Por: Agencia EFE
Será exhibida en Montecristi, ciudad natal del líder de la Revolución Liberal, como "símbolo de paz" y recuerdo de la lucha por el cambio.
Así lo aseguró a Efe Tatiana Hidrovo, historiadora y presidenta del centro cívico "Ciudad Alfaro", donde los ciudadanos podrán ver la espada y el bastón de mando del general, que el Estado compró a la familia de Alfaro (1842-1912) por 62.000 dólares, aunque en realidad "las piezas son invalorables".
La espada del "Viejo Luchador" estuvo en la casa de uno de los familiares del general bajo "80.000 llaves", según dijo a Efe su tataranieta Irene Márquez de la Plata.
De 93 centímetros de largo, un promedio de dos centímetros de ancho, con excepción del mango de forma irregular, espada y vaina son de metal dorado y plateado, adornados en altos y bajos relieves.
"No es una pieza que se usa para la guerra, es una especie de emblema, símbolo: es más como una pieza de arte, un símbolo de triunfo de la lucha del pueblo ecuatoriano durante el siglo XIX para construir un Estado democrático y de derecho", opinó Hidrovo.
La espada, que tiene un escudo de Ecuador anterior a 1910, rememora un proceso histórico en el país.
"Comienzan las movilizaciones armadas en 1864, triunfan después de 31 años de lucha, y a partir de 1895 hasta 1912 se llevan a cabo una serie de cambios profundos que permiten sentar las bases del estado de derecho y del estado nacional", dijo Hidrovo.
Recordó que se consolidaron en parte "las fronteras, los primeros derechos civiles fundamentales, se establece un antecedente más sólido del sentido de soberanía nacional, se llevan a cabo una serie de transformaciones de corte liberal radical".
En la lucha alfarista se consolidaron varios aspectos: se separó la iglesia del Estado, se consolidó el derecho a la libertad de expresión, a la libertad de culto y se creó el sistema básico de educación pública laica, entre otros, rememoró.
"No queremos apelar a la espada como un instrumento de guerra, sino más bien de paz, porque el proceso de lucha popular a base de guerrillas ya se libró en el siglo XIX", recalcó.
Ya entonces, dijo, se "crearon las bases para un Estado democrático" y ahora corresponde "continuar este proceso de cambios profundos sobre la base de un proceso de paz y de la democracia".
También el hoy se entregará a la ciudadanía el bastón de mando de Alfaro, regalado al general y dos veces presidente de Ecuador por la sociedad de zapateros, "la prueba tangible de cómo se forma la clase media y cómo comienza a convertirse en un actor político", opinó.
Márquez de la Plata contó que al ganar en 1895 la batalla antes de que lo proclamen jefe supremo de la República, Alfaro mandó a su esposa, doña Ana, un telegrama a Panamá: "Señora pongo a sus pies la espada libertaria. Bendigamos a la providencia, abracemos a nuestros hijos".
Márquez de la Plata, de 48 años, es una de los cinco tataranietos de Alfaro que aún vive en Ecuador, donde también hay 3 bisnietos y diez chuznietos, y asegura que la vena alfarista le ha marcado la vida.
La alegría que le invoca el hablar de la lucha de Alfaro y la revolución liberal (1895-1924) se opaca al recordar la forma en que el "viejo luchador" fue asesinado en 1912 por una multitud que entró en la cárcel de Quito donde él estaba preso.
Monumento a la Revolución |
Ahora la espada y todo su legado histórico se exhibe junto a otras pertenencias históricas del "Cóndor de América", como llamó a Alfaro un escritor, como una indumentaria de masón y un traje de civil.
También se muestra una réplica en miniatura y en oro del tren que unió la costa y la sierra, una de sus grandes obras estructurales para acercar a los ecuatorianos. EFE
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