martes, 19 de junio de 2012

Control de drogas en frontera norte es débil


***SNN





En el río Mataje, en la frontera norte. Esta es la línea que divide a las poblaciones de Ecuador y Colombia. La parroquia limítrofe es Mataje.


Frágil operación antidrogas en San Lorenzo
 
Los agentes revelan limitaciones para operar: de 40 hombres se redujo a 11. No solo hacen tareas antidrogas, sino control de armas y auxilios.

En el pueblo solo se escucha el cantar de los gallos y el ladrido de los perros. Las casas, cubiertas con láminas oxidadas y paredes de bloque, están abandonadas. Las puertas de madera tienen candados y la maleza comienza a cubrir la calle. Apenas hay tres hombres con pantalones cortos y bustos desnudos, pero casi no hablan.

Es Mataje, una parroquia esmeraldeña con 800 personas, separada de Colombia solo por el río que tiene el mismo nombre.
Cuando llegan extraños, los tres hombres entran despacio a una casa. Miran desde una pequeña ventana y la advertencia de uno de ellos: “¿De dónde son? A veces, acá vienen policías vestidos de civil y no queremos problemas”.

Inteligencia policial tiene marcado a Mataje y está entre los siete pueblos de San Lorenzo que las mafias usan para traficar droga.

En la parroquia no hay un puesto policial y el Grupo Especial Móvil Antidrogas (GEMA) realizan “controles esporádicos”.
¿Qué limitaciones tienen? Los agentes hacen revelaciones: hasta diciembre eran 40 hombres que en la zona se dedicaban a tareas contra los traficantes de droga y en enero se redujo a 11.

Pero no se dedican solo a operaciones antidrogas, sino también al control de armas en la ciudad y a llamados de auxilios.

De cinco camionetas asignadas a esta unidad élite, en San Lorenzo, dos están operativos. El resto necesita reparación. “No hacen el mantenimiento pese a que se mandó en Quito”, dice un policía.

Los fusiles M16 fueron donados por Estados Unidos. Igual las dos oficinas asignadas al GEMA en ese cantón fronterizo.

Las primeras alertas sobre los problemas en equipamiento para Antinarcóticos las lanzó desde Quito el entonces director de Pichincha, coronel Fernando Correa. El 3 de abril, el oficial aseguró que los vehículos de esta provincia también necesita reparación y que deben ser empujados para prenderse.

“Las cámaras fotográficas para el seguimiento (de las mafias) no son de última tecnología. Tenemos tres, pero para 10 grupos que hay en Quito (50 agentes). Y apenas contamos con dos filmadoras para todos”.

Tras esas declaraciones, Correa fue enviado a Guayaquil y siete días después, el coronel Freddy Ramos vino desde Guayaquil y como director nacional .


Antinarcóticos (e) negó esas declaraciones. “Tenemos 24 jefaturas provinciales a escala nacional y cinco subjefaturas. Todas están dotadas con vehículos, motocicletas, lo básico para el trabajo, y hay un aporte importante”.

Un mes después, el jefe de Estado mayor de la Policía, general Wilson Alulema, repetía el discurso: “En todo nivel se han equipado a las unidades (antidrogas). En este momento tenemos todo el presupuesto disponible”.

En San Lorenzo, antidrogas tiene recursos limitados. Recibe USD 100 al mes para emergencias de los autos y USD 150 mensuales más para el combustible.

Otra revelación de los uniformados: “Si nos quedamos sin ese dinero, los carros se quedan parados. Eso es frecuente, pues sin gasolina simplemente los vehículos no se mueven y no operamos”.

Los problemas ocurren pese a que informes de Inteligencia policial señalan que San Lorenzo “facilita la presencia y el crecimiento de bandas, redes delincuenciales y trafico de drogas”.

El 22 de febrero, en ese cantón se decomisaron 325 bloques de marihuana. El 25 de mayo se hallaron 500 plantas de coca en El Progreso y un mes después.


15 000 matas en La Comuna.

Inteligencia revela que la intención de las bandas criminales es “consolidar sus áreas de injerencia” en las áreas de frontera y se disputan áreas con la guerrilla.

En Mataje todo es discreción. “Por acá no hay esas cosas de la droga o la guerrilla”, dice otro hombre. Él llegó hace 10 años.

Nació en el Putumayo colombiano, pero dejó su pueblo luego de que armados asesinaran a su padre. “Lo quisieron reclutar”. ¿Quiénes? No responde y se va.

En el fronterizo río Mataje las mujeres callan. Tampoco responden. Los militares saben que lanchas artesanales ayudan al paso entre los dos países. El tráfico de combustible vía fluvial es común.

Allí opera la Marina ecuatoriana, también cuestionada por Rafael Correa. En marzo del 2011, el Presidente dijo estar ‘harto’ de esa Fuerza y que no hay resultados en seguridad. “Se les ha dado todo lo que han pedido y ahora piden más de 40 millones para el sistema de guardacostas. Se los vamos a dar para que no sea pretexto y le vamos a exigir resultados”.

Los agentes del GEMA operan con los marinos, pero en el control de armas. Los puestos móviles antidrogas los levantan solos y alertan sobre riesgos de emboscadas.

Otra debilidad: los hombres que están en San Lorenzo son nuevos. Llegaron a inicios de año y hay dificultades para bloquear las rutas ilegales. “Recién estamos conociendo las zona y estamos reducidos en nuestra capacidad operativa”. Lo dice un policía.

La construcción de la Unidad de Policía Comunitaria tampoco avanza. En el Mataje no han visto a los uniformados desde hace tres semanas. Los tres hombres no hablan más. Se separan y se van.

La dotación

El comandante de Policía, teniente coronel Rodrigo Ocaña, dice que entre San Lorenzo y Eloy Alfaro operan 225 uniformados, 16 patrulleros y 25 motos.

El oficial dice que en el cantón se construyen cinco Unidades de Policía Comunitaria. “Vienen con patrulleros y motos. Además, dos lanchas para patrullajes”.

Según la Policía, los pasos ilegales que los grupos delictivos utilizan por San Lorenzo están en El Brujo, Ancón, El Viento, Mataje, Corriente Larga, Piedra Sellada y Alto Tambo.

La semana pasada, el ministro del Interior, José Serrano; el viceministro Javier Córdova, y el comandante general de la Policía, Patricio Franco, estaban en San Lorenzo. En un comunicado indicaron que se reunieron con los policías que operan allí.





Fuente: EL COMERCIO*


No hay comentarios:

Publicar un comentario