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Usuarios del sistema financiero son engañados previo al robo de su dinero
La Fiscalía identifica las modalidades delictivas con mayor incidencia en el país, previo a la difusión del catálogo de delitos informáticos que ha elaborado, y que tiene previsto incluir en el que será el nuevo Código Penal Integral.
Hoy en día ya no es común que se perpetren atracos a las entidades bancarias, al estilo legendario de Bonnie and Clyde, sino que más bien, los robos al sistema financiero ocurren a través de programas de alta tecnología o, simplemente, por medio del timo y el engaño.A esa conclusión llegó el fiscal general del Estado, Galo Chiriboga, quien agregó que al menos cinco modalidades delictivas son las más comunes en el medio, por lo cual la Fiscalía, con el apoyo de la Superintendencia de Bancos, ha logrado tipificar adecuadamente algunos de los delitos e identificar otros, con el fin de elaborar lo que será el nuevo catálogo de delitos.
Encabezando el listado está el conocido “paquetazo”, que se da cuando el cliente es abordado por uno de los delincuentes que llama su atención haciendo caer al piso un paquete de billetes, mientras otro lo aborda haciéndole señas de que permanezca callado y lo invita a alejarse del sitio para repartirse el dinero.
Minutos más tarde, en el momento que se realiza el conteo y reparto de los billetes, aparece el supuesto dueño, quien en forma agresiva exige la devolución de su dinero y amenaza con llamar a la Policía. En medio de la confusión, la víctima se da cuenta de que ha sido engañada, pues en vez de su dinero lo que hay dentro del paquete es una gran cantidad de papeles.
El director de Tecnologías de la Fiscalía, Jorge Luis San Lucas, detalló que otro delito concurrente es la suplantación de empleados bancarios, que no es otra cosa que dos o más delincuentes (hombres o mujeres) bien presentados que ingresan a una agencia bancaria simulando realizar una transacción y/o preguntar por un servicio. Estas personas observan a quienes están haciendo fila para hacer un depósito en una de las ventanillas o que se encuentran llenando papeletas.
Una vez seleccionada la potencial víctima (generalmente aquella que hace evidente que depositará mucho dinero), esta es abordada por uno de los delincuentes, quien se identifica como empleado de la entidad y ofrece recibirle rápidamente el depósito en otra ventanilla o sitio, argumentando que el sistema no funciona o que depósitos superiores a una determinada cantidad no se reciben en las ventanillas, sino en otro lugar de la agencia.
El funcionario señaló que el “phishing” es un término informático y consiste en la clonación de páginas. El delito se acerca a la utilización de medios electrónicos para violentar claves de seguridad o acceder a información protegida.
La fiscal Sandra Morejón indicó que este tipo de estafa se da frecuentemente porque envían a los correos que actualicen los datos, pero la ciudadanía debe tener conocimiento de que los bancos no piden que lo hagan por Internet, peor la contraseña, ya que esta es personal y la persona debe responsabilizarse por esta. “Si el banco le da una contraseña provisional, el usuario debe cambiarla y utilizando códigos que sean difíciles de descifrar”, indicó.
El Art. 352 del Código Penal habla de daños informáticos, alteración de instalaciones, falsificación electrónica, apropiación indebida, etc.
El “skimming” sigue en el listado y se lo comete cuando los datos obtenidos fraudulentamente, por medio de un lector, son introducidos en una tarjeta con banda magnética virgen con la que se realiza la estafa. Adicionalmente, a través de una cámara colocada en el mismo cajero se obtiene la clave.
Sin embargo, actualmente lo más común es la clonación de la tarjeta de crédito en el momento que se cancela o cuando se pierde de vista el dependiente mientras se realiza el proceso.
Finalmente, el “cambiazo” se da cuando seleccionada la víctima, el pillo se aproxima y ofrece ayudarla para que le facilite la tarjeta y así enseñarle como debe utilizarla, inclusive le dice que hay que limpiarla para poder hacerlo.
Ante esta convincente explicación, la víctima le da la tarjeta al comedido (delincuente) y él ágilmente la cambia con otra de las mismas características y se retira inmediatamente del lugar.
Fuente: EL TELÉGRAFO*
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