PUERTO SALINAS, Guayas.Cangrejeros de este sector mostraron los supuestos daños al manglar. Las huellas de la maquinaria están impregnadas en el suelo fangoso. Es un espacio desbrozado en el manglar, del tamaño de una cancha de fútbol.
En uno de los lados está el tronco de lo que fue un mangle de al menos diez metros. Tiene las huellas de haber sido arrancado. Más allá hay otros mangles caídos y tierra que los va tapando.
El área está separada por un muro de la piscina 40 de la camaronera de la empresa Blaunsa S.A. Dista algo más de cien metros de Puerto Salinas, pueblo de unas 200 familias de cangrejeros y pescadores de la isla Escalante, en el golfo, a dos horas en bote desde Guayaquil.
Es domingo 24 de noviembre, al mediodía. Un centenar de habitantes de Puerto Salinas ha ingresado al sector, desafiando la advertencia de unos diez guardias armados de Blaunsa.
Lo han hecho para mostrar la supuesta destrucción del manglar y presionar para que se paralice el relleno, que ese día lo ejecutan dos volquetes.
Allí, Julián Marcial, presidente de la Asociación de Pescadores Isla Escalante, culpa a Blausa de tumbar el manglar y rellenar el área con tierra para decir que es desbrozada. Dice que una primera tala ocurrió el 25 de febrero, a 50 metros de allí.
En esa ocasión denunciaron a la Dirección del Ministerio del Ambiente en Guayas y a la Subsecretaría de Recursos Pesqueros. Entonces, el subsecretario de gestión marino costera, Nelson Zambrano, avaló un informe en el que concluyó que hubo afectación de 0,47 ha de manglar en el área concesionada a la agrupación Aparabafie.
Ahora, hace dos semanas, la maquinaria ha intervenido en dos lugares. Marcial y otros pobladores aseguran que ese manglar está concesionado a los comuneros. Denunciaron nuevamente el caso en la Subsecretaría de Acuacultura y en el Ministerio del Ambiente.
Con fecha 14 de noviembre, José Luis Kuffo, inspector de la Subsecretaría de Pesca, envía un informe a la Dirección de Control Pesquero, luego de una inspección hecha el día 12.
Dice que allí encontró brazos mecánicos que abrían un canal y luego de un diálogo dispuso que se suspendieran las tareas cuando faltaban 40 metros para llegar al brazo de mar. Indica que había cangrejos rojos muertos.
Pero el 24 de noviembre los trabajos ya han llegado al brazo de mar. Se aprecian mangles arrasados y cangrejos muertos. Enrique Andrade, apoderado judicial de Blaunsa, señala que no hay destrucción del manglar, sino solo tareas de limpieza.
Esto se hace, asegura, con base en una licencia del Ministerio del Ambiente. Esta se emitió el 24 de octubre y avala “la reubicación de uno de los dos sistemas de bombeo en un área desbrozada”, o sea, sin manglar.
Andrade dice que solo “unos 20 comuneros” se oponen y los acusa de amenazar con incendiar los carros. El Ministerio del Ambiente no respondió hasta ayer a una consulta hecha por este Diario el pasado lunes.
Fuente: EL UNIVERSO
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