Los restos de Jinsop O’Dirling descansan en paz, desde esta tarde, en una tumba del Cementerio General de Guayaquil, en el norte del Puerto Principal.


Dos horas antes de ser llevado a su sepulcro final los seguidores de Jinsop cantaron sus temas frente al féretro, en los momentos finales de su velatorio.


Unas 200 personas que se congregaron esta tarde en la Sala de Velaciones de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, se convirtieron en un masivo coro de voces que entonaron Estrellita Solitaria, Dulzura mía, Ven chiquilla ven, Campos Verdes…


La formalidad y el ambiente triste del velorio cambiaron por completo. El público, algunos con lágrimas en los ojos, cantaron a viva voz los temas que convirtieron a Jinsop en ídolo.


El cantante nacionalizado ecuatoriano, de origen coreano, falleció de un paro cardiorrespiratorio el pasado domingo en la localidad de Ayangue, provincia de Santa Elena. Un mes antes, en Estados Unidos, había fallecido su ex esposa Silvia Jarrín.


Un grupo de artistas, liderado por el cantautor Gustavo Pacheco, quien le escribió varios temas en sus inicios, gestionó ante la familia sepultar su cuerpo en Guayaquil.


Durante los días de sus honras fúnebres, decenas de seguidores y amigos acompañaron su velatorio.


Entre los artistas presentes estuvieron Silvana Ibarra, Gustavo Pacheco, Hilda Murillo, Arturo Cisneros, Rosalinda Cisneros, Darwin, Enrique González, Nelson García, Roberto Bolaños, Tito Haenzel, Ítalo Torres, Pepe Morey, Lalo Wong, Johnny Sotomayor…


También Freddy Cárdenas. Él es dueño de La Casa del Ritmo, un bar de Santo Domingo donde Jinsop hizo sus últimas presentaciones hace menos dos semanas. “Fue el último 15 y 16 de junio. Entonces me pidió que lo lleve a ver la casa donde vivió con familia, en la calle Quito, a mediados de los años 70”.


Nelson García, del grupo 200 Millas, leyó un poema que escribió la noche durante el velatorio. “Jinsop, solo tú fuiste capaz, con tu cálida voz y estilo personal, de hecer feliz y contenta... a la generación musical de los 70”...decía una de sus cinco estrofas.


Enrique González, vocalista y fundador del grupo De Luxe, recuerda que con Jinsop empezaron juntos la carrera artística profesional. “Los dos llegamos a la misma disquera en una época donde había mucha difusión por parte de los medios que se sentían orgullosos de la producción del artista ecuatoriano. Jinsop tenía un carácter muy alegre y jovial, siempre estaba risueño”.


Luego de la misa, y cargado en hombros por su hijo Álex, amigos y fanáticos, fue trasladado hasta el Cementerio General, por la puerta doce. En el trayecto, a través de los teléfonos celulares, se siguió escuchando su música, hasta que la lápida de su tumba fue sellada.


La estrella de fuego, que es el significado de su nombre en coreano, había partido para siempre.





Fuente: EL COMERCIO*