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Mientras el arqueólogo Juan Ortiz recorría el acantilado en la playa de Liguiqui de Manta en busca de restos prehistóricos, encontró una osamenta humana.
El hecho ocurrió la tarde del pasado lunes.
El científico, quien trabaja para el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, (INPC), dio aviso a la autoridades y ayer al mediodía arribó al balneario el fiscal de turno Vicente Párraga, quien en compañía de los agentes de Criminalística de la Policía Judicial realizaron el levantamiento del cadáver.
Los restos pertenecen a José Luis Alvia Rangel, un anciano desaparecido en el año 2008 y quien entonces tenía 94 años.
Búsqueda. Desde el 2008 los familiares lo buscaban intensamente y nunca supieron nada de él.
Ellos informaron de su desaparición en los medios de comunicación y repartieron volantes, pero fue inútil hasta ayer en que encontraron sus restos.
El esqueleto de José Alvia estaba a sólo 200 metros de la casa en donde vivía y que está ubicada en la parte superior del acantilado.
Los restos estaban camuflados por la espesa vegetación de la zona.
El cráneo y los huesos de los brazos y piernas estaban diseminados en medio de la vestimenta que José Alvia portaba el día de su desaparición.
Mientras se hacía el reconocimiento, el fiscal Párraga encontró una documentación que permitió la identificación de la osamenta.
Una vez rescatada la osamenta fue trasladada a la morgue del cementerio Parques del Recuerdo para realizarle la autopsia.
El objetivo es establecer las causas de su muerte.
Fuente: EL DIARIO*
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