viernes, 4 de febrero de 2011

Vida y goles de Edson Montaño

***SNN

EL COMERCIO
Sudamericano Sub20

La vida le cambió radicalmente de una semana a otra. Edson Montaño llegó en agosto del 2010 a Valencia (España) para jugar con la Sub 20 de Ecuador el torneo amistoso de L’Alcudia y terminó siendo contratado por el equipo belga KAA Gent.


Este hecho marcó la vida del delantero guayaquileño, que en El Nacional ganaba USD 200 y ahora recibe USD 16 000 mensuales en el plantel de reserva del club europeo.


Un cazatalento lo observó en aquel torneo, en el cual levantó la copa de campeón con la Tri juvenil. De inmediato conversó con el jugador y su representante, José Luis Chiriboga, hijo del presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), Luis Chiriboga.


Su padre, Gonzalo Montaño, está feliz por este cambio. Con el dinero que recibe su hijo desde agosto del año pasado, cuando se unió al club, pudo arreglar su casa, ubicada en la 42 y García Goyena, atrás del puente Portete, en el suburbio de Guayaquil.


Gonzalo sostiene que ha sido “padre y madre” para Edson desde que su ex esposa, Maura Genoveva Angulo, viajó hace ocho años a España. “Ella hizo su vida y nosotros la nuestra”, recuerda aún con la mirada triste. En su billetera negra de cuero conserva una cédula original de ella.


Montaño, en cambio, esperaba la llamada de su madre mientras estaba en España con la Sub 20, lo que no ocurrió. Hoy evita hablar sobre el tema.


El camino hacia el éxito para este corpulento delantero de 1,78 metros y 79 kilos, se construyó más rápido de lo que él y su progenitor esperaban.


Su carrera futbolística se desarrolló en el club Rocafuerte, entre los 7 y 10 años; luego ingresó a Emelec. Allí, los entrenadores de las formativas lo marginaron y solo estuvo dos años.


Pero fue en la escuela de fútbol Ecuatoriano Juniors, de Duffer Alman, en donde mejoró su técnica y se destacó como ariete. Fue goleador y campeón en los interbarriales que organiza Diario El Universo. En su formación lo ayudaron Alman, Otto Morcillo y Marlon Mina.


Alman recuerda que Gonzalo tenía fe en su hijo. Lo dejaba y recogía todos los días, en La Fragata, en el sur de Guayaquil.


Pero su padre quiso que Edson se mostrara en un club de más jerarquía. Así, en el 2006 llegó a Barcelona, para competir en la Sub 16 de la Asociación de Fútbol del Guayas. Al final, tampoco fue aceptado en este equipo.


Al año siguiente (2007) ingresó a El Nacional, club con el que firmó contrato por tres años. Y mientras esto ocurría, Gonzalo, con su auto Toyota Cressida 1980, trabajaba de taxista.


Su domicilio en Quito fue el complejo de Tumbaco, a donde llegan los chicos de otras provincias para buscar suerte. Gonzalo, en cambio, se alojó en el hotel Mama Mía, cerca del complejo de los criollos, para estar pendiente del juvenil.


Perdomo Véliz Jare lo recuerda porque lo dirigió en el equipo de reserva. En ese etapa, Edson, era introvertido y conversaba poco, característica que aún mantiene. Pero Montaño pudo tener otro futuro. Fue abanderado con el Pabellón Nacional en la Escuela Mercedes Irigoyen. Y llegó hasta quinto curso en la especialización Informática en el Colegio Vicente Rocafuerte.


Su padre lo acompaña a los entrenamientos, pero no ha podido hacerlo en Bélgica. A él le negaron la visa. “Será porque soy chiro”, dijo entre risas. Es probable que la FEF lo ayude con el trámite a través de la Embajada suiza.

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