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Ayer, en la terminal de Manta. Unidades de 34 cooperativas de pasajeros salen y llegan, diariamente, a la terminal terrestre del puerto manabita. Patricio Ramos/EL COMERCIO
Luego de que el Juez de la Niñez y Adolescencia del Guayas autorizó a la cooperativa de transporte Reina del Camino de Manabí a operar, la movilización de pasajeros se normaliza en Manabí.
La movilización diaria
Ayer 108 unidades de las 131 de Reina del Camino estaban operativas desde Manabí hacia Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Pichincha y Esmeraldas. El miércoles eran 90.
Los habitantes del campo se transportan, hacia las cabeceras de los 22 cantones de la provincia, en camionetas con balde de madera y motos.
Un promedio de 24 000 pasajeros al día transportan las 1 200 unidades de las 35 cooperativas en Manabí; en feriados se duplica la afluencia.
Los choferes y controladores de la empresa, que comenzó a operar desde la noche del lunes, aplican las disposiciones de la Ley de Tránsito: solo llevan pasajeros sentados en los automotores. También se rigen por esta norma, 34 cooperativas de transporte de pasajeros, interprovincial, interparroquial e intercantonal de Manabí.
David Mendoza, presidente de la Asociación de Cooperativas de Transporte de Pasajeros de Manabí (ACTM), dice que 24 000 usuarios por día utilizan el servicio de los 1 200 autobuses que existen en la provincia.
“Nos da tristeza llevar pasajeros en los pasillos, eso es penado por la ley, pero hay mucha gente que necesita movilizarse”, comenta Óscar Cedeño, controlador de Reina del Camino. En un recorrido que hizo este Diario en un bus, el 19 de enero en la ruta Manta-Chone, se evidenció cómo muchos habitantes entre Portoviejo y Rocafuerte,Tosagua y Chone no podían acceder al servicio de transporte popular.
Francisco (pidió omitir su apellido) es un educador primario. Trabaja en una escuela en el sitio La Pitahaya de Tosagua, donde la producción de yuca y sandía es la base de los ingresos económicos de la zona. “Vivo en Portoviejo, salgo a las 05:00 para llegar a impartir clases a 120 niños. El viaje de ida no hay problema, el de regreso es un calvario”.
El maestro reconoce que debe viajar en el balde de una camioneta hacia Tosagua. “Allí espero que lleguen los autobuses. A las 17:00 hay que pelear para subir a una Reina o Carlos Aray, el que no alcanzó asiento se queda, ya nadie puede viajar parado”. Lo mismo le sucede a María Álava. Ella es comerciante de ropa para niños. “Desde Navidad, una época buena para el negocio, perdí por el caos que provocó la falta de buses”.
cifra: 1.200 unidades.de transporte de pasajeros, de 34 cooperativas, operan en Manabí.
Los conductores de las unidades de servicio popular transitan de cantón en cantón. Ya no recogen pasajeros en las vías, salvo si disponen de asientos desocupados. Los conductores y controladores hacen gestos con sus manos a decenas de pasajeros que se desesperan por subir a los buses a lo largo de las vías.
La movilidad del manabita es dinámica.
Jorge Luis Guillén, presidente de la Cámara de Comercio de Portoviejo, dice que entre Manta y Portoviejo existe una población flotante de 20 000 habitantes. Son aquellos que tienen negocios y trabajan en empresas privadas de ambas ciudades; el 60% de esas personas se transporta en sus vehículos. De Portoviejo a Chone, los viajeros suman 10 000. Van y vienen por estudios universitarios, venta de carne, leche y sus derivados, además personas que trabajan en entidades públicas y agricultores. “De Chone hacia El Carmen, 4 000 personas, la mayoría agricultores, salen hacia Portoviejo, Manta y Santo Domingo por negocios”, explica Guillén. Mendoza confirma que el reglamento es claro: no llevan pasajeros de pie.
Desde el 24 de diciembre del 2010, el pasaje tiene un valor real. No se permiten pasajeros que no tienen asientos; esos usuarios antes pagaban 25 centavos en la ruta Portoviejo-Rocafuerte, hoy deben cancelar 50 centavos. Van sentados.
Error de chofer no lo puede pagar toda una Cooperativa: Presidente de la FENACOTIP
El presidente de la Federación de Cooperativas de Transporte Interprovincial (FENACOTIP), José Zapata, lamentó que el error de un chofer lo tenga que pagar toda una Cooperativa.
Esto, al referirse a la suspensión de la Cooperativa Reina del Camino, dipuesta por la Comisión Nacional de Tránsito, Transporte Terrestre y Seguridad Vial (CNTTTSV), tras el accidente de sus unidades, el pasado 24 de diciembre, en el que murieron 39 personas.
Si bien lamentó la tragedia, Zapata aseguró que no es justo que se revoque el permiso de operaciones, que finalmente quedó sin efecto luego que un juez falló a favor de la empresa.
Incluso, dijo que “se está exigiendo que se lleguen hasta las últimas consecuencias en este caso, en el sentido de establecer responsabilidades tanto civiles como penales”.
Dijo que no se trata de dejar en la impunidad este caso, pero pidió que las investigaciones se enfoquen en las personas naturales y no en una institución jurídica.
“La responsabilidad la puede tener el Presidente, el Gerente, el Consejo de Administración que califica al conductor o controlador del vehículo, pero el resto, lo único que hace es invertir y trabajar en este país (…), entonces en base a todo esto nosotros creemos que es injusto (que se sancione a la Cooperativa)”, precisó.
Sin embargo, el dirigente, en entrevista con la estación televisiva Ecuavisa, insistió en que no se puede dejar sin trabajo a los socios que han invertido en el negocio.
“Hay más de siete millones de dólares de inversión que esta gente debe a la banca, debe al sector privado y al sector público, incluso”, enfatizó.
Finalmente, se refirió al tema de la afiliación de los choferes y dijo que ya se lo ha hecho con el 75 por ciento de ellos.
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