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POR: SUSANA LANDÍVAR
La sangre tiene algunos componentes, pero al hablar de anemia es el concentrado de glóbulos rojos lo que más interesa, ya que estos contienen a la hemoglobina, proteína encargada de transportar oxígeno.
La anemia es un síndrome que se caracteriza por la falta de oxígeno en los tejidos, lo que se traduce en que el paciente tiene mucho cansancio, dificultades para respirar, frecuencia cardiaca acelerada, palidez y algunas veces, un tinte ictérico, es decir está amarillo, explica el hematólogo Carlos Freire del hospital Alcívar.
“Cuando se diagnostica la solución no son las transfusiones de sangre como mucha gente piensa, lo que hay que determinar primero es la causa”, explica el onco-hematólogo William Oliveros Alvear. Una vez determinada la causa se sigue un tratamiento específico.
Según el especialista, el peor error que cometen médicos y pacientes es creer que toda anemia es por falta de hierro en sangre. “La gente trata muchas anemias superficialmente, pero todo anémico debe ser bien investigado”, advierte.
Aproximadamente, el 70% de las anemias, principalmente en mujeres, se deben a una deficiencia de hierro, mineral del cual se nutre la hemoglobina. Este trastorno es motivado por la pérdida sanguínea en menstruaciones abundantes.
Freire explica que las anemias ferropénica y aquella por falta de vitamina B12 están asociadas a una mala alimentación o una situación en la cual el organismo no puede absorber la cantidad de nutrientes adecuados. Por ejemplo, personas con colitis ulcerativa o alcohólicas.
Oliveros asegura que existen un montón de causas del trastorno, desde problemas medulares primarios como las aplasias de la médula ósea, tumores, cánceres o leucemias, hasta la autodestrucción de los glóbulos rojos (anemias hemolíticas). Hay otras anemias asociadas a procesos crónicos como la artritis reumatoidea, a la diabetes o a la insuficiencia renal crónica.
En el caso de las hemolíticas, cuando el individuo no responde al tratamiento convencional (corticoides) es necesaria la extirpación del bazo.
Lamentablemente, la mayoría de médicos y los pacientes estimulan la transfusión sanguínea y esta solo debe ser la última opción de tratamiento, advierte el doctor Oliveros, del Omnihospital.
Otros tipos son la drepanocitosis o anemia de células falciformes, que es más frecuente en los afrodescendientes; la anemia por intoxicación de plomo; por problemas tiroideos o hepáticos.
Freire recalca que si bien todas las leucemias cursan con anemia, no toda anemia es igual a una leucemia futura.
“Muchas personas piensan que porque tienen anemia van a tener leucemia a futuro. No es verdad”, afirma.
Las anemias por falta de hierro o de vitamina B12 son motivadas porque las personas no comen algunos vegetales, carne o pescado, o porque han sido gastrectomizados para bajar de peso, asimismo las personas que tienen un colon perforado.
Ambos galenos coinciden en que no a todos los anémicos hay que darles hierro, solo cuando la anemia sea por falta del mineral.
Freire menciona que el trastorno es grave cuando produce muchos síntomas. “El paciente que está pálido y disneico (falta de aire), que se agota por todo, puede tener un daño mayor, un infarto de miocardio”. Sin embargo, muchas veces, en mujeres que hacen dietas extremas, el organismo suele adaptarse a la descompensación nutricional, mas no por mucho tiempo.
Según la OMS, anemia se determina no en la cantidad de glóbulos rojos sino la cantidad de la hemoglobina. La hemoglobina es el mejor parámetro para definir anemia. “Una persona puede tener anemia con glóbulos rojos normales”, dice Oliveros.
Freire agrega que para descubrir si hay anemia, lo básico es hacer un análisis de biometría con plaquetas. Uno se basa también en un valor, el VCM o Volumen Corpuscular Medio que indica el tamaño del glóbulo rojo.
De acuerdo a esto, la anemia puede ser microcítica (glóbulo rojo pequeño), normocítima (tamaño normal) o macrocítica (eritrocitos muy grandes).
Los valores normales de glóbulos rojos en una mujer adulta es de tres millones y medio a cuatro millones y medio. Los hombres tienen más porque no menstrúan. De hemoglobina 12,5 a 14 para ser normal y el hematócrito entre 38 a 41.
Menos de 13 de hemoglobina es anemia en hombres y menos de 12, anemia en la mujer. Freire advierte que si se tiene un valor mayor de glóbulos rojos también es negativo. El exceso se denomina policitemia o poliglobulia. En este cuadro la persona está muy roja, le pica la cara y sufre enlentecimiento de la sangre.
En cifras
3 millones y medio de glóbulos rojos es el valor normal en mujeres adultas. Los hombres tienen más porque no menstrúan.
12 gramos y medio por decilitro de sangre es valor normal de hemoglobina en mujeres. Menos de esto se considera anemia.
70 por ciento de las anemias ocurren por deficiencia de hierro. Sin embargo, no todos los anémicos necesitan ingerir el mineral.
