jueves, 21 de noviembre de 2013

Los feligreses de la Virgen de Monserrate llegan por cuatro rutas

***SNN




La Basílica de Montecristi. Los feligreses se congregan en este templo para escuchar la misa y agradecer por los favores que recibieron de la Virgen de Monserrate. Fotos: Patricio Ramos / EL COMERCIO La Basílica de Montecristi. Los feligreses se congregan en este templo para escuchar la misa y agradecer por los favores que recibieron de la Virgen de Monserrate. 


Los filos y parterres de cuatro vías que confluyen a Montecristi desde nueve cantones de Manabí son ocupados por los devotos de la Virgen de Monserrate. 


Los festejos en honor a la patrona de Montecristi terminan hoy, luego de 10 días de procesión. Por las carreteras que unen a Montecristi con Manta, Jaramijó, Portoviejo y Jipijapa se ve a los caminantes que convergen al santuario de Monserrate, ubicado al pie del cerro de Montecristi. 


Los creyentes llegan caminando, en bicicleta y motocicletas desde Portoviejo, Santa Ana, Jaramijó, Manta, Rocafuerte, Paján, Pichincha, Puerto López y Jipijapa. 


También viajan en carro. 

22 buses de la Cooperativa Montecristi recorren la ruta a Manta y Jaramijó. El 70% de los 300 mil creyentes que se calcula que arriban en los 10 días de la fiesta proviene de Manta, afirma el párroco de Montecristi, Ángel Toaquiza. 


El momento más adecuado para las caminatas es desde las 16:00 hasta las 07:00 del día siguiente, pues no hay sol y el ambiente es fresco. 


Flor Cedeño tiene 60 años y camina desde que tenía 15 años. El martes salió desde el sector de Los Esteros, en el noroeste de Manta. Ella viste pantalón largo, blusa y una gorra para aplacar los últimos rayos del sol. Recorre 18 kilómetros junto a varios familiares. 


Tardaron alrededor de cuatro horas y media en llegar a la Basílica. "Salimos a las 16:00 de nuestra casa hasta Montecristi. 


El tiempo ni los kilómetros se sienten, porque mientras caminamos conversamos de muchos temas". Detrás ella caminan presurosas cinco religiosas de la parroquia La Merced de Manta. 


La hermana Luz Elena es una de ellas. Baja de estatura y ojos vivaces se da un respiro para comentar con sus compañeras sobre el agotador trayecto. "Lo bueno es que vemos muchos jóvenes, la fe llega con fuerza hacia ellos, esto es una muestra". 


Desde la zona de parroquia Corpus Cristi de Urbiríos, en el noreste de Manta, caminaron 50 personas. José Luis Calderón, un estudiante universitario se da unos minutos de tregua, mientras compra una manzana en uno de los 70 puestos de ventas ambulantes que hay en la vía Manta-Montecristi. "Somos jóvenes al servicio de Dios y de nuestra parroquia, disfrutamos este ejercicio espiritual". 


Los vendedores ambulantes trabajan hasta 14 horas diarias. Uno de ellos es Darwin Villacreses. En una carreta metálica, que ubicó a 2 kilómetros del ingreso a Montecristi, vende -junto a su esposa- hamburguesas, carne en palito, choclos con queso, bebidas hidratantes y agua. "Nos preparamos desde octubre, reunimos un dinero para la materia prima, aquí estamos, nos ganamos hasta USD 60 por cada día". 


En La Y de Montecristi, en el noreste de la urbe, se aprecia a los caminantes que llegan desde Portoviejo, Rocafuerte y Jipijapa. El último sorbo de agua que había en una botella plástica ofreció Valentín Conforme a su hijo Luis. 


A las 17:30 del martes, ambos caminaban a paso lento. Salieron desde el sitio de las canteras en la vía Portoviejo-Montecristi. Para caminar cómodos, padre e hijo llevaban pantalones cortos. 


Valentín aprieta la mano de su hijo, mientras transita por un parterre. "Los que caminamos al filo de la vía nos jugamos la vida, porque pocos conductores reducen la velocidad cuando atraviesan por las zonas de los peregrinos, la Virgen nos protege en el trayecto". 


Los feligreses ingresan por la avenida 4 de Julio y la empinada calle 10 de Agosto. Todos confluyen hacia la basílica y esperan tener suerte para estar presentes en el inicio de una misa. 


El padre Toaquiza no sale de su admiración. "La gente por lógica camina por las tardes, noches y madrugadas, pues es la hora más fresca en la iglesia". El templo tiene capacidad para 2 000 personas y se ofrecen más de 10 servicios religiosos cada día. 


El párroco asegura que la afluencia diaria es de 20 000 y 30 000 personas, quienes llegan entre las 17:00 y 07:00 del día siguiente. Los sábados y domingos, y el 21 de noviembre -día de la procesión- son los más concurridos. 


El comercio aflora Más de USD 1 millón se mueve durante los 10 días de fiestas, comenta José Campuzano, presidente de la Cámara de Comercio de Montecristi. "Nosotros somos 150 entre pequeños y medianos empresarios especialmente en la venta de artesanías". 


Según la Cámara, 900 comerciantes informales llegan por las fiestas. 250 son de Montecristi y 650 arriban de otros cantones e incluso fuera Manabí. 


Cada peregrino gasta en promedio USD 30 entre alimentación, transporte de regreso y la compra de algún artículo en la feria, que se realiza en las calles de la zona baja de la basílica. También acuden a las playas del puerto manabita.



Fuente: http://www.elcomercio.com/pais/religion-feligreses-virgen-monserrate-fe-montecristi_0_1033696633.html. 



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