sábado, 5 de febrero de 2011

Paraísos verdes cerca al mar

***SNN

EXPRESO - Michelle Martillo Correa

Piscinas. Angie Jiménez y Manfred Beingolea disfrutan las piscinas naturales de las montañas del bosque húmedo en Dos Mangas. Foto: Santiago Arcos/Expreso


El agua de las cascadas y las pozas son medicinales. Allí se puede montar a caballo, comer frutas silvestres y bañarse en medio de la naturaleza. Todo, a solo tres horas de Guayaquil.



Espectáculo. Sin lugar a dudas uno de los tours más apetecidos es el de los delfines, en los estrechos de El Morro. A solo un par de horas de Guayaquil es posible este milagro.



Salud. Su gran contenido en minerales hacen de las aguas termales de San Vicente, en la Península, una terapia para personas con problemas reumáticos y respiratorios, entre otros.


“Si ven al tigre no salgan corriendo porque así se da cuenta que no tienen miedo y se va”, dice entre bromas Vicente Laines, presidente del Comité de Turismo y guía de la comuna Dos Mangas, para aclarar luego que estos ya no bajan al sector.


Mientras Vicente explicaba cómo los comuneros trabajan la tagua, Angie Jiménez y Manfred Beingolea decidieron ir a las piscinas de Dos Mangas convencidos de las maravillas contadas por el guía.


Jiménez y Beingolea dicen haber llegado al “sendero por casualidad”. Ellos son de Perú y llevan un mes disfrutando la costa ecuatoriana y trabajando como artesanos en Montañita. Vicente, su profesor de tagua, los invitó para que entiendan que “aquí hay algo más que mar y arena”.


El sendero se encuentra entre las montañas de la cordillera Chongón-Colonche, siendo el clima de bosque húmedo. En Dos Mangas el tour se divide en dos: las cascadas y las piscinas. El paseo por el primero dura cinco horas. El segundo, tres.


Emocionados, Angie y Manfred se pusieron las botas de caucho que les facilitó Vicente para iniciar su travesía. Para quienes vayan al lugar, se les recomienda alquilar uno de los 30 caballos con que cuenta el sitio. La reserva de estos debe hacerse un día antes, para cuando se llegue estén listos.


Como los jóvenes peruanos no se habían percatado de ese pequeño detalle, debieron cubrir a pie los 4 km de subida hasta llegar a las pozas.


Para entrar al bosque también se deben tener en cuenta algunas cosas: pisar siempre por encima de las cañas al cruzar un riachuelo, seguir al guía, llevar agua, repelente, frutas, ropa deportiva y traje de baño.


Son alrededor de 24 las pozas que se pueden disfrutar en este lugar aunque Sandro Tigrero, dirigente de la comuna, afirma que hay más.


“Lo más importante en el tour es poder admirar las piscinas naturales y apreciar las estalactitas de casi 10.000 años”, indica el guía en la entrada del recorrido.


El canto de las aves, el sonido de los insectos y el ruido de unos cuantos monos aulladores sorprendieron a los visitantes mientras el guía les mostraba las pomarrosas que colgaban de un árbol.


¿Qué es pomarrosa?, preguntó intrigada Angie. En seguida, Vicente arrancó del árbol los pequeños frutos amarillos de un sabor similar al mango verde.


Luego, un poco más adelante cortó una hoja grande de palma para poder armar un sombrero y uno cuantos “compadres” (palos de caña) que le sirvieron de bastón durante el recorrido.


En las visitas, el turista es acompañado por el sonido del agua que baja de la montaña, dando la impresión de una lluvia que nunca para.


Cuando Manfred y Angie llegaron a las pozas -tras haber degustado las frutas, conocido los árboles y escalado la montaña-, se lanzaron al agua fresca de las piscinas naturales.


Cómo llegar...
La entrada para subir hasta Dos Mangas queda en Manglar Alto. En la carretera principal hay un letrero indicando por donde virar. Al ingresar es como si se estuviera viajando por un valle debido a los árboles frondosos y su clima húmedo. Antes de llegar a la comuna, es necesario avanzar 7 km, pasando por Pajiza, el hotel “Sal si puedes” y un kilómetro de calle sin asfalto.


Al final del barrio 28 de abril (Dentro de Dos Mangas), hay un minicentro de interpretación. Allí, antes de subir al sendero, los guías muestran la riqueza del lugar, las artesanías y cuentan parte de la historia de la comuna.


Para ingresar al parque hay que cancelar 2 dólares, se debe contratar un guía que regularmente traslada ocho personas a pie y tres a caballo por un costo de 15 dólares. El alquiler del caballo cuesta 6 y se reserva un día previo al viaje llamando al 092020348.


Los delfines de Puerto El Morro
Muy pocas ciudades en el mundo como Guayaquil pueden ofrecer al visitante un espectáculo como los delfines de Puerto El Morro. Hay dos tours. El primero dura 2 horas y comprende los manglares del estero y canal del morro donde además se aprecian garzas rosadas y fragatas. El segundo dura 3 horas e incluye una caminata por la isla de los pájaros. ¿Costo? 5 y 8 dólares por persona.


Baños naturales de San Vicente
En 1871, Teodoro Wolf advierte la existencia de las fuentes y sus bondades terapéuticas, a solo 122 km en la vía Guayaquil-Salinas. Fue en 1992 que empezó su explotación comercial. La temperatura de las aguas del complejo termal con capacidad para 2.500 personas, está entre los 32 y 43 grados. Además de las aguas, los visitantes pueden disfrutar de baños en un cráter volcánico de fango.

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