El cura confesor que "maltrata" a quienes le piden el sacramento del perdón debe abstenerse de confesar, advirtió ayer el papa Francisco, durante la audiencia semanal en la plaza vaticana de San Pedro.
Ante las 35.000 personas reunidas, pidió también rezar por las al menos 18 víctimas mortales de las inundaciones en la isla italiana de Cerdeña.
El papa, que aparentemente estaba recuperado de la gripe que lo obligó a anular algunas citas el pasado viernes, volvió a tratar la cuestión de la misericordia, e insistió mucho en que la confesión no debe ser vivida de una forma traumática.
"El servicio que el cura ofrece de parte de Dios en el sacramento de la confesión es muy delicado, que exige que su corazón esté en paz, que no maltrate a los fieles, sino que se muestre como un amigo fiel y misericordioso", explicó.
"Para el cura que no está en este estado de espíritu, es preferible que, hasta que se corrija, no administre este sacramento", enfatizó.
Reveló que él se confiesa cada 15 días porque "es un pecador" como todos. "Él (su confesor) escucha las cosas que le cuento, me aconseja y me perdona. Y yo necesito este perdón", agregó. Puntualizó que aunque los católicos "a veces se confiesan directamente con Dios" es necesario hacerlo con un confesor porque "te da la seguridad del perdón".
Bromeando, a los argentinos presentes en la plaza de San Pedro les preguntó: "¿El mate?. ¿Dónde está hoy el mate?". Los peregrinos argentinos que acuden a las audiencias de los miércoles y a otros actos, conocedores del gusto del papa por el mate, suelen llevarle la infusión y se la ofrecen durante el tradicional paseíllo antes de la audiencia. Y él la bebe.
Fuente: EXPRESO - AFP/EFE
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