martes, 15 de marzo de 2011

Eres lo que consumes en tu entorno

***SNN

El slow food (comida lenta), trata de evitar las prisas que provocan un gasto energético del metabolismo al momento de comer.


"El fast food en tiempos de hamburguesa, queda para quienes se alimentan mal o no alcanzan a saborear el momento" señala Carlo Petrini, un chef italiano fundador del movimiento slow food o comida lenta en 1986.


Una tendencia internacional que busca cambiar los malos hábitos alimenticios de las personas. Está representado por un caracol que simboliza el tiempo que se debe tomar para degustar la comida.


Su objetivo es combatir todo lo que envuelve a la comida rápida: productos chatarra, alimentos llenos de químicos y poco tiempo para la alimentación. Por ello, la tendencia desempeña un papel activo en la agricultura (cómo se siembran, se cultivan y se cosechan los productos).


A Ecuador llegó en 2008 y tiene más de 7000 representantes en todo el país.


Uno de ellos es Mauricio Almendaris, director nacional de Chefs del Ecuador, quien señala que los agricultores han dejado de a poco la tierra, pues la producción intensiva y la distribuición de regiones han convertido al sector agrícola en uno de los menos sostenibles y han incitado a la homologación de los productos hasta los niveles más extremos. "El 75 por ciento de las variedades alimentarias presentes a principios del siglo XX se dan hoy como desaparecidas", sostiene.


Según el experto, el movimiento restituye la dignidad cultural a la comida, promueve la educación del gusto y se debate por la defensa de la biodiversidad. "La tendencia busca el equilibrio entre productor y consumidor para que los alimentos que se ingieren, tengan buen sabor, sean producidos de forma limpia sin perjudicar el medio ambiente, el bienestar animal y la salud humana", acota. Además cuando Petrini visitó Ecuador en 2009 señaló que "comer es un acto agrícola, y los consumidores informados del impacto de sus decisiones en las lógicas de producción alimentaría y en las vidas de los productores se convierten en coproductores".


Almendariz reconoce también que los productores deberían ser recompensados de manera justa por su trabajo pues "el beneficio económico es inmediato y se multiplican las relaciones personales y sociales mediante un dato difícilmente cuantificable, pero igual de importante".


Los activistas de este movimiento piden a la sociedad que se consuman los alimentos que se producen en el Ecuador, pues su objetivo es combatir la falta de interés general por la nutrición, orígenes, sabores y consecuencias que las opciones alimentarias brindan a la sociedad actual.


"La diversidad es enorme y cada región tiene sus productos característicos. Los ecuatorianos deben considerar el alimento no como una necesidad de comer, sino de alimentarse y nutrirse" señala Armendariz, quien basado en su experiencia indica que el 98% de las carnes que se consumen en el país, son reforzadas mediante balanceados. "Para el consumo, los ecuatorianos prefieren productos exportados que llegan congelados desde diferentes partes del mundo, situación que también ha sido cuestionada, ya que no se explican como el Ecuador, siendo un país con salida al Océano Pacífico y con una oferta de 25 000 especies de peces comestibles, consuman tilapia de otros países", se queja.


Ahí es cuando surge otra causa de los activistas para difundir la tendencia del Slow Food: el difundir la gastronomía ecuatoriana a través del turismo mediante una concientización colectiva por la identidad.


"Slow Food cree en una nueva gastronomía entendida como algo inherente a la cultura", señala Sarita Palomeque, Foro Panamericano de Chefs, quien defiende que esta modalidad está basada en la libertad de elección para vivir lo mejor posible utilizando respetuosamente los recursos disponibles que ofrece la tierra, pues la tendencia trata de elevar la cultura alimentaria de la ciudadanía.


"Slow food defiende las diferencias culturales territoriales y regionales, íntimamente ligadas a nuestra herencia alimentaria, y revaloriza la historia y la cultura de cada grupo social" concluye Palomeque.


Slow food en la cadena alimenticia


En ecuador existen más de 500 socios que difunden la tendencia slow food.


En 2008 se forma la delegación en Guayaquil con 30 ecuatorianos de la delegación Terra Madre, 5000 campesinos, 1000 chef, 1300 jóvenes, 400 decanos y 250 músicos de todo el mundo.


Actualmente existen 118 proyectos en 45 países del mundo para informar a la población de la tendencia Slow Food y crear conciencia colectiva.


Slow food promueve la educación del gusto basándose en el despertar de los sentidos.


Defiende la biodiversidad promoviendo un modelo agrícola respetable para el medio ambiente y apoya a las economías locales sostenibles y de pequeña escala.

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