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Es penoso ver a una persona escondiendo su rostro y distorsionando su voz para expresar sus problemas... sus necesidades.
(Andes).- La paradoja resulta cuando esa persona se gana la vida precisamente mostrando el quehacer cotidiano de la esfera pública, destapando la realidad de los demás, delatando abusos, echando luz sobre temas hasta entonces sumidos en la oscuridad.
Un grupo de periodistas en Ecuador nos ha pedido discreción como condición previa para hablarnos, para decirnos cómo trabajan, en qué se sienten estafados, y al fin contar cómo un sistema perverso de deterioro laboral los explota y los sume en un silencio cómplice con las malas prácticas de sus patronos que los afectan.
El temor no es infundado, ellos ya han sentido sobre sí las amenazas de los dueños de los medios. La agencia Andes, por respeto a los temores expresados ha velado los rostros y ha omitido las identidades, pero los testimonios en audio y video están incorporados en este despacho.
En este país había medios que pagaban a sus empleados con arroz y azúcar. Pese a que el gobierno ecuatoriano decretó que el Salario Mínimo Sectorial para el periodista es de $ 482,40, la realidad de los trabajadores en medios es muy distinta.
Uno de los entrevistados, colaborador en una radio guayaquileña, aseguró que su salario es de $ 220 mensuales. “Como cubro deportes, mi trabajo es de domingo a domingo. Nunca me han pagado horas extras”, dijo. En su caso, el salario por hora es de menos de $ 1 por hora.
Ese relato se escucha en voces de otros periodistas de varias emisoras de la capital. Óscar Portilla, el director de radio La Deportiva, es señalado por sus extrabajadores de no haber pagado sueldos, y después de un tiempo ofrecer como salario un porcentaje de las regalías de la publicidad que los mismos periodistas puedan vender.
“Uno acaba acostumbrándose a este régimen: trabajas de domingo a domingo, te pagan poco y ni siquiera te afilian al seguro”, comentó una exempleada del narrador deportivo, a quien buscamos para que enfrente estas demandas, pero fue un ejercicio inútil de llamadas sin contestación.
Los comunicadores de esa radio trabajan seis meses sin ganar un solo centavo y después de ese tiempo “de prueba” empiezan a ganar $ 150. El testimonio obtenido delata que su explotación se agravó porque cobraba con facturas –que es la figura para un consultor, o un trabajador independiente- y eso no da derecho a cobrar utilidades o afiliación al Seguro Social.
El trabajo por cupo en radios en común; es la posibilidad de que el periodista venda publicidad para poder ganar dinero. “El arquitecto es arquitecto y nada más. El periodista, en cambio, debe ser periodista pero además vendedor. Es decir, no hay respeto por tu salario”, contó uno de los comunicadores.
Con esta figura, la degradación al trabajo periodístico se acrecienta.
“En algunos medios, estudiar periodismo es nada porque tienes que ser vendedor en realidad. Si quieres comer, necesitas vender publicidad”, aseguró una exempleada de Radio Rumba y también de Radio Tarqui. El director de Deportes de este medio, José Granizo, no concretó una charla al respecto con los investigadores de esta nota.
Pero si para los periodistas graduados es delicada la situación, para los egresados la cosa es infame: desde el inicio hay una explotación con la figura de la pasantía (los trabajadores acuden a tiempo completo y han finalizado sus estudios, así que esa figura está mal empleada). “Los salarios son bajísimos, las afiliaciones al Seguro casi no existen”, dijo uno de los entrevistados.
Él tiene tres años de afiliación después de haber trabajado más de 10 años en medios de comunicación.
“Yo entré a Radio Tarqui como pasante y me dijeron que si quería trabajar (sic). Yo ganaba $ 100, en 2008; a los dos años me subieron $ 50, es decir ganaba $ 150”, aseguró un extrabajador de la mencionada empresa.
