TESTIMONIO!!!....La droga lo envolvió y por poco lo mata

***SNN
EL DIARIO
El olor de la droga lo cautivó, lo envolvió, lo amarró, y hasta lo encerró en un mundo donde no le importaba nada, ni siquiera la vida. En lo único que pensaba era en fumar y fumar. Por poco pierde a su familia, pero logró arrepentirse a tiempo.

Es la historia de Orlando Delgado, un hombre de 49 años que hace pocos días salió de una clínica de rehabilitación, donde estuvo tres meses internado por su adicción a las drogas y al alcohol.

Recuerda que su "infierno" empezó a los 15 años. Por primera vez su boca sintió el sabor del "trago".

Pero la situación empeoró cuando un hombre que se disfrazó de amigo llegó a vivir al lado de su casa.

"Todos los días salía al portal de mi vivienda y veía a mi vecino fumar. Le dije que me diera a probar, y desde ese momento me volví un drogadicto", dice Orlando.
Comienza el sufrimiento

La droga se fue apoderando de su mente, le hizo perder las ganas de trabajar, pues en lo único que pensaba era en probar esa "sabrosa" sensación que le provocaba la base de cocaína.

Orlando comenzó a desesperarse por tener dinero y empezó a vender los electrodómesticos de su casa. Recuerda que en una ocasión salió de su vivienda y no regresó sino a los cuatros días

- ¿Qué hizo en esos cuatro días?, le pregunté.

-Me perdí en la playa, en los montes fumando, no comía, no dormía, no sentía nada, sólo quería fumar.

Su mirada se centró en su esposa, doña Yaqueline, y su rostro empezó a cambiar.

Sus ojos se pusieron brillosos y su cara, con un poco de arrugas, empezó a cambiar de color.

De repente dos lágrimas ya rodaban por sus mejillas.

-Me volví un salvaje, mis hijos me tenían miedo, ya no querían ni sentarse a comer conmigo.

Orlando recuerda que incluso llegó a botar a su familia para poder fumar en su casa con otros amigos.

Golpeaba mucho a su mujer y a sus hijos.

Yaqueline, una mujer que ha sido fundamental para su recuperación, cuenta que su esposo inclusive llegó a perseguirla con un cuchillo para matarla. Intentó quemar la casa; todo lo hizo bajo los efectos de la droga y el alcohol.
Hace tres meses su hija le dijo que le había conseguido un trabajo. Orlando quería cambiar y le dijo que bueno, pero no sabía que a donde lo iba a llevar era a una clínica de recuperación.

Orlando no desea recordar ese momento.

- ¿Que hizo en la clínica?

-Me volví loco, no quería nada, pero gracias a Dios pude recuperarme con la ayuda que recibí.

- ¿A los cuántos días volvió a ver a su familia?
- A los 45 dias.

Nuevamente su rostro cambió, agachó la cabeza y se puso a llorar recordando ese momento.

- ¿Volvería a fumar?, le pregunté.

Sin dudarlo y con la frente en alto dijo: no lo haré, hay tres lugares que un drogadicto puede conocer, la cárcel, el hospital y el cementerio, y yo no quiero morirme.

-¿Le pidió perdón a su esposa e hijos..?

-Fue lo primero que hice.

Orlando quiere recuperar el tiempo perdido y volver a ganarse el cariño de sus hijos y de su mujer, que a pesar de todo, dicen apoyarlo.