La gran embarcación llegó el fin de semana con 2 700 personas, entre turistas y tripulación.
Philiph Macnicholl, un jubilado canadiense, visitó la playa El Murciélago, el bosque húmedo de Pacoche y El Aromo, en Manta. Le sorprendió que a 20 minutos de Manta existiera un bosque con abundante flora y fauna.
Para la movilización de los 2 700 turistas se usaron 30 buses equipados con aire acondicionado, baños y sus respectivos guías. Estos transportan a los viajeros hacia el bosque húmedo y sitios de museos como Ciudad Alfaro en Montecristi.
Justino Anchundia, uno de los 120 conductores de taxis que dan el servicio a cruceros, dijo que trabajar con los “gringuitos es muy bueno”. El costo de las carreras en la ciudad, a Montecristi y hacia la zona rural de Manta es el mismo que se cobra a los turistas nacionales y gente de la localidad.
La ganancia está en las propinas. “Nos regalan en promedio entre USD 5 y 10 y es por el trato que reciben. Hago cuatro carreras en un día y los llevo a conocer la ciudad. Aprendí algunas palabras en inglés para defenderme”.
Hasta fines de abril, ocho cruceros más llegarán a Manta. Los seis meses que dura la temporada de cruceros desde octubre suman 20 que arribarán el 2011, dijo María Eugenia Aveiga, directora de Turismo del Municipio.
El 23 de marzo atracará un crucero francés y el 24 lo hará el Royal Princess. Entre ambos navíos llegarán 1 800 turistas, indicó Aveiga. Cada crucero deja en promedio entre USD 70 000 y 100 000 de ingresos para la ciudad.
Según Aveiga, desde el 2010 los cruceros son de dos a tres días. Antes se quedaban 12 horas. Los turistas van a Quito y a Galápagos.
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