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Apenas los turistas observan las colas de las ballenas jorobadas –que son su sello de identidad–, un grito de admiración retumba en la embarcación que lleva a unas doce personas, en su mayoría extranjeras de países remotos como Grecia, Nueva Zelanda, Alemania y otros.
Es jueves 14 de junio cerca del mediodía. Los visitantes lucen extasiados y esperan un gran salto de los cetáceos que, en parejas, o solas dejan ver sus lomos, sus colas; hacen escuchar sus silbidos de cortejo en las aguas del Pacífico, a una hora de navegación desde Puerto López, en el sur manabita.
No importa que el sol no haya aparecido y que el frío pegue fuerte. La temporada de avistamiento de ballenas ha comenzado. Los cetáceos, que llegan en esta época desde el Polo Sur, para procrear y aparearse, constituyen el atractivo turístico desde junio hasta octubre en la costa ecuatoriana.
Y en cada uno de los centros autorizados para el zarpe de las embarcaciones, como Salinas, en Santa Elena, y Puerto López, se vive un movimiento inusitado. En el balneario santaelenense, el programa de inauguración del avistamiento de las jorobadas se realizó hace dos semanas. En Puerto López será el próximo fin de semana.
Pero las salidas de avistamiento ya se dan a todo ritmo. En una embarcación que el jueves 14 se menea frente a Puerto López, el más sorprendido es el griego Nikos Christodoulios, quien reside en Venezuela. Desde hace 20 días salió a recorrer, junto a su amigo holandés Marcus Vonte Lang, varios países del área andina. Aunque en Ecuador solo tenía previsto estar cinco días, este jueves ya lleva diez y aspira a seguir al menos otros cinco días.
“De Ecuador sabía de Galápagos, pero de que habían nevados, aborígenes que comparten su cultura, eso no. Mira, ustedes son bendecidos con tanta belleza. Ahora estaba en Montañita y me dijeron de este festival y ya me ves, disfruto de esto. Ustedes tienen mucho, no lo escondan”, dice el griego.
Mientras, en Puerto López, los operadores turísticos, dueños de hoteles, restaurantes y otros negocios están optimistas. Tienen diversidad de productos, trípticos y fortaleza para recibir a los miles de visitantes. Una ayudante del restaurante La Canoa asegura que se hacen pedidos para que con el paso de los días los mariscos y más ingredientes no escaseen.
En cambio Richard Pin, de la operadora turística Mantarraya, sostiene que para el próximo mes se espera el arribo masivo de nacionales y extranjeros. Aquí, el costo de hospedaje va de los $ 5 a $ 60. Lo que se mantiene inalterable es el precio de los recorridos de avistamiento, que es de $ 25, que puede incluir, en algunos casos, práctica de snorkel en un área cercana a la costa.
Erlin Menéndez, capitán de una embarcación autorizada para realizar esas travesías, indica que, en ocasiones, a 15 minutos de la costa de Puerto López ya es posible observar ballenas jorobadas. Hay un reglamento interno que señala que los turistas deben pasar hasta media hora en observación. “Pero en mi caso así hayan visto las ballenas a los 10 minutos, sigo con el paseo hasta por más de una hora. Tienen derecho a disfrutar de esto”, menciona Menéndez.
Los tours de avistamiento de ballenas están regulados por la Armada, a través de la Dirección Nacional de Espacios Acuáticos (Dirnea). En esta entidad se da a conocer que las capitanías de puerto, en Puerto López y Salinas, recomiendan a los guías turísticos que coordinen con el respectivo retén naval, sobre la ubicación del área de observación.
Además, aclara, las embarcaciones deben tomar las medidas de precaución para que realicen sus navegaciones sin ningún inconveniente y, principalmente, aseguren el bienestar del turista. “De igual forma, todo turista nacional y extranjero que desee ir al avistamiento de ballenas no puede rehusarse a utilizar el chaleco salvavidas durante la navegación”, recalca el comandante de la Dirnea, Luis Santiago Chávez.
La Marina debe también controlar para evitar que la proliferación de embarcaciones, sobre todo aquellas sin permisos y sin los implementos básicos.
Ottón Arboleda, presidente de la Cámara de Turismo de Santa Elena, comenta que como las ballenas están cerca de la costa, se podría salir de cualquier localidad, pero aclara que para evitar percances y desorganización, en esta provincia el punto autorizado es Salinas.
En este balneario están legalizadas cuatro operadoras, que cuentan con unas doce lanchas. “El problema es la informalidad. Hemos tenido reuniones, pero las autoridades de control no protegen al empresario, al que paga impuestos. Los informales cobran $ 10 y dañan el mercado”, dice.
Los operadores autorizados en Salinas cobran $ 25, incluido guía y refrigerio, lo mismo que en Puerto López. “Hay gente que busca lo barato y prefiere a los informales. Entonces hay disputas y los controles deben mejorar”, señala Arboleda.
En Puerto López, Clinio Parrales, de la operadora Rosita Tour, asegura que en los últimos dos años ha bajado el número de turistas en esta localidad. Lo atribuye al hecho de que en poblaciones vecinas como Salango, Puerto Cayo, Crucita y hasta Pedernales, también se ofertan avistamientos de jorobadas, aunque todavía en forma incipiente y en la mayoría de casos informal.
Los operadores turísticos también tienen ahora otra preocupación. Creen que la crisis económica que están viviendo los países europeos puede influenciar mucho en la llegada de los visitantes de esa zona.
Mayeli Fienco, encargada de la operadora Machalilla Tours, señala que la crisis ya está mermando la llegada de turistas de esos países en relación con años pasados. Por ello, muchos operadores, dueños de hoteles y restaurantes y hasta los canoeros creen que hay que mejorar la calidad del servicio para que quienes vienen recomienden a sus allegados.
Plácido Parrales, de la operadora Cercapez, cree que es hora de dinamizar aún más la oferta, incluso aprovechar el programa inaugural del próximo sábado. Ahora la promoción del servicio apuntará mucho al ecuatoriano.
Más datos: Las reglas
Documentos
Las capitanías y retenes navales de la Costa controlarán que las embarcaciones tengan autorización de zarpe, permiso de tráfico, matrículas del personal de tripulación y guías. Los botes deben tener: guías de turismo, certificado de curso de capacitación para observación de ballenas otorgado por los ministerios de Ambiente y Turismo.
Aspectos operativos
Pueden zarpar máximo tres embarcaciones al mismo tiempo, cada media hora. Estas saldrán y arribarán entre el alba y el ocaso del mismo día y al mismo puerto.
Normas de observación
La embarcación debe mantener una distancia mínima de 100 metros de las ballenas. Durante el acercamiento, que debe ser por los costados o por atrás de las ballenas; deberá disminuir la velocidad cuando la embarcación esté a 400 metros de estas. Al percatarse de que una ballena o un grupo se aproxima a la embarcación, se debe detener la marcha y esperar su comportamiento.
Tiempo de avistamiento
Máximo 25 minutos. Se evitará rodear o ubicarse en el medio de un grupo de ballenas. Está prohibido nadar y bucear entre las ballenas y alimentar a los cetáceos, peor lanzar desperdicios al mar.
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