lunes, 23 de abril de 2012

Más pruebas de los sacrificios

***SNN



Defensoría del Pueblo pide informe sobre actos atroces


Testimonios de ex conscriptos revelan las prácticas presuntamente promovidas por oficiales de las FF.AA. Sus versiones dejan en claro que los casos son esporádicos, pero que sí ocurren.

Testimonios de ex conscriptos revelan las prácticas presuntamente promovidas por oficiales de las FF.AA.

Las polémicas fotos en las que se observa a un perro sacrificado durante un entrenamiento militar no serían las únicas pruebas del cometimiento de estos actos en algunos sitios del país. Testimonios de personas que cumplieron la conscripción -en diferentes años- dejan al descubierto que estos rituales son practicados esporádicamente como parte de la preparación exigida presuntamente por sus superiores.


Una de esas versiones es la de Mario (nombre protegido), quien -a raíz de la publicación de las fotografías en las redes sociales- decidió contar su experiencia por lo mal que se sintió al ser obligado a cometer un acto igual de repugnante.


Había pasado unos seis meses de haber iniciado la conscripción en Loja (prefiere no dar a conocer el batallón al que perteneció para no ser reconocido) y para esa época (2002) tenía que pasar pista (prueba física que se realiza en área selvática).


Contó que una de las pruebas tuvo relación con el sacrificio del animal. “Al perro lo matan, le sacan la sangre y luego te la hacen beber... a mí me la hicieron tomar cuando ya estaba hecho coágulo y como lo vomité, el cabo que estaba encargado de la pista me obligó a que lo masticara”, recalcó.


Aclaró que el can fue sacrificado por un compañero (otro conscripto de su unidad) luego de que uno de los superiores diera la orden. “Primero le pidieron a uno del grupo que lo hiciera, pero se rehusó y salió corriendo... él terminó siendo castigado con un planazo (golpe que se da con un machete) ”, lamentó.


El siguiente seleccionado no tuvo más remedio que cumplir lo ordenado por el oficial. Ya muerto el animal, los voluntarios (como identifica a los oficiales de rango superior que se ofrecen a dirigir la pista) son los encargados de faenarlo.


Una experiencia similar vivió Alberto cuando cumplió en 1996 el servicio militar en el Batallón de Infantería Nº 20 “Capitán Díaz”, ubicada en Cariamanga, provincia de Loja. En este caso, la existencia del perro se dio desde los primeros días de haber ingresado. “A nuestra compañía asignaron el animal para que lo cuidemos y tratemos como la mascota del grupo”, relató.


El sacrifico ocurrió meses después; justo el día que pasaron todas las pistas. Detalló que los mismos sargentos y cabos van preparados con cámaras fotográficas para dejar registros de las actividades cumplidas en las pruebas y luego venderlas. “Yo me tomé una foto (con el animal muerto), pero nunca se la enseñé a mi familia... con el pasar de los años decidí destruirla”.


Alberto aclaró que -según lo que ha conocido en el acuartelamiento- estas prácticas no son realizadas por todos. “El batallón se divide en compañías y no a todas asignaron un perro... Todo depende de las personas que estén a cargo de las compañías, hay gente que ha sido entrenada de igual forma y quiere mantener esa tradición”, acotó.


A criterio del ex conscripto, el sacrificio del can se transforma -mientras se cumple dicho ritual- en una especie de prueba psicológica orientada a estar preparado para diversas circunstancias de guerra. “Ellos (los superiores) se dan cuenta que si tú no lo haces estarías perdido en el campo de batalla, ya que de pronto puedes enfrentarte al enemigo y por no matarlo, puedes perjudicar a todo tu pelotón”, añadió.


Ante la publicación de las fotografías publicadas en la cuenta de Facebook del conscripto José David Guamán Pichasaca, perteneciente a la Brigada de Caballería Blindada acantonada en la ciudad de Riobamba, el Ejército hizo público un comunicado rechazando dichas prácticas.


El escrito señala además que “los implicados en este lamentable suceso ya identificados, como también el militar que subió las fotografías a su cuenta personal de Facebook, son investigados y serán sancionados acorde a los reglamentos de disciplina militar sin menoscabo de las medidas legales que pueda tomar la justicia ordinaria”.


La reacción del joven Guamán Pichasaca también fue inmediata. En su misma cuenta publicó: “A todas las personas que ingresaron a mi cuenta de Facebook, quiero presentar desde el fondo de mi corazón y como creyente de un ser supremo que es Dios, las disculpas por haber publicado y subido a este medio las imágenes que se encuentran circulando, imágenes que no guardan relación con la política de la institución a la cual me encuentro sirviendo, sino más bien es un hecho infantil provocado por un compañero que en algún momento no midió las consecuencias que podría ocasionar. Quiero expresar mi arrepentimiento y pedir nuevamente disculpas ante este hecho, principalmente al Ejército al cual me encuentro sirviendo, ya que afectó a la imagen de esta institución”.


Para Alejandro Richards, quien fundó y presidió la Federación Provincial de Militares en Servicio Pasivo del Guayas, estos actos no pueden opacar la imagen de la institución, ya que se trata de casos aislados. “En lo personal, me sorprendí cuando vi la foto... esa no es nuestra disciplina. Yo lo tomo como una travesura de jóvenes que fueron a hacer la conscripción”, acotó.


Aunque no descarta la posibilidad que de ciertos malos elementos practiquen estos actos durante la instrucción, Richards aclaró que en sus veinte años de experiencia en la instrucción militar nunca se promovió el cometimiento de dichos actos. “Nosotros como militares en servicio pasivo fuimos las bases sólidas de lo que es hoy las FF.AA. No puedo creer que travesuras de uno, dos o cinco personas dañen la imagen de la institución”.


Dijo que de comprobarse la veracidad de estos casos debería investigarse a los responsables. Carla Patiño, directora nacional de Protección de Derechos Humanos y de la Naturaleza de la Defensoría del Pueblo, indicó que ya han solicitado al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas un informe sobre las sanciones disciplinarias aplicadas en este caso.


Patiño aclaró que como medida adicional se pidió se explique si estas prácticas forman parte del pénsum, manuales o protocolos establecido para la formación de los miembros de las FF.AA. “Aún no hemos tenido respuesta... pero la institución militar tiene ocho días laborables para responder (el plazo vence hoy)”, dijo. “Lo que queremos con nuestra intervención es erradicar por completo estos actos”, recalcó.


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