


La credibilidad y el respeto hacia los policías descendieron 7 puntos después de aquel día, según un sondeo realizado el 7 y 8 de octubre en las ciudades de Quito y Guayaquil, a un total de 648 personas.


Víctor Hugo Cucalón, habitante del Puerto Principal, indicó no confiar, como antes, en los agentes del orden. Él no forma parte del 23 por ciento de ecuatorianos que, según una encuesta de Perfiles de Opinión, sigue creyendo en la Policía. Antes de la revuelta, la credibilidad policial estaba en el 30 por ciento.


Cucalón califica de justo el reclamo de los gendarmes, pero critica el ataque al Presidente y al pueblo. La machaleña Gabriela Prieto no concuerda con él, pues cree que ese hecho no provocó su rechazo a la Policía. “Lo que pasó el 30 no disminuyó ni aumentó mi confianza en ellos; todo sigue igual”, dijo la joven, quien vive en Guayaquil hace cuatro años.


Para ambos ciudadanos resulta irónico recordar a los agentes del orden con las caras cubiertas y lanzando piedras de la misma manera que lo hacen los estudiantes secundarios y universitarios que han tenido que reprimir con gases.


Según Michael Ocaña, coordinador en la provincia del Guayas de la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador, la agrupación no ha analizado la posibilidad de cambiar la forma de realizar sus próximas manifestaciones callejeras. Su consejo para los uniformados es que continúen con su labor para disminuir la desconfianza que generaron aquel fatídico día.


Cucalón y Prieto concuerdan. “Tiene que trabajar muchísimo contra la delincuencia y hacer notar que están para protegernos”, expresó el guayaquileño. La machaleña cree que deben enfocarse en patrullar las zonas marginales.


A pesar de la baja credibilidad, un 47% de los encuestados opina que los gendarmes deberían recibir la amnistía.


El coronel Joel Loaiza, jefe del IV Distrito de la Policía Nacional (comandante del Guayas durante la revuelta), dijo que sus subalternos están motivados y con ganas de retribuir con esfuerzo la falta cometida.


“Estamos trabajando para reforzar el vínculo con la ciudadanía. Tenemos que mantener una situación de prevención”, señaló el oficial, quien tiene a su cargo la seguridad de las provincias de Guayas, El Oro, Los Ríos, Santa Elena, Manabí y las Islas Galápagos.


Durante una ceremonia de ascenso policial en Guayaquil, la semana pasada, el comandante general, Fausto Franco, recordó a sus subalternos su misión “de defensa a los valores democráticos, los derechos y libertades de todo ciudadano... Pensemos, sintamos y actuemos como policías”.


El jurista Jacinto Velázquez cree que, en lo institucional, sí hay ecos difíciles de que se eclipsen, como el resentimiento por sentirse lesionados, debido a que el patrono unilateralmente rompió el contrato o lo cambió; debido a la sangre que se derramó; y por las carreras que se van a segar, en muchos casos, por personas que actuaron de manera impulsiva e irreflexiva”. (AAE-JAA)


ELLOS OPINAN
Wladimiro Álvarez - Analista
La ciudadanía en gran número, especialmente de la Costa, siente que los policías la dejaron desprotegida contra la delincuencia y el caos. Eso y los procesos posteriores contra los gendarmes, de alguna manera resquebrajan a la institución. Pero creo que el Gobierno, la Policía y su actual cúpula tienen la gran tarea de recuperar la confianza de la población. Esto se deberá hacer mediante diálogos directos y adecuados, sin actitudes de prepotencia ni de soberbia de nadie, que permitan futuras soluciones a los problemas que se presenten. (JAA)


Andrés Seminario, - Marketing político
“Es hora de entender que no es con este tipo de manifestaciones (la sublevación y paralización de actividades) que se cambian las cosas en el país. Si vamos al escenario del perdón y olvido, mañana las madres que quieran la leche gratis empezarán una revuelta también. La función de la Policía es cuidar a la ciudadanía y ese día no la cuidó. La Policía podía estar en desacuerdo con la acción del Ejecutivo, pero insultar y golpear al Presidente tampoco es el camino. Hay que preservar ciertos detalles que le dan institucionalidad al país...”. (JAA)


"Estamos reforzando el vínculo con la ciudadanía porque el objetivo es impedir actos delictivos. Tenemos que mantener una situación de prevención".
Joel Loaiza  - Jefe de IV Distrito de la Policía.
Fuente: DIARIO EXPRESO

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