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Hay gente como Maggy, una experta en cortes de cabello y tratamientos capilares. Es una mujer humilde y sencilla, pero absolutamente bien informada.
Hay gente como Marlon, un médico traumatólogo que se capacita permanentemente y que ha prestado servicio a importantes instituciones. Marlon habla de política, economía, temas de su ciudad.
Mientras los clientes de Maggy esperan que los atienda, pueden leer allí los periódicos del día o las revistas de actualidad. Es una pequeña hemeroteca que da cuenta del interés de la propietaria por conocer lo que ocurre.
Cuando hace su trabajo, Maggy mantiene una conversación amena e interesante. Ella conoce el pulso de su ciudad. Sabe qué obras municipales se están ejecutando, cuestiona a los líderes locales, intenta comprender por qué la ciudad no progresa en la misma dimensión que otras.
Marlon ausculta a sus pacientes y disfruta hablar de política. Le encantan las páginas de humor de los diarios nacionales y conoce exactamente qué pasa y en qué andan los líderes del país, qué sucede con la economía, la producción, el trabajo.
Maggy y Marlon, que probablemente no se conocen entre sí, disfrutan de la lectura de los diarios, tienen sus espacios y periodistas preferidos, critican lo que les parece que no está bien hecho.
Se desilusionan cuando encuentran textos con faltas de ortografía, con titulares imprecisos o noticias desplegadas en espacios exagerados pese a que tienen poca relevancia.
Les molesta que algunos diarios se dejen atrapar por la agenda de las autoridades y por la coyuntura previsible.
Piden que los periodistas escriban temas de servicio a la comunidad, útiles, novedosos.
Requieren orientaciones, guías, consejos, sugerencias. No sobre los temas macro, sino sobre los asuntos más sencillos de la cotidianidad.
A Maggy y a Marlon no es posible engañarlos. Como lectores atentos y acuciosos que son, detectan rápidamente cualquier error, omisión o mediocridad.
Con lectores como ellos no hay juego. Demandan un periodismo riguroso, exacto, preciso, con sentido ciudadano.
Todos los días invierten su dinero en comprar medios de comunicación en los que confían y esperan que estos ofrezcan contenidos de calidad.
Maggy y Marlon son el objetivo de nuestra agenda temática, una agenda diaria sensible e inteligente. Por ellos es imprescindible que cada día trabajemos en la búsqueda de la excelencia.
Maggy y Marlon tienen fe en nosotros. Creen en nuestra palabra, escuchan lo que les decimos cada día y perciben nuestro esfuerzo cotidiano por hacer el mejor periodismo posible.
Nosotros, los que creemos en gente como Maggy y Marlon, asumimos ese compromiso.
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