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Antonio Valencia habla de sus vivencias en Manchester y sus anhelos en la Selección, en una entrevista, realizada por Fabián Alarcón, y publicada el 24 de mayo en Diario EL COMERCIO.
¿Le gusta recordar sus orígenes antes de tener éxito?
Primeramente, no soy el mejor jugador del Manchester United. Tampoco lo soy de la Selección ni intento serlo. Creo que cuando una persona sale de su pueblo con una aspiración clara, lo puede conseguir. Mi niñez fue dura, pero con pasajes bonitos. Hoy quizá todo es una anécdota.
Sirvió mucho entrenarse en secreto luego de las prácticas regulares cuando era juvenil…
(Suelta una carcajada) Era un secreto que tenía con el señor Villarreal, quien cuidaba el complejo de la Selección en esa época. En la mañana me entrenaba con la Sub-20 y en la tarde lo hacía solo. Nadie sabía ni debía enterarse porque me ejercitaba en la cancha principal y nadie debía pisarla sin autorización. Además, tenía que descansar, ésa era la orden. Pero Villarreal me prestaba los balones. Fue una experiencia muy linda.
¿Cómo asimiló el cambio radical de salir del hogar, de dejar su familia para llegar a otro continente con otras costumbres?
La pasé mal el primer año en Villarreal (España), fue terrible. Extrañaba estar con mi familia, con la que siempre nos reuníamos a las 9 de la noche para conversar, compartir y reírnos. Y cuando estuve en España, me faltó eso… se me fueron muchas lágrimas. Pero era mi vida, me mentalicé porque mi sueño era triunfar.
¿Ahora se ejercita solo y en secreto en el Manchester United?
Esos son secretos (se ríe). A veces cuando tenemos descanso de dos o tres días, me ejercito en mi casa porque siento que me falta.
Su profesionalismo se evidencia incluso en la manera correcta que lleva el uniforme en los partidos. Es el único jugador del Manchester United que empieza y termina con la camiseta dentro de la pantaloneta...
(Risas) Porque recuerdo que Juan Carlos Burbano (ex jugador de El Nacional) me repetía una y otra vez que llevara la camiseta adentro de la pantaloneta. Lo mismo ocurrió con Álex Aguinaga, que jugaba en Liga de Quito, y me aconsejó que llevara correctamente el uniforme de mi equipo. Si los mayores aconsejan es por su experiencia y es bueno asimilar esos conceptos.
Y uno de sus mentores fue el director técnico Dragan Miranovic...
Significó mucho en mi vida. Cuando lo conocí me llamó la atención su forma de hablar. Él me proyectó en El Nacional. Pero no se centraba sólo en lo futbolístico, me hacía reflexionar sobre el significado, el valor de la vida. Me enseñó a ser disciplinado, a valorar la profesión y la familia. Sus palabras están en mi corazón.
Y Steve Bruce, su técnico en el Wigan, ¿cuánto marcó su carrera en Inglaterra?
Muchísimo. Cuando lo vi por primera vez tenía lesionada mi rodilla y no podía jugar bien. Pensé que ahí se acabaría mi estancia en Inglaterra. Pero no, me llamó a su oficina y me pidió que estuviera tranquilo, que me recuperaría, que volvería a jugar… y así fue. Tuvo mucha paciencia conmigo y me dio confianza para adaptarme al fútbol inglés.
¿Por qué cuando llegó al Manchester United no celebraba los goles, cuando ese es el anhelo de muchos jugadores, gritar eufórico en un grande del mundo?
(Guarda silencio unos segundos y medita) Nunca lo he dicho, son cosas íntimas. Hoy hay que ver las cosas positivas, estoy celebrando los goles y de aquí en adelante prometo que los celebraré con mayor euforia.
¿La gravedad de las lesiones que sufrió lo hicieron pensar en que el fútbol se acabaría para usted?
El momento de la operación del tobillo izquierdo fue terrible. No pude dormir esa noche por el dolor y la hinchazón. Por mi cabeza pasaron muchas interrogantes, pensé que ya no jugaría igual, que no sería lo mismo. Muchos jugadores lo han superado y otros no. Luego de dos meses y viendo mi progreso, me convencí de que lo superaría y volvería.
¿Por qué aún no domina el inglés, luego de cuatro años viviendo en Inglaterra?
Ése es mi más grande problema. Pero bueno, mi esposa y mi hija hablan muy bien el inglés. Lo practicamos en casa y ahora lo estoy dominando un poco más.
¿Qué fue lo primero que aprendió a decir en inglés?
(Risas) Siempre te enseñan las malas palabras primero. Lo más importante es que la gente en Inglaterra, si no te entiende, busca la manera para hacerlo, para comunicarse y comprenderte.
¿Y cómo recibe las indicaciones del entrenador Álex Ferguson?
Desde que salí del Wigan dejé la ayuda del traductor. Entiendo perfectamente el inglés, por ello me hablan con normalidad.
¿Con qué jugador del Manchester United conversa más fuera de los entrenamientos?
Comparto con los brasileños Fabio y Rafael y con el portugués Nani, porque hablan español.
¿Cómo es su cotidianeidad?
Me levanto a las 7:30, dejo a mi hija en la escuela, luego voy al entrenamiento. Después voy al gimnasio y tengo sesiones de yoga. Paso por mi hija. Toda la tarde la paso con mi familia y ese momento es el que más disfruto.
¿Cómo se entera del Campeonato Ecuatoriano?
De mañana no leo los periódicos. Cuando regreso tengo los diarios ecuatorianos El Comercio y El Universo. También visito páginas deportivas ecuatorianas. Así estoy conectado siempre con el fútbol ecuatoriano y mi querido El Nacional.
¿En qué pensó cuando perdió el título del bicampeonato de la Premier ante el Manchester City?
Estaba triste porque cuando se está en un equipo tan grande y popular como el Manchester United, se siente mucha responsabilidad con la afición. No es una obligación, pero es la responsabilidad de un jugador darle a la hinchada al menos un título de los cuatro en disputa.
¿Esa misma sensación la tiene ahora con la Selección?
La misma idea que tengo yo la tienen todos los seleccionados. Queremos llegar a otro Mundial, jugar bien al fútbol para tener felices a nuestros compatriotas. Queremos escuchar siempre el grito de “Sí se puede”, aunque vayamos perdiendo, porque nos entregaremos en la cancha como lo hacemos en nuestros clubes.
¿Qué sensaciones le produjo jugar una final de Champions ante un rival como el Barcelona y marcar a Messi?
¡Uff!, las mejores. La sensación es linda, pero el no ganar la medalla y la copa lo borra todo. Así hayamos hecho un gran partido, lo más importante es conseguir el título. Nos esforzamos, pero por no conseguir el objetivo, nada vale. Con Messi no pude conversar, sólo lo admiro.
Fuente: EL COMERCIO*
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