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EL UNIVERSO / AP | Quito.-La confianza en la policía ecuatoriana aparece severamente afectada tras la revuelta del jueves contra el presidente Rafael Correa, reconocen miembros de la institución, mientras analistas creen que el primer paso para recuperarla será no dejar que los hechos queden en la impunidad.
Reivindicar la credibilidad institucional no será una tarea fácil para el general Jaime Vaca, uno de los mandos que puso su cargo a disposición luego de la sublevación que dejó cinco muertos y 193 heridos.
Vaca recordó el episodio como algo doloroso por el derramamiento de sangre entre hermanos ecuatorianos y señaló que por las acciones de aquellos que no pensaron en las repercusiones de sus actos ha sido juzgada una institución noble.
En diálogo telefónico con The Associated Press, el general reprochó la manera en que se realizó el reclamo y aseguró que hubo fuerzas ocultas, que no quiso identificar, pero que no descartó sean políticas.
Optaron por el peor camino, desdibujando el nombre de Ecuador y el prestigio de la institución, afirmó.
Además del sacrificio y profesionalismo que deberán demostrar a futuro los miembros policiales, deben juzgarse los hechos con legalidad, agregó.
Euclides Mantilla, otro de los generales que puso su cargo a disposición, dijo al diario El Universo que todo lo que veníamos ganando en la línea de respeto a los derechos humanos, en confianza y apoyo de la comunidad sufrió un retroceso.
La opinión del ex jefe policial coincide con la de Sara López, abogada de 38 años, para quien la actitud de los gendarmes el pasado 30 de septiembre fue errónea.
Si al presidente son capaces de tratar de esa manera, no se diga a ciudadanos comunes y corrientes que estamos en las calles, dijo López a la AP.
Correa, quien convalece de una operación en su rodilla derecha, se vio afectado por bombas lacrimógenas, una de las cuáles fue lanzada muy cerca de su cabeza, el pasado jueves, cuando acudió a un regimiento policial en esta capital para intentar mitigar una protesta por reivindicaciones salariales.
Tras 10 horas de permanecer refugiado en un hospital cercano, Correa fue rescatado en medio de un operativo militar que derivó en una balacera.
Recuperar la confianza institucional será una meta a mediano plazo para el ex subsecretario de Seguridad Ciudadana, Lautaro Ojeda.
En diálogo telefónico con la AP, Ojeda aseguró que un paso fundamental será realizar una investigación seria, que siga el debido proceso (para) que los culpables sean juzgados. De lo contrario, dijo, la impunidad minará aún más la confianza de la gente.
Una reestructuración de la institución que incluya la capacitación y formación profesional, poniendo énfasis en los conceptos éticos, sin dejar de lado temas relacionados con el bienestar de los policías como horarios de trabajo, vivienda y salud, también serán pasos importantes, dijo.
Carlos Arcos, titular del Instituto de Altos Estudios Nacionales, concordó con la idea de que sólo una reforma institucional de fondo podrá restablecer las líneas de disciplina entre la tropa y los altos mandos.
Correa, quien llegó al poder en enero del 2007, acusó a los insurrectos de atentar contra su vida y aseguró que para ellos no habrá perdón ni olvido. Señaló que se investigará hasta sancionar a los responsables.
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