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Definir a Johanna Carreño como una sexy cantante de pop-rock sería fácil. E inexacto. Decir que es la misma niña inocente que empezó su carrera musical a los 16 años, también está alejado de la exactitud.
En esta joven manabita, de 23 años, se encuentran la inocencia de una niña y la desenvoltura de una mujer. La constante rebeldía y el apego sin concesiones a su familia. La timidez de la Johanna hija, hermana, amiga, y la pasión de la cantante.
Nació en Portoviejo, Manabí, el 10 de marzo de 1987. Vive desde que tenía 16 años en Guayaquil. Es de signo piscis, el que se representa como los dos peces que van en direcciones opuestas. Talvez ahí radica esa dualidad latente en ella. “Me encanta el blanco y negro. Es el equilibrio. Es como ser el yin y el yang”.
Ese contraste se aprecia hasta en los pequeños detalles. En los símbolos del marcado contraste que tiene su ‘look’ personal.
Su celular está decorado con piedras blancas y negras. En la parte de atrás de la carcaza, se esboza el dibujo de una calavera. Claro, en su caso particular, suaviza la imagen con un pequeño lunar de color fucsia.
Siempre me gustaron las cosas raras -confiesa-, la inspectora de mi colegio me decía vandálica. “Soy dulce. Hablo como chiquita. Veo Disney a pesar de que me gusta vestir rojo, blanco y negro. Medio fresa y medio dura”.
HOJA DE VIDA Johanna Carreño Su experiencia. La manabita inició su carrera musical cuando tenía 16 años, con el disco ‘Un poco de amor’. Ya está preparando su nuevo video I’m not broken.
Su punto de vista. Desde pequeña soñó con ser cantante. Dice que aún conserva grabaciones, en casetes, de esa época.
Hace 8 años pasó una prueba decisiva en su naciente carrera: dio su primer concierto en el estadio Reales Tamarindos de Portoviejo. Era octubre del 2003 y actuó en el Festival de la Hermandad. Promocionaba su primer tema , la canción ‘1, 2, 3’, y le fue bien. Por ahora no comercializa sus discos. Solo tiene singles, que usa para su promoción.
La música y su vida Fue bautizada con estos nombres: Johanna Carolina Carreño Guerrero. Es hija única. Tiene un hermano, Cristian Carreño, por parte de padre; y por el lado materno, dos: Kathy y Oswaldo Montaño.
Aunque por sus estudios y su carrera vive en Guayaquil, su hogar está en Portoviejo. Allí, en su cuarto, mantiene su colección de premios, peluches y recuerdos.
Desde pequeña estuvo en cursos de modelaje, baile, piano, entre otros. Estudió en la academia Chantal Fontaine. De esa experiencia mantuvo durante un año su propia escuela de modelaje.
Su maestra, Rosamaría Calderón, dice que ella es una chica sencilla y natural. Ella dicta clases en la Espol, donde la cantante estudia Ingeniería en Marketing. Calderón insiste en que la manabita es una persona extrovertida, aunque Carreño responde que no es así.
Como estudiante, su maestra la califica como una alumna buena, ni mala ni excelente. “En clase es una más de las chicas”.
Uno de los últimos reconocimientos que recibió Carreño fue el premio MTV por su video Don’t stop me. Quedó como el más visto en la señal de esa cadena que se transmite en Colombia, Perú, Bolivia...
También fue elegido como el Mejor del Año, en el concurso Mis Bandas Nacionales.
En Portoviejo, en las calles Francisco de Paulo Moreira y Chile, en el centro de la ciudad, está la casa de la cantante. Allí vive su madre, Martha Guerrero.
Ella asegura que desde pequeña Johanna mostraba sus inclinaciones por el canto, pero que nunca imaginó que la música atraparía a su hija.
Johanna guarda en su habitación los 30 premios que ha ganado. De niña, tenía la costumbre de encerrarse en su cuarto a cantar y bailar. Y grababa su voz en casetes. Aún conserva 4 cajas repletas de estas grabaciones.
También conserva diplomas, recortes de periódicos y álbumes con las fotos de la primera manabita que ha llegado a MTV.
