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Los alumnos del Instituto de Educación Especial Nuestra Señora de El Carmen en Urdaneta (Los Ríos) dejaron de usar las piscinas para sus terapias. Beatriz García, directora de este centro cuenta que una capa aceitosa, producto de las fumigaciones aéreas en las bananeras, caía de forma permanente sobre la superficie del agua.
Los habitantes de esta localidad se quejan de que luego del paso de las avionetas sienten picazón en la piel. Esto ocurre cada semana.
Una de las empresas que fumiga en la región es Aerofaq. Su gerente, Rodolfo Vega, menciona que las bananeras se fumigan cada ocho días en invierno y con un lapso de 12 días en verano.
Cuando hay soles extremos, no se fumiga a mediodía porque las hojas del banano están caídas y no reciben el producto.
Como resultado de las fumigaciones, en este poblado siempre cae una especie de brisa con polvo sobre el patio del Instituto, al igual que en las calles, techos y viviendas de las ciudades, parroquias y recintos de La Provincia de Los Ríos.
En las plantaciones Según los gremios bananeros, estas empresas dan trabajo a más de 250 000 trabajadores en el país. A esto se debe sumar los trabajos indirectos como elaboración de cajas de cartón, transporte y exportación.
Según la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador, hasta el 2009 se exportaron 140 389 166 cajas. Creen que para este año, la cifra será similar.
Otra medida para salvaguardar la salud de los habitantes expidió en el 2008 en el cantón Valencia, otra zona bananera. Una ordenanza obligó a que las plantaciones se retiren 150 metros de los poblados. Pero en la actualidad las localidades están pegadas a las plantaciones.
Cada vez que los pobladores escuchan los motores de las avionetas, en las mañanas, se ocultan en sus viviendas, las cuales están en medio de las plantaciones bananeras. Pasadas las 16:00, cuando el sol es menos fuerte, las hojas retoman su posición horizontal para que puedan recibir el químico.
Vega asegura que no es posible fumigar de forma manual, pues las bananeras son de grandes extensiones. Según el INEC, hasta el 2011 habían 233 427 hectáreas de plantaciones de banano en el país. Para tener una idea, cada hectárea equivale a un estadio de fútbol.
El panorama de Urdaneta se extiende a toda la provincia. Entre las hojas verdes de las plantaciones se ocultan pequeños recintos. A lo largo de la vía Santo Domingo Quevedo, Urdaneta, Babahoyo, la mayoría de los cultivos son de banano.
La Misión Manuela Espejo de la Vicepresidencia de la República relacionó la vinculación entre las fumigaciones bananeras y el alto índice de discapacidad que se registra en estas zonas agrícolas.
Quevedo es una de las localidades más afectadas. En esta ciudad hay 2 599 personas con discapacidad. Su población total es de 139 790 habitantes, es decir, está afectada el 1,85%.
Para el bananero Wilfrido Macías la presencia de las discapacidades está relacionada con la falta de una cultura de protección de los jornaleros bananeros.
Él afirma que lleva tres años educando a sus obreros. Les dio 70 charlas para convencerlos de la protección y recién ahora ya cumplen las normas.
En el pasado casi siempre le ponían reparos a la vestimenta y elementos de protección: que el overol es caliente; la mascarilla provoca sudoración y no pueden respirar; el guante suda la mano, la bota de caucho es muy caliente.
Las personas con discapacidad severa son las que más preocupan en estas localidades. En Los Ríos fueron identificadas 404 personas en esta condición y en total hay 12 686 casos con algún tipo de discapacidad. La población general de esta provincia costera es de 650 000. En Guayas, en cambio, hay 7 766 casos críticos.
La sospecha de que los químicos que se usan para la fumigación en las bananeras y su posible afectación a la salud no es nueva.
En el 2007 grupo de aviadores afectados por la venta de mancozeb presentaron una demanda ante Corte Superior de Washington. En esa ocasión se sospechó que el producto mancozeb era el causante de los daños en la salud de los aviadores que laboraban en las compañías de fumigación aéreas. En la etiqueta de este producto se recomendaba evitar el contacto con la piel y los ojos. Durante su aplicación usar máscara, guantes, botas de goma y ropa protectora adecuada. Posteriormente lavar con agua y jabón las partes del cuerpo que hayan tomado contacto con el producto así como la indumentaria utilizada. En marzo pasado, Agrocalidad, amplió cuatro meses el plazo para que las comercializadores químicas, bananeras y fumigadoras dejen de usar mancozeb.
Fuente: EL COMERCIO
Nota SNN: IMAGENES DE LA WEB
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