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Por cuarto día consecutivo, esta mañana, desde las 06:20, 71 personas reiniciaron la búsqueda del turista chileno Felipe Bravo. Este se extravió el lunes pasado en la parte alta de la isla Santa Cruz, en Galápagos.
A eso de las 12:00 (13:00 de Ecuador continental) se esperaba el arribo de la madre de Bravo al aeropuerto de Baltra.
Según familiares y amigos de Felipe Bravo, un economista de 31 años, se caracteriza por un espíritu aventurero y que aquello le motivó emprender el viaje a las islas Galápagos, ubicadas a 1 000 km al oeste de la costa ecuatoriana.
El visitante chileno estuvo la semana pasada en la isla San Cristóbal, donde se hizo amigo de Segundo Criollo, quien vive en ese lugar. Allí se interesó por también recorrer Santa Cruz e Isabela, esta última la más grande del archipiélago.
Al mediodía del lunes pasado fue la última vez que lo vieron en la zona de Bellavista, una de las entradas a la parte alta de Santa Cruz. Desde allí se adentró hacia las zonas de Media luna y del cerro Puntudo.
Según la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DNPG), Bravo entró sin la compañía de un guía como se recomienda. Incluso, un día antes ya había visitado parte del lugar, lo que le llamó la atención y decidió volver.
Pero la noche del lunes, Criollo, quien era su contacto en las islas, alertó que el turista no había vuelto a Puerto Ayora, zona poblada de Santa Cruz.
Al siguiente día se iniciaron los operativos de búsqueda. El miércoles se localizaron su Ipod, huellas y restos de maracuyá. De esta fruta y de guayaba, que crecen en forma silvestre en la zona, se estaría alimentando, además con el agua lluvia, ya que en estos días se está en la temporada de garúa en la parte alta.
Por eso, los rescatistas aseguran que hay grandes posibilidades de encontrar con vida al turista extraviado.
Desde ayer se unieron dos perros rastreadores, 12 miembros del Grupo de Intervención y Rescate de la Policía y 12 cazadores que conocen bien las características del lugar. Además, desde hoy se unió la Armada Nacional para el rastreo desde las costas de la isla.
Sin embargo, hasta este mediodía no se logra localizar a Bravo. Las labores se dificultan, ya que se trata de una zona bosques vírgenes de arbustos, en especial miconias y escalecías, que crecen bastante, además de que el turista estaría en constante movimiento.
No hay el riesgo de que sufra ataques de algún animal, ya que allí solo habitan algunos chivos y chanchos en estado salvaje. Aunque gente que habita en Santa Cruz advirtieron que por tratarse de islas volcánicas, el piso está lleno de grietas o rocas sueltas, lo que le vuelve al terreno agreste. Eso puede causarle alguna lesión.
Fuente: EL COMERCIO*
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