Fuente: EL UNIVERSO*
La sangre tiene algunos componentes, pero al hablar de anemia es el concentrado de glóbulos rojos lo que más interesa, ya que estos contienen a la hemoglobina, proteína encargada de transportar oxígeno.
La anemia es un síndrome que se caracteriza por la falta de oxígeno en los tejidos, lo que se traduce en que el paciente tiene mucho cansancio, dificultades para respirar, frecuencia cardiaca acelerada, palidez y algunas veces, un tinte ictérico, es decir está amarillo, explica el hematólogo Carlos Freire del hospital Alcívar.
“Cuando se diagnostica la solución no son las transfusiones de sangre como mucha gente piensa, lo que hay que determinar primero es la causa”, explica el onco-hematólogo William Oliveros Alvear. Una vez determinada la causa se sigue un tratamiento específico.
Según el especialista, el peor error que cometen médicos y pacientes es creer que toda anemia es por falta de hierro en sangre. “La gente trata muchas anemias superficialmente, pero todo anémico debe ser bien investigado”, advierte.
Aproximadamente, el 70% de las anemias, principalmente en mujeres, se deben a una deficiencia de hierro, mineral del cual se nutre la hemoglobina. Este trastorno es motivado por la pérdida sanguínea en menstruaciones abundantes.
Freire explica que las anemias ferropénica y aquella por falta de vitamina B12 están asociadas a una mala alimentación o una situación en la cual el organismo no puede absorber la cantidad de nutrientes adecuados. Por ejemplo, personas con colitis ulcerativa o alcohólicas.
Oliveros asegura que existen un montón de causas del trastorno, desde problemas medulares primarios como las aplasias de la médula ósea, tumores, cánceres o leucemias, hasta la autodestrucción de los glóbulos rojos (anemias hemolíticas). Hay otras anemias asociadas a procesos crónicos como la artritis reumatoidea, a la diabetes o a la insuficiencia renal crónica.
En el caso de las hemolíticas, cuando el individuo no responde al tratamiento convencional (corticoides) es necesaria la extirpación del bazo.
Lamentablemente, la mayoría de médicos y los pacientes estimulan la transfusión sanguínea y esta solo debe ser la última opción de tratamiento, advierte el doctor Oliveros, del Omnihospital.
Otros tipos son la drepanocitosis o anemia de células falciformes, que es más frecuente en los afrodescendientes; la anemia por intoxicación de plomo; por problemas tiroideos o hepáticos.
Freire recalca que si bien todas las leucemias cursan con anemia, no toda anemia es igual a una leucemia futura.
“Muchas personas piensan que porque tienen anemia van a tener leucemia a futuro. No es verdad”, afirma.
Las anemias por falta de hierro o de vitamina B12 son motivadas porque las personas no comen algunos vegetales, carne o pescado, o porque han sido gastrectomizados para bajar de peso, asimismo las personas que tienen un colon perforado.
Ambos galenos coinciden en que no a todos los anémicos hay que darles hierro, solo cuando la anemia sea por falta del mineral.
Freire menciona que el trastorno es grave cuando produce muchos síntomas. “El paciente que está pálido y disneico (falta de aire), que se agota por todo, puede tener un daño mayor, un infarto de miocardio”. Sin embargo, muchas veces, en mujeres que hacen dietas extremas, el organismo suele adaptarse a la descompensación nutricional, mas no por mucho tiempo.
Según la OMS, anemia se determina no en la cantidad de glóbulos rojos sino la cantidad de la hemoglobina. La hemoglobina es el mejor parámetro para definir anemia. “Una persona puede tener anemia con glóbulos rojos normales”, dice Oliveros.
Freire agrega que para descubrir si hay anemia, lo básico es hacer un análisis de biometría con plaquetas. Uno se basa también en un valor, el VCM o Volumen Corpuscular Medio que indica el tamaño del glóbulo rojo.
De acuerdo a esto, la anemia puede ser microcítica (glóbulo rojo pequeño), normocítima (tamaño normal) o macrocítica (eritrocitos muy grandes).
Los valores normales de glóbulos rojos en una mujer adulta es de tres millones y medio a cuatro millones y medio. Los hombres tienen más porque no menstrúan. De hemoglobina 12,5 a 14 para ser normal y el hematócrito entre 38 a 41.
Menos de 13 de hemoglobina es anemia en hombres y menos de 12, anemia en la mujer. Freire advierte que si se tiene un valor mayor de glóbulos rojos también es negativo. El exceso se denomina policitemia o poliglobulia. En este cuadro la persona está muy roja, le pica la cara y sufre enlentecimiento de la sangre.
En cifras
3 millones y medio de glóbulos rojos es el valor normal en mujeres adultas. Los hombres tienen más porque no menstrúan.
12 gramos y medio por decilitro de sangre es valor normal de hemoglobina en mujeres. Menos de esto se considera anemia.
70 por ciento de las anemias ocurren por deficiencia de hierro. Sin embargo, no todos los anémicos necesitan ingerir el mineral.
Fuente: EL UNIVERSO*
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