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EL TELÉGRAFO
Entrevista a Roberto Meza Niella.
El perito judicial identificó fallas en la metodología de ciertas investigaciones policiales. FOTO: CARLOS POZO/ El Telégrafo
A propósito de la realización del segundo módulo del Curso de Especialización en Delitos de Lesa Humanidad organizado por la Comisión de la Verdad, el director de la firma brasileña “Consultoría Pericial”, Roberto Meza Niella, de nacionalidad argentina, realizó varios cuestionamientos en torno a las investigaciones de los casos de Damián Peña, Bosco Wisuma, Edwin Barros y la rebelión policial del pasado 30 de septiembre (30-S).
El especialista en criminología y perito judicial, quien participó en las diligencias de estos casos, aseguró que no se usaron parámetros internacionales y tampoco se cumplió con el adecuado procedimiento. Es por ello que recomendó que se cree un laboratorio de criminalística independiente de la Policía para que los procesos sean claros.
Es importante que un perito sepa cuáles son los parámetros con los que se debe manejar la investigación
A base de su observación, ¿cuáles son los principales problemas que enfrentan los peritos en Ecuador?
El año anterior que iniciamos las investigaciones en los casos de Bosco Wisuma, Damián Peña, Edwin Barros y realizamos la veeduría internacional en el caso de rebelión policial del 30 de septiembre, observamos que no se utiliza la metodología que se debe usar en el levantamiento de la escena del crimen. La conservación y la preservación de la escena no se ajustan a los parámetros internacionales.
¿Cuál fue el problema?
Por ejemplo, en el caso de Bosco Wisuma no pudimos encontrar exactamente de dónde salió el disparo, porque se realizó un mal levantamiento del cadáver.
No se fijaron los indicios como se debía y eso es fundamental.
Para mejorar eso, como consultoría empezamos a trabajar con jueces y fiscales, a quienes, por lo menos, indicamos el trabajo que debe realizar el perito en la escena del crimen para que se retransmita.
Lo ideal es que se capacite a los peritos de la Policía o de otras instituciones, quienes conocen poco de la metodología y parámetros, pero no los aplican.
Es importante que un perito sepa cuáles son los parámetros con los que se debe manejar, y las personas que deben estar en el lugar del hecho o autorizadas.
¿Cuál fue su trabajo en las investigaciones del 30-S?
En este caso realizamos una veeduría internacional convocada por el Ministerio de Justicia y estuvo de acuerdo con nuestra participación la Fiscalía General del Estado.
Lo que hicimos fue un acompañamiento a los trabajos que los peritos hacían, quienes pertenecían a la propia Policía que investigaba. Nuestro trabajo fue enfocado en transparentar el tema y acompañamos algunos trabajos en el cual no se aplicaron los métodos que debían.
¿Qué métodos no se aplicaron?
Por ejemplo, en la reconstrucción de la escena para identificar al policía que le quitó la máscara antigás al primer mandatario, Rafael Correa... En primera instancia se determinó que fue el cabo Geovanny Chancusig.
Sin embargo, posteriormente, nos hicieron partícipes de un proceso en el cual desde un inicio no estuvimos.
En este caso se realizó un cotejamiento de imagen precaria. El método no fue el adecuado por los peritos designados por la Fiscalía.
Además, se denunció que desaparecieron evidencias. Esto es grave y no debería pasar en ningún país.
¿Fueron violentadas las cadenas de custodia en este caso?
Estamos aún revisando las cadenas de custodia... En la diligencia del tratamiento en el rastrillo del Regimiento Quito Nº 1 no nos permitieron ingresar a la veeduría.
Este fue uno de los procesos más importantes, porque se trataba de determinar si salieron armas de ese recinto policial.
¿A su criterio no debería ser manejado por la misma entidad que es investigada?
En estos casos no, porque a todos siempre les quedaría la duda, ya que una prueba que está comprometida puede desaparecer o ser alterada.
¿Cuál sería su consejo para el manejo de evidencias?
Hemos sugerido que se cree un laboratorio Central de Criminalística autónomo e independiente de la Policía.
Esto funciona perfectamente en otros países, como Nicaragua, Brasil y Argentina. En este centro, las pruebas no pasan directamente por las manos de los agentes que son investigados.
Se debe tomar con seriedad y con responsabilidad el tratamiento de una escena de crimen
¿Cuál sería la función de esta moderna área?
Sería realizar todo tipo de diligencia pericial que se requiera a nivel judicial y que no necesariamente deban pasar por manos de la Policía.
En el caso del 30-S hubiera sido fantástico que existiera el laboratorio.
¿Quiénes deberían manejarlo?
Debe estar manejado por profesionales civiles con una capacitación en temas de criminalística, antropología, medicina legal, etc. Es la idea que sugerimos que se implemente en Ecuador.
¿Cuánto presupuesto se necesitaría para este proyecto?
Alrededor de unos cinco millones de dólares... con ese monto se puede adquirir este tipo de laboratorios.
¿Cuál sería su recomendación para un mejor tratamiento en la escena del crimen?
Fundamentalmente, se debe tomar con seriedad y con responsabilidad el tratamiento de una escena del crimen.
Este es el lugar principal que nos va a dar todas las herramientas necesarias para poder decir al juez o al fiscal que conoce el caso algo concreto y objetivo.
¿Qué pasa cuando es alterada una escena del crimen?
Eso pasa, de manera general, de forma intencional y, a veces, de forma accidental cuando los propios peritos desconocen los procedimientos. Por eso es importante que se investigue la escena del crimen en cualquier hecho, la preservación de la escena y el tratamiento a cualquier indicio que se saque de allí a través de una cadena de custodia para garantizar que la prueba que se recogió del lugar del hecho permanezca de la misma manera que llega hasta la autoridad.
¿Cree que al perito le falta capacitación?
Capacitación siempre hace falta. En este mundo siempre se evoluciona. Hace falta una evaluación práctica donde se evalúa el perito en eso, para que pueda auxiliar a la justicia. Porque de otra manera se ve imposibilitado.
La escena del crimen es el lugar más importante que tiene el perito para su investigación, porque es de donde obtendrá las pruebas y vestigios. Estos elementos serán enviados a un laboratorio para que concluya en un informe final.
Pero si la escena del delito no es bien conservada y si los vestigios no son salvaguardados correctamente, el perito no tiene como hacer un buen trabajo.
Datos - Perfil
Es licenciado en Criminalística y Criminología en la Universidad Nacional Nordeste de Argentina.
Realizó un posgrado en metodología de la investigación científica.
A partir de este campo, se especializó como perito en la justicia ordinaria y federal de Argentina.
Trabajó en la protección de derechos de los niños en criminología en corrientes, Argentina.
Se desempeñó como docente universitario.
Actualmente dirige en Brasil la empresa asesora “Consultoría Pericial”, experta en pericias técnicas en áreas forenses específicas en países de Latinoamérica.
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