La “pepa de oro" en un nuevo auge

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EXPRESO

En 10 años Ecuador logró duplicar sus exportaciones

El incremento del consumo mundial y problemas de Medio Oriente revalorizan el precio del cacao. El principal productor, Costa de Marfil, está en problemas. 

Evolución. Según cifras de Anecacao, en 10 años el país logró duplicar sus exportaciones y quintuplicar el precio por tonelada que reciben por la pepa. Los productores obtienen por cada saco de 100 libras unos $158.

Faena. Rosa Franco trabaja de 07:00 a 17:00 en uno de los cuatro viveros que tiene la hacienda Puerto Romero. Realiza injertos para cultivar en la hacienda y la venta externa.

Por: Lisbeth Zumba Ronquillo


Es mediodía y en la hacienda Puerto Romero se respira un aire a sudor y a trabajo. Los fuertes rayos de sol que a esa hora caen sobre las cabezas de Milton, Luis y Maryorie no interrumpen la faena: cortan ramitas de cacao, las injertan a otras, las amarran... vuelven a cortar.


Trabajan libremente, aunque a ratos los controla la mirada de Rosa Franco, quien hace el mismo trabajo a unos 4 metros de distancia. Ella es una campesina de 57 años, oriunda de Baba-Los Ríos, que lleva más de tres décadas cultivando la mazorca que hoy, por su buen precio a nivel internacional, incentiva a los agricultores ecuatorianos, incluyendo a las 30 familias que sacan adelante la finca de 200 hectáreas de cultivo, de las 400 mil que existen a nivel nacional.


Ataviada con una gorra ploma, jeans y blusa mangas largas, para evitar quemarse, Rosa menciona entusiasmada la buena época que ella y sus vecinos atraviesan: Un auge cacaotero ‘muy parecido’, dice, al que vivió Ecuador en 1870 y 1984, cuando “la pepa de oro” incentivó su inserción en el mercado mundial.


“Mi abuela Etelvina me contaba que fue demasiado bueno porque el cacao daba para vivir como reyes. Hoy es parecido, estamos recibiendo 158 dólares por quintal cuando hace 8 años llegábamos a un máximo de 30”, refiere mientras con un estilete en mano hace hendiduras en las ramas de las plantas para insertarlas a otras. “Es cacao Nacional, el de mejor aroma y calidad. Lo que se le incrusta es otra ramita (la CCN51) para hacer que la planta tenga un mejor volumen de producción”, explica. Al día, ella logra injertar unas 250. El 40% de ellas se queda en los cultivos de la hacienda, el resto se vende.


La integración de los productores de Puerto Romero, de Quevedo, se dio hace 8 años. Irma, la hija de Rosa y administradora de la hacienda, asegura que fue la escalada de precios lo que los motivó a rehabilitar sus cultivos y a incursionar en los injertos.


Ese nuevo auge cacaotero también se evidencia en las estadísticas. Según la Asociación Nacional de Exportadores de Cacao (Anecacao), en un década el país logró aumentar sus toneladas de exportación de 70 mil a 150 mil y quintuplicó sus ingresos de 73 millones a $ 400 millones, en el 2010.


“Actualmente la tonelada métrica está a 4.050 dólares. Hemos superado los niveles históricos de hace 27 años”, asegura Ashley Delgado, expresidente de Anecacao, quien alega que la bonanza se ha ido generando por el incremento del consumo de grandes potencias como China e India.


El dato es desconocido en el campo. Rosa además ignora que los altos precios de los últimos días también han sido provocados por las condiciones políticas y sociales que atraviesa el primer exportador mundial, Costa de Marfil (Ecuador es quinto), que tiene suspendidos los despachos del grano hasta fines de marzo. Esta situación provocó que el viernes pasado el precio por quintal se eleve a $ 162.


La hacienda está dividida por angostos senderos que conducen a cada una de las 30 casas del lugar. Cada familia ha sembrado sus propios cultivos, los mismos que han ido creciendo en volumen.


Willian Coello, otro productor de la zona, da fe de eso. Fue el incremento de los pedidos de ciertos exportadores lo que lo motivó a repoblar en un 50% más los cultivos de las 7 hectáreas de cacao que mantiene hace 10 años. Eso le ha traído beneficios económicos para él, su esposa y sus tres hijos. “Con ese precio tenemos mejor nivel de vida. Si antes para la comida invertíamos 20 dólares, ahora tenemos 40. Podemos gastar en educación, salud...” e incluso para pagarle a Lorenzo (su ayudante).


Puerto Romero al año entrega unas 14 toneladas del grano a la chocolatera Marcolini, de Bélgica. El guayaquileño Pedro Martinetti es el encargado de comprarles el producto. Su exportadora, ubicada a unos 30 minutos de la hacienda, sirve como termómetro para medir la dinámica del sector: Hace 4 meses compraban a varios productores de la provincia unos 200 quintales diarios, hoy en día la cifra podría alcanzar hasta los 800.


Rosa no paraliza su trabajo. Lo hace entusiasmada pero, a veces, inconforme. Sabe que esta actividad “da para más”, por eso no duda en pedir al Gobierno que los ayude a adquirir un nuevo terreno, pues “qué lindo sería hacer parir esas tierras que, por negligencia, son infértiles”.


Cacao, en plan de sustitución
Ecuador es el mayor productor de cacao fino de aroma, pero llega a importar una cantidad relevante en derivados. Así lo afirmó el subsecretario de las Mipymes, Benjamín Chávez, quien junto al Ministerio de Industrias trabaja en un plan para incluir al cacao dentro del proceso de sustitución de importaciones para incrementar las ventas de sus derivados. El proyecto contempla un presupuesto inicial de $ 6 millones, en el que también se incluyen otros productos.