Su amigo, el actor y presentador Ricardo Briones, dice que la principal debilidad de Carreño es no querer salir del país. “Posee juventud, talento, belleza y tiene alma de triunfadora. Pero necesita dar el salto afuera”.
Conoce a la cantante desde niña. Admira su sencillez.
Hay un albur, un azar en la vida de Johanna Carreño que sin querer ha ido marcando su carrera. Por ejemplo, a su primer productor musical, Johnny Mendoza, lo conoció en un salón de belleza.
Fue a Manta a grabar su primer disco, cuando otra casualidad se le cruzó en el camino. Tito Macías, quien se encargaba de la música del disco, le preguntó ¿por qué cantar covers?, y la impulsó a salir con sus propios temas. Y le fue bien.
“Tenía unos poemas -dice la artista- porque desde chiquita me gustaba escribir”. Las 12 canciones de ese disco ‘Un poco de amor’ fueron suyas. Incluía muchas baladas.
En Perú grabó su segundo disco, ‘Hacia algún lugar’. Tenía 18 años entonces. Lo hizo con el peruano Francisco Muria. Aquí ya marca un estilo más dirigido al pop-rock, además de un cambio en su estética, más madura.
Ella proyecta lo que quiere -explica Esther Segura, locutora deRadio Disney- y la manejan bien. “En sus inicios pasó muy desapercibida. Era una persona tímida, que tenía miedo. Ahora no es así. Además, ha manejado muy bien su vida personal”.
La Johanna cantante sobre el escenario es extrovertida, una chica sexy. Pero es la misma joven, fuera de escena, que dice ser tierna, que adora y colecciona peluches, que mira el Disney Channel y ama a su familia.
Publicación de Diario EXPRESO
Con cierta timidez, la cantante manabita (23 años) confiesa que se siente agradecida y, sobre todo, respaldada por sus fans ante los 11.798 votos que la ubicaron como la más sexi, según los lectores de EXPRESIONES. “Me siento súper contenta, una vez más respaldada porque fue por medio de votación. Obviamente yo les avisé a los fans que voten y parece que hicieron caso. La verdad es que no me considero como que muy sexi, sí un poco tierna... pero ha sido mucho el esfuerzo de mi equipo de trabajo por conseguir que la gente sienta algún aprecio hacia mi carrera y esto haga que ellos voten por mí”.
Aunque la cantante es más de usar zapatos converse y vestir ropa cómoda que tacones, minifaldas y escotes, se siente identificada con ambos ‘look’. “Creo que siempre los artistas manejamos dos imágenes: la que llevas tu vida diaria (jeans, zapatillas bajas, converse y una blusa normal, yo soy así) o la que está en el escenario con la que me siento totalmente identificada, porque ahí puedo ser otra persona, muy sexi, muy agresiva, muy mala, muy buena; puedo estar con toda la energía del mundo, saltar todo el rato y tratar de contagiar eso... Soy dos personas diferentes, con las que me siento totalmente cómoda. Con la Johana con una “n”, que soy yo, y con la Johanna con dos “n”, la artista”.
Entre las prendas más sexis que posee están las minifaldas súper cortas y ropa bastante escotada, pero enfatiza que las deja para los espectáculos y los eventos importantes. “Por ejemplo, lo más sexi que he utilizado fue con lo que salí en el vídeo Don’t stop me, una especie de traje de baño, es lo que más me ha costado (ríe)”. Y es que su imagen tomó un giro hacia lo sexi cuando presentó su sencillo Don’t stop me, en el que se fusionó su pop rock característico con la electrónica; la evidencia está en las imágenes que muestra en su web: johannacarreno.com
Lo que más le gusta de su físico son sus piernas, su nariz y su perfil, aunque se sonroja cuando habla del tema. Para ella ser sexi es una cuestión de actitud. “Mucha actitud, ciertos gestos. En lo personal más que sexi podría definirme agradable; me gusta estar sonriendo, hacer gestos con la cara, muchas veces de engreída, otras de bromista. Creo que eso se ve muy bien en una mujer”.
Hoy Johanna Carreño trabaja en When I needed you (Cuando te necesité), una balada rock en la que tratará el tema del abuso intrafamiliar, cuyo vídeo lo grabará con Gustavo Argüello.
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