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Durante una presentación. Marco Bermúdez canta junto a los dos vocalistas de la orquesta que incursiona en el género tropical. Foto tomada de su Facebook
música | Hasta el pasado domingo, Marco Bermúdez no llegaba ni a 2 000 amigos en su perfil de Facebook. Después de alzarse con el Grammy anglo, el mismo día, sus contactos ascendieron a 3 147, y hasta ayer todavía se seguían sumando más adeptos.
Antes de que su nombre recorriera el mundo, tras adjudicarse su segundo gramófono con la Spanish Harlem Orchestra, en el rubro Mejor disco tropical latino, recibía muchas llamadas de sus padres, familiares y músicos, pero no tantas como el domingo y lunes.
En esos dos días su cuenta en la red social y su celular colapsaron. En una entrevista con EL COMERCIO, el artista, nacido hace 50 años en Portoviejo, recuerda cómo vivió el triunfo del Grammy que llegó con ‘Viva la tradición’.
¿Cómo festejó la victoria?
Acabo de despertarme (ayer a las 11:01) y ahora solo se me ocurre agradecerles por la difusión de mi trabajo. Festejamos hasta el lunes. Bailamos, conversamos y compartimos con amigos y los 13 músicos de la banda.
Este es su segundo Grammy. ¿La alegría se asemeja a la que sintió en el 2002?
Creo que no. Este nuevo triunfo me hace feliz por partida doble, pues en ese álbum soy vocalista y compositor. Tres canciones de ese disco son mías.
¿Cómo se integró a la Spanish Harlem Orchestra?
Fue hace 8 años. El director de la orquesta Óscar Hernández llamó a audiciones en Manhattan, me vieron y me contrataron.
¿En cuántas orquestas ha trabajado?
Empecé a cantar desde niño. Me inicié como percusionista y baterista de una agrupación en mi tierra. Después fundé mi propia orquesta, Vibración, en compañía de mi hermano Eduardo hasta que me vinculé a Los Profetas.
HOJA DE VIDA Marco Bermúdez Nació en Portoviejo hace 50 años. Es hijo de Gladys Brito. Proviene de una familia de músicos.Viven en Nueva Jersey con su esposa salvadoreña Ana Díaz. Ellas es su mánager.
¿Qué tan lejos llegó con esa agrupación?
Con Los Profetas viajamos a EE.UU. en 1983 con un contrato de un año. Después decidimos quedarnos con mi hermano y probar suerte en tierras americanas. Al principio fue difícil. Trabajamos en actividades ajenas a nuestros intereses, pues en Ecuador dependían de nosotros.
¿Qué hacía en esos años?
A veces trabajaba como contador y otras como arreglista en una fábrica de instrumentos musicales. La situación no me permitía elegir, pero trataba de involucrarme en trabajos que se acerquen a mi interés.
¿Después de 28 años radicando en EE.UU., finalmente se acopló a esa cultura ?
Sí. Pero debo admitir que extraño mi tierra. Mi sueño, después de alcanzar mis metas, es comprarme una casita en la playa. Siempre me veo sentado frente al mar, respirando el aire libre de mi querido Portoviejo.
¿Qué es lo que más extraña de Ecuador?
Todo. El calor de la gente, la gastronomía -especialmente los cebiches (suelta una carcajada)-, sus playas... Aquí también hay playas, pero ninguna se compara con las de mi tierra.
¿Con qué frecuencia visita a sus familiares en el país?
Me es difícil viajar a Ecuador por varias razones. La última vez que los visité fue el 9 de octubre del 2010. A Guayaquil llegué invitado por el gobernador Roberto Cuero. Allí recibí un homenaje por mi primer Grammy.
¿Cómo es su relación con los integrantes de la banda?
Fenomenal. Somos una familia con muchos objetivos.
¿Cuántos días ensaya con la orquesta?
Realmente ensayamos cuando tenemos presentación. Todos somos profesionales y repasamos las partituras con anterioridad en nuestras casas.
¿En qué género musical incursiona su orquesta?
Hacemos música tropical y salsa dura de Nueva York, que se desprende de raíces latinas.
Con una vida tan ajetreada ¿cómo hace para mantenerse saludable?
Me gustaría tener como vicio el ejercicio, pero no es así. Trato de cuidarme en la comida. Pienso que me veo jovencísimo (suelta una carcajada) por la labor que realizó en el escenario.
¿Le gusta el fútbol, hincha de qué equipo es?
Por tradición hago barras por mi Liga de Portoviejo. Pero soy barcelonista de corazón. Amarillo hasta la muerte.
¿Qué planes tiene para el futuro?
Todavía me falta crecer con la agrupación. Después el tiempo me guiará hacia otras metas.
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