“Nadie nos explicó a profundidad qué ganábamos o qué perdíamos con la nueva Ley de Servicio Público. Lo del pasado 30 de septiembre fue una mezcla de inconformidad, rumores y desinformación”, cuenta un uniformado que estuvo en el Regimiento Quito Nº 1 el día de la revuelta policial.
Quiere el anonimato. “Pese a que las cosas parecen normales, aún queda miedo en la institución. Mejor es no ser visible”.
Aparentemente los esfuerzos de la anterior cúpula policial, encabezada por el general Freddy Martínez, por comunicar a la tropa los alcances de la nueva ley que se debatía en la Asamblea, así como ciertas inconformidades por el trato entre oficiales y tropa, no fue suficiente y desembocó en una manifestación. Dos semanas después del 30-S se iniciaron los diálogos con la tropa y oficialidad para explicar la forma de trabajo de la administración del general Patricio Franco.
Una de los primeros movimientos internos fue el posesionar al coronel Lino Sánchez como vocero único de Policía. Su labor: iniciar el proceso de comunicación interna para evacuar dudas y explicar toda medida que involucre a la Policía como ente de seguridad. “Hasta el 2007 era visible la jefatura de comunicación, pero no sé por qué dejó de tener incidencia”, explicó Sánchez.
Cerca de dos semanas duró en el cargo.
No se explicó la remoción, pero trascendió que se la realizó para evitar problemas por una investigación interna que se le hace al oficial por un tema del reclutamiento de cadetes en el 2009.
El reemplazo inmediato fue el coronel Luis Ramírez. Él sostiene que la comunicación es vital, más aún, dice, en estos momentos en los que la Policía debe reposicionar su imagen ante la sociedad e internamente recobrar el liderazgo frente a sus miembros.
“Ya lo dijo el comandante Franco, lo que falló para que se produzca el 30 de septiembre fue la falta de comunicación e información. Por ello, lo que se pretende es reforzar y fortalecer la dirección para que exista una comunicación clara y definida con los canales formales y con la información necesaria y adecuada en el momento justo”, manifestó Ramírez.
La primera reunión entre la cúpula y unos 200 miembros que representaban a la tropa, unidades especiales y comandos de acción se dio el 15 de octubre. Una de las prioridades expuestas por los generales era el mejorar las comunicaciones entre oficiales y tropa. Las nuevas autoridades habrían reconocido que existieron falencias en ese campo, pero que se realizarán los esfuerzos para evitar la desinformación que pueda generar problemas internos.
Según Ramírez, la institución aprovechará todos los medios informáticos con que cuente para hacer conocer, de forma clara y precisa, a los 42 mil policías de lo que sucede en la fuerza. Y hacer conocer a la sociedad de su trabajo. “La transparencia es fundamental porque implica confianza... y mayor efectividad”.
Reuniones similares con la tropa se han dado con más frecuencia en todo el país durante este primer mes del 30-S.
Según el ministro del Interior, Gustavo Jalkh, el estar en los cuarteles es una política que se impulsa desde hace tiempo.
Cambios: POLÍTICAS INTERNAS
Disposiciones en distritos
Cada oficial encargado de los cuatro distritos de la Policía tienen la responsabilidad de manejar no solo la estrategia delincuencial, sino los pases de los miembros que conforman sus comandos. Y la disposición de informar toda novedad que signifique dirigir procesos de comunicación para aclarar temas o resolver problemas.
Nuevo acercamiento
El viernes 29 de octubre se reunió la cúpula policial, el Ministro del Interior y alrededor de 75 agentes del Grupo de Intervención y Rescate (GIR). En el desayuno de trabajo se habló sobre el equipamiento recibido y de las necesidades técnicas.
Fuente: EL UNIVERSO
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