Situación del consumo de sustancias en los colegios
Los alrededores de varios colegios se han convertido en espacios para captar consumidores de droga. El Ministerio del Interior y de Educación han iniciado campañas para erradicar el problema
“Un grupo de jóvenes se hace amigo de las chicas y les invitan a fiestas. Siempre se asoman los viernes. Mis amigas dicen que son “brujos (vendedores de droga)”, cuenta María C, de 13 años, alumna del colegio Manuela Cañizarez, a quien le “asusta” este problema.
La joven asegura que nunca ha visto a los supuestos vendedores de esas sustancias, pero reconoce que es un secreto a voces que hay jóvenes que se acercan para captar más “clientes”.
Esta situación no es nueva. Según las cifras de la Dirección Provincial Antinarcóticos de Pichincha, la distribución de droga se ha hecho más común en los últimos años. “Los estudiantes son un objetivo fácil. Son fáciles de persuadir.
Todo es cuestión de acercarse a ellos”, explicó un agente de la institución.
Esta modalidad no es la única que se emplea. Algunos “brujos” se camuflan como vendedores de caramelos; otros esperan a los jóvenes para abordarlos cerca del plantel. La más alarmante -explica el agente- es reclutar a los estudiantes para que haya una “distribución interna”.
Juan Carlos A. (17 años), alumno del colegio Juan Montalvo, asegura que hace dos años el inspector del colegio sorprendió a un chico y a una chica con “paquetitos” de marihuana en sus mochilas. En la dirección, la joven dijo que ella le ayudaba a su enamorado a vender la sustancia.
Marco Dávila, psicólogo, habla de otro problema: el abandono de la formación educativa por el interés de ganar dinero. “Los chicos que se reclutan tienen una ganancia y se dedican a “laborar”, dice. En caso de que deciden quedarse en el colegio, lo hacen para vender el producto.
La Dirección Nacional para el Niño y el Adolescente (Dinapen) realiza controles permanentes buscando erradicar la venta, pero eso no ha sido suficiente. Según las denuncias y operativos efectuados por Dinapen, se ha localizado la distribución de droga en los alrededores de los colegios Juan Montalvo, Mejía, Camilo Gallegos, Consejo Provincial, entre otros.
En su mayoría, los microdistribuidores venden marihuana. Los precios dependen del presupuesto del estudiante y de las dosis, aunque los paquetes suelen tener un valor de entre 1 dólar y 3 dólares.
Las iniciativas
El Ministerio del Interior ha iniciado una campaña para contrarrestar el comercio de drogas en las instituciones educativas. Bajo el eslogan “Hazlo visible”, la Secretaría de Estado busca combatir el microtráfico. La ciudadanía puede denunciar estos casos a través de la línea gratuita 1800 Delito (335486).
La idea de la campaña es que los vecinos de los diversos lugares a los que suelen acudir masivamente los jóvenes se conviertan en vigilantes y ayuden a las autoridades de control a ubicar a los microdistribuidores.
La campaña contempla un pago de recompensas, luego de contrastar y comprobar la información.
El trabajo cuenta con el apoyo interministerial. María Fernanda Porras, responsable de la Dirección Nacional para la Educación, Diversidad y Buen Vivir del Ministerio de Educación, aseguró que se han impartido charlas por un periodo de 200 horas, a un total de 42.850 estudiantes, en 21 provincias.
En Quito, se ha realizado un plan piloto, denominado “Mi Barrio”, dirigido a 10 sectores (San Juan, Turubamba, Kennedy, Carcelén Bajo, Marianitas, etc.), en el cual los ciudadanos se informan sobre qué hacer cuando se presentan problemas de consumo de drogas.
El Consejo Nacional de Sustancias Psicotrópicas y Estupefacientes (Consep) se encuentra realizando la Encuesta Nacional Sobre Consumo de Sustancias Estupefacientes en Colegios.
La última fue en 2008 y reveló que la edad del primer consumo de marihuana en el país era los 14,6 años y que el 73% de jóvenes de entre 12 y 18 años en alguna ocasión consumió drogas, lícitas o ilícitas.
Fuente: EL TELÉGRAFO*
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