Sin horarios
Pero la radio no es el único lugar donde se registran casos de explotación. Periodistas de medios impresos como Diario Hoy, El Comercio, Expreso, entre otros, también hablaron de su inconformidad con el salario que reciben. En sus casos, las horas extras entre semana jamás son canceladas. “Uno tiene horario de entrada pero no sabe a qué hora sale. Al no ser remunerado este tiempo, lo que hay es explotación”, asegura un periodista.
Con ese criterio comulga el director de Diario Hoy, Jaime Mantilla. Para él, el trabajo del periodista debe ser de 24 horas, sin embargo, no está de acuerdo en que se paguen horas extras. “El trabajo del periodista es como el del médico, no tiene horario y no puede exigir el pago de horas extras antes de realizarlo”, aseguró el empresario.
Si entendimos bien la lógica del dueño de Diario Hoy, tal como él mismo solicitó al acceder a entrevistarse con Andes, en Ecuador, un médico que trabaja en una institución privada gana entre $ 20 y $ 60 por cada consulta. Si realiza solo dos consultas en una hora, el médico estaría ganando $ 80 por hora en promedio.
Antes de que se decrete el salario mínimo sectorial para los periodistas, en Diario Hoy un comunicador ganaba alrededor de $ 292, es decir el Salario Mínimo Unificado. Eso significa que, trabajando ocho horas al día y solo de lunes a viernes, un periodista de Diario Hoy gana $ 1,82 cada hora, casi 40 veces menos que el médico al que alude –en su espíritu de servicio- el empresario.
Desde enero de 2012, el Gobierno incrementó el sueldo de los periodistas en 39,72% del salario mínimo sectorial. De acuerdo a la nueva tabla salarial, quienes percibían $ 286 y estaban en la categoría más baja ahora alcanzarán los $ 400. En tanto que, la categoría que le sucede recibirá $ 482, la siguiente $ 532 y la más alta será de $ 631. Los salarios de este sector no habían tenido incremento durante décadas.
El salario remunera un trabajo, pero esa labor se realiza en un tiempo determinado. El Art. 47 Código del Trabajo estipula que han de laborarse 40 horas semanales, es decir 8 horas diarias. En esta actividad específica, sin embargo, la investigación muestra que la realidad es diametralmente distinta.
Un reciente trabajo del docente e investigador ecuatoriano Paúl Bonilla, analiza la situación actual del trabajo periodístico. Según las primeras cifras de su investigación, el 4% de periodistas encuestados en la ciudad de Quito gana menos del Salario Mínimo General (SMG), que es de $ 292.
Los comunicadores sociales que laboran en las emisoras de Guayaquil, en su mayoría trabajan sin relación de dependencia; intervienen en los espacios noticiosos bajo la figura de "colaboradores", a quienes solo les está permitido ingresar uno o dos cupos publicitarios. El 70% de los ingresos económicos son para la empresa radial.
Los reporteros que recorren la ciudad a pie y en bus, en su mayoría son explotados laboralmente. Solo unos pocos están enrolados y perciben un sueldo básico ($ 292), otros ganan menos, como ocurre en Radio Huancavilca.
El gerente de esa radio, Kléber Chica, dijo que bajo la administración anterior existía ilegalidad pero que ahora todos están afiliados y, si tienen el título de profesional, ganan $ 400. Si no tienen el título, el salario es de $ 292. Los testimonios recogidos, por el contrario, hablan de un sueldo de $ 220.
Esta radio, como muchísimas otras, tiene una política de alquiler de espacios, lo que deja a sus empleados sin una relación de dependencia con el medio y sin los beneficios que con esta relación exige la ley.
En la conversación mantenida, Kléber Chica dijo que si descubre quién hizo las declaraciones en contra de la radio, lo despedirá.
“Si a mí me están faltando a la verdad yo sí me voy encima y me voy legalmente. Y ahí va a salir quién dijo de aquí y ese se irá fuera de la radio, le pagaré la indemnización que tenga que pagarle y se va, eso sí se lo aseguro”, amenazó.
