***SNN
El ingreso diferenciado a los articulados de la Metrovía no se respeta en la mayoría de paraderos del sistema de transporte.
Las usuarias que emplean diariamente el sistema de transporte masivo critican la poca efectividad del ingreso diferenciado para ellas, los niños y las personas de la tercera edad.
Apesar de que las denuncias formales son mínimas, son comunes las quejas
Cindy Morante, comerciante del sector centro, aguarda dentro del paradero Las Monjas del sistema Metrovía, junto con una amiga, para coger un articulado que la deje cerca del Mercado Central. Son las 17:30, de un día laboral cualquiera.
Tras cinco minutos de espera, llega uno de los vehículos, al límite de su capacidad (160 pasajeros, según la Fundación Metrovía). Morante y su acompañante aprovechan un minúsculo espacio disponible para viajar, dentro del articulado, en la puerta de ingreso.
Una vez dentro, la joven, de 20 años, ni siquiera tiene necesidad de alcanzar un tubo para sujetarse. Viaja tan apretada entre la multitud que ni siquiera las curvas que hace el bus en la calle 1º de Mayo provoca que ella pierda el equilibrio.
Al llegar al paradero del colegio Vicente Rocafuerte, Morante observa una escena que le causa asco: un hombre toca los glúteos de su amiga, mientras salía del articulado. Ni Morante ni su amiga reaccionaron en ese momento. “Una se expone a que le hagan algo peor".
Ambas mujeres recordaron el mal rato, mientras plasmaban su queja en un muro que un grupo de estudiantes de la Casa Grande instaló, el martes pasado, en el paradero del IESS.
Más de un centenar de rótulos como “Odio que me miren y que me toquen”, “Hay que respetar a las mujeres”, entre otros, fueron plasmados por quienes, en algún momento, sufrieron acosos sexuales u observaron que alguien más sufría esta agresión.
Abigail Toscano, estudiante de la Universidad de Guayaquil, confiesa que esta situación la vive a diario, tanto dentro como fuera de los buses de la Metrovía. Para Toscano, la disposición de la Fundación Metrovía de diferenciar las puertas de ingreso a los buses, poco o nada se respeta.
Esta modalidad, vigente desde el 13 de enero de 2012, es ejecutada por la fundación, debido a que recibía quejas “de que había actos agresivos (manoseos) de algunos varones contra las mujeres”, declaró en ese entonces Leopoldo Falques, gerente general de la entidad.
Según las denuncias, solo 6 mujeres denuncian anualmente estos ataques en los articulados, a pesar de que 1.877 usan el bus diariamente (ellas son las principales usuarias).
Actualmente, solo en algunos paraderos son visibles los letreros que indican que por la primera puerta solo pueden ingresar mujeres, niños y personas de la tercera edad.
En la práctica, “cada quien ingresa como le da la gana”, afirmó Toscano, quien critica que los guardias encargados de la seguridad en estos sitios “no hacen ningún control”.
En un reportaje anterior, publicado en febrero de este año en este diario, en la ruta de la Metrobastión, los ciudadanos respetaron la disposición tan solo en 3 paraderos (California, Colegio 28 de Mayo y Plaza Victoria).
Durante un recorrido realizado esta semana en el mismo trayecto, se pudo constatar que el ingreso diferenciado ya no se respeta en ningún paradero.
Otra de las gestiones instauradas por la Fundación Metrovía para combatir este tipo de acciones es hacer pública la imagen y nombre de personas que han sido denunciadas por los usuarios como acosadoras.
Esta información es visible diariamente en el circuito cerrado de televisión del sistema, conocido como Metrovisión. Para Manuela Cevallos, estudiante de un colegio fiscal, esta medida “es la mejor porque nos previene de ese tipo de personas en caso de que quieran volver a hacer de las suyas si las vemos en uno de los buses.
Cevallos recordó que en una ocasión un sujeto fue levantando su falda, mientras salía de uno de los articulados. “Grité y el tipo salió sonriendo, lo peor es que las otras personas que me rodeaban solo se quedaron mirándome y no hicieron nada para agarrarlo”.
Para otros usuarios, la medida de diferenciar las entradas es discriminatoria y que la mejor solución sería incrementar las unidades. El próximo diciembre, se tiene previsto que funcione la troncal de la 25 de Julio, para la cual se destinarán 90 articulados y 90 alimentadores que reemplazarían a 500 unidades de transporte urbano.
Fuente: EL TELÈGRAFO*
No hay comentarios:
Publicar un comentario