Un auto Chevrolet Aveo rojo rodeado por ocho modelos con vestidos cortos. Una gigantografía de una casa pequeña, de una planta. La oferta de un 'buen empleo' y becas.

La 'estrategia' de la asamblea del Prian, convocada por su líder máximo, Álvaro Noboa, centró la expectativa de las cientos de personas que llenaron el patio de Industrial Molinera, uno de los negocios del magnate bananero, ubicado en el sur de Guayaquil.

Alrededor de una tarina, rodeada por estridentes parlantes y torres con luces multicolores, se desarrolló un show de entretenimiento desde las 16:30 de este sábado. Un par de horas antes, decenas de buses provenientes de las provincias de Los Ríos y Santa Elena, alteraron el tránsito en la calle El Oro, junto a la Molinera.

Humildes trabajadores, muchos de ellos de las empresas de Noboa, se mezclaban con jóvenes miembros del Prian. En la entrada les entregaron brazaletes de papel amarillo marcados con un número y un pequeño ticket que debía ser depositado en una de las cinco ánforas colocadas a la entrada. "No bote su número, es para la rifa final", advertían los guardias a la entrada.

Luego recibieron el anunciado refrigerio: una funda con cachitos y una botella con agua o jugo, el que tenía más suerte.

Roberto Guzmán recibió el brazalete No. PR11146. "Ojalá me gane algo. Pero más vengo por apoyar al jefe". Guzmán trabaja en una empresa naviera del grupo Noboa.

Junto al ingreso también se adecuó una mesa de afiliación. Víctor Vanegas llenó el formulario y una solicitud de empleo. "Aunque sea que el abogado (Noboa) me consiga un puesto de barrendero".

Ya dentro, el repique de la marimba entretuvo a los asistentes. A un costado también se improvisó un consultorio médico de la fundación Cruzada Nueva Humanidad, fundada por Noboa. En menos de cinco minutos un médico examinaba a los pacientes y les daba una receta. En un camión aledaño retiraban los medicamentos, ya listos en fundas marcada con el nombre del empresario bananero.

Willy Sánchez, coordinador del Prian, dijo que esperaban que asistan unas 20 000 personas. "Esto no es populismo. Es una estrategia, una fiesta que queremos compartir con la gente del partido".


Noboa llegó una hora después de lo planificado. Arribó por el río Guayas junto a su esposa Anabella Azín. Vestía de negro, con la acostumbrada chompa que lo acompaña en las entrevistas por televisión.

Subió a la tarima, saludó a quienes se acercaron. Tomó el micrófono. "Con Dios...", comenzó su discurso. Y no se movió del centro del entablado.

Ese fue el preámbulo de la explicación de su plan de trabajo, de llegar a la Presidencia del Ecuador: empleos, educación superior, autos para todos, casas de cemento...

"Me he dedicado toda mi vida a hacer plata. Quiero que todos en el Ecuador tengan plata, plata y más plata!", terminó la frase entre los intensos aplausos.

Pero Juan Reina se decepcionó un poco cuando supo la ubicación de la casa que sorteaban la tarde de este sábado: la Isla Trinitaria, una zona marginal del sur de Guayaquil. "Mínimo me esperaba que fuera en Samborondón, más pelucona", bromeó Reina.

Ya casi en la noche, las luces del auto de la rifa del Prian se encendieron, esperando a su nuevo dueño.




Fuente: EL COMERCIO*