En otras emisoras, como Sucre y Teleradio, a los reporteros les adeudan 3 y 4 meses de sueldos y además, no están al día en las aportaciones al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
La explotación laboral de periodistas en los llamados medios independientes es un secreto a voces. Nadie quiere denunciar porque teme perder su trabajo bajo la figura del visto bueno. En varios casos los periodistas, fotógrafos o camarógrafos son obligados a firmar su renuncia en blanco.
Un empleado de un canal de televisión privado cuestionó el control que realizan los inspectores de trabajo y del Servicio de Rentas Internas en los medios. Denunció que detectan las irregularidades (doble contabilidad y no pago de utilidades) pero son comprados. Reciben dinero en efectivo para guardar silencio. "Entran pateando el perro, pero salen riendo con los dueños", dijo el testigo quien pidió al Presidente de la República crear una comisión insobornable de inspectores de trabajo.
Proceso de inspecciones
Francisco Vacas, ministro de Relaciones Laborales, que asumió sus funciones el 23 de abril, contó que durante sus visitas para entrevistas a diversos medios de comunicación, recibió –de manera verbal y casi a escondidas- quejas de incumplimiento laboral.
Eso fue lo que lo motivó a iniciar un proceso de inspecciones medios escritos, radio y televisión.
Desde inicios de mayo, el Ministerio realizó 750 inspecciones a medios públicos y privados. Los resultados de este proceso serán recogidos en un reporte de cumplimiento que se hará público en la segunda semana de junio.
Las inspecciones –que se realizaron en todas las provincias del país, consisten en una visita en la que se revisa información referente a contrato de trabajo, pago de obligaciones (décimos, utilidades, horas extras, salario digno, formularios de afiliación a la seguridad social, horarios y jornadas de labores).
El ministro informó que hasta esa dependencia han llegado una serie de denuncias sobre simulación laboral (contrato por servicios profesionales), que está penado con multas de hasta veinte salarios y la obligación de asumir la contratación del afectado y pagarle todos los montos que no se hubieren reconocido de manera retroactiva.
Frente al temor por posibles retaliaciones, el Ministerio de Relaciones Laborales ha habilitado un mail (denuncias@mrl.gob.ec ) y una línea directa (1800 contacto) para que los afectados puedan presentar denuncias anónimas.
Adicionalmente, el Ministerio está cruzando información con el Servicio de Rentas Internas para detectar si existe simulación laboral. El cumplimiento de esta disposición es otro de los aspectos que se revisa durante las inspecciones que realiza el Ministerio de Relaciones Laborales.
“Si se paga una remuneración inferior al básico sectorial, en el momento de ajustar, tiene que pagar al trabajador la diferencia no saldada, la diferencia al Seguro Social, más las multas, los recargos y todas las penalidades y sanciones”, explicó.
No solo en Ecuador
Esta situación no es exclusiva de Ecuador. Una encuesta elaborada por el sitio www.clasesdeperiodismo.com a 463 periodistas de América Latina y el Caribe, refleja una parte de la dura realidad que afrontan los periodistas en esta parte del mundo. Los reporteros deben sobrevivir con bajos sueldos, lo que los lleva a aceptar varios trabajos freelance, a vender publicidad y a laborar en dos y hasta tres medios.
El análisis de los datos refleja que el 38,4% de los encuestados percibe menos de $ 500, el 37,8% menos de $ 1000, el 16% menos de $ 2000, el 5,7% menos de $ 1500, 1,5% menos de $ 3000 y 0,6% más de $ 3000.
La encuesta revela además, que al 30% de los reporteros no se les sube el sueldo desde hace más de un año, el 16,6% hace dos años, el 14,5% hace tres años, el 6,3% hace cinco años y el 3% hace diez años.
Según la investigación, Cuba, Bolivia y Nicaragua son los países que menos pagan a sus periodistas. En ellos, el 100% de encuestados dijo ganar menos de $ 500.
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