Correa marca hito y cumple cuatro años

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EL TELÉGRAFO

El economista Rafael Correa se posesionó como jefe de Estado el 15 de enero de 2007 ante el Congreso Nacional. El mandatario saliente, Alfredo Palacio, le colocó la banda presidencial. FOTO: ARCHIVO /EL TELÉGRAFO


•Política monetaria fue bien manejada
•Lucha contra la corrupción
•Gobierno rinde cuentas sobre 4 años de gestión

Terminado el mandato de Sixto Durán-Ballén, ningún presidente cumplió su período. El actual mandatario pone fin a la época de inestabilidad.


Hoy se cumplen cuatro años de aquel día, en que un joven ex ministro de Finanzas asumía la Presidencia del país.


Rafael Correa acaba de ganar la primera magistratura en el primer intento. Nunca antes había participado en una elección. Pero el economista, con un discurso de izquierda, supo sintonizar con las demandas populares de un cambio radical en el sistema político ecuatoriano, considerado ya para ese entonces caduco.


El sistema de partidos, bautizado como partidocracia, había fracasado estrepitosamente. Ningún presidente había terminado su mandato en diez años. Ecuador era un país que coleccionaba gobernantes.


Correa promete una revolución pacífica, radical y rápida, a la que llama “ciudadana”. Para ello propone la convocatoria a una Asamblea Constituyente de plenos poderes.


Desde allí, la confrontación nunca cesó. Pese al estilo combativo del Presidente, en cuatro años de mandatario no ha perdido ninguna batalla.


Elección tras elección, Correa las ha ganado todas. Su popularidad nunca ha descendido del 60% y ha tenido picos de 80%, cifras sin parangón en la historia moderna del país.


Su estilo frontal le ha dado buenos resultados. Llegó al poder sin un solo diputado, pero un año después, en la Constituyente su tienda política tenía 80 representantes.


Prácticamente no tiene un opositor a la altura. El ex presidente Lucio Gutiérrez carece de credibilidad, mientras el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, prefiere concentrarse en las tareas citadinas.


Pese a los éxitos, han sido cuatro años difíciles. Correa ha sorteado innumerables crisis. Desde una agresión armada de un país vecino hasta una intentona golpista de la Policía.


Para cumplir sus objetivos, el Presidente cumple maratónicas jornadas de trabajo. Empiezan a las 7 de la mañana y terminan al borde de la medianoche.


Cuando viaja, por ejemplo, lo hace en las noches, para no perder el día de trabajo. Y ese ritmo es el que imprime en todo su gabinete.


Aún le quedan a Correa poco más de dos años de gobierno, pero con la posibilidad abierta de la reelección.