Entrevista a María Aguirre, psicóloga especializada en relaciones de pareja.
Un estudio realizado por el Grupo de Diarios de América (GDA) determinó que un gran porcentaje de los hombres y mujeres ecuatorianos inician sus experiencias sexuales entre los 13 y 16 años. ¿ Considera que esta es una edad temprana para ello?
Los niños comienzan su vida sexual a temprana edad y cuando aún están en crecimiento. En este sentido no hay mucha diferencia entre niños y niñas.
¿A qué se debe esta iniciación temprana?
Hay varios problemas. Entre ellos la educación y la comunicación. Los jóvenes acceden a la sexualidad abierta en Internet y en la televisión. Existe un comercio sexual elevado, y los niños están expuestos a estas imágenes.
¿POR QUÉ ESTÁ AQUÍ? Su experiencia. Es psicóloga especializada en terapias de pareja, familiares y de jóvenes.
Su punto de vista. La concepción de infidelidad es diferente entre hombres y mujeres, pero también varía según el tipo de educación.
¿Cuáles son los riesgos? Se debe aclarar que los niños aún están creciendo, y comenzar una actividad sexual en esta etapa puede causar la promiscuidad entre los jóvenes. Los chicos no están preparados emocionalmente para tener un compromiso serio, que se requiere para tener una vida sexual plena.
¿La iniciación temprana de la sexualidad puede traer consecuencias psicológicas?
Los jóvenes todavía no conocen su cuerpo, entonces no saben cómo ha crecido y cómo compartir su cuerpo con otro ser humano. Se debe estar preparado y listo para ofrecer a otra persona placer y también para recibirlo, estar desarrollado emocionalmente. Pero además, y también importante, es que no tienen claros riesgos como embarazos precoces y enfermedades de transmisión sexual, a los que están expuestos.
¿Los padres ecuatorianos hablan de sexo con sus hijos?
Antiguamente era muy difícil el manejo del tema de sexualidad. Pero ahora existen padres de familia jóvenes que bordean los 30 años. Esa generación ya habla de sexualidad con sus hijos. Ahora es más abierto. Los valores familiares son los pilares en los que se basa la educación sexual.
Algunos psicólogos dicen que una adecuada información sobre sexualidad puede lograr que se tenga una vida sexual plena, incluso se puede evitar la infidelidad
La infidelidad tiene varios enfoques. Uno de ellos es el cultural. Nosotros estamos inmersos en una cultura machista y la infidelidad es parte de ser el macho, o un reto para los hombres. Así la infidelidad se toma como algo que debe hacerse. Pero también se lo toma como una señal o aviso de que la relación está mal. La educación es básica.
El estudio del GDA determina que las mujeres también son infieles...
Las mujeres ahora también están inmiscuidas en las actividades productivas. Lo que sucede es que la infidelidad en las mujeres es más solapada. No es como el hombre, que está orgulloso de haber sido infiel. La mujer es señalada y sentenciada.
¿Pero el tema del machismo no es un problema de educación en los hogares?
Antes los padres llevaban a los prostíbulos a los hijos para que se iniciaran en la vida sexual. Pero ahora esa práctica se ha abolido. Para que el machismo se erradique se necesitan distintas actitudes y educación.
¿Es ese machismo el que hace que la mayoría de hombres no perdone una infidelidad de su pareja, mientras que las mujeres de cierta manera aceptan las infidelidades y hasta las perdonan?
Sí. Los hombres por lo general no perdonan una infidelidad porque es meterse con su virilidad. Y porque el hombre machista dice que son solo relaciones sexuales que no involucran sentimientos.
¿Los infieles cambian?
La fidelidad es un valor, es personal. No se trata de ser fiel a una pareja, sino a uno mismo. Es una opción de vida.
Fuente: EL COMERCIO
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