miércoles, 12 de enero de 2011

“Hay que ser creativos”

***SNN

EL TELÉGRAFO


Entrevista a Rosa Edith Rada, decana de la facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Guayaquil. FOTO: PILAR VERA / El Telégrafo

La arquitecta propone que las casas respeten el buen vivir y el ambiente; que es tarea de todos, afirma.


Una vivienda que respete el buen vivir plateado en la Constitución vigente y que considere el medioambiente es la propuesta de la decana de la facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Guayaquil.


Dice que es tarea de los gobiernos central y local. Afirma que el modelo de desarrollo de la ciudad, en el aspecto de la vivienda, ha resultado en las invasiones que hoy son un problema.


¿Hay condiciones para habitar en las actuales invasiones?
Deben haber partes en las que no hayan condiciones, cuando en la zona existen cursos de agua, cuando por ahí hay drenaje de aguas lluvia. Obviamente, como en todos los proyectos, deberían darse los estudios; sin embargo, esta práctica de hacer uso de tierras que no están destinadas para vivienda o que son privadas y que han sido tomadas para otros fines, se da en Guayaquil desde hace mucho tiempo. Recuerde que empezamos con las invasiones masivas por los años cincuenta, en el Suburbio, Guasmos y Mapasingue.


Guayaquil tiene una historia de absorción de migraciones. Tanto del campo a la ciudad en ese entonces, o de la ciudad pequeña a la gran ciudad, o ahora, de la misma ciudad hacia otros puntos de la ciudad. Es decir, familias que están hacinadas y deciden ir, bajo el mismo mecanismo, a habitar otras zonas.


Pero al final lo que tenemos es un problema de mercado de suelos. Están mercadeando con el suelo. Y no hemos podido solucionar esto y nos incluimos porque desde las universidades no hemos hecho tampoco mucho. Creo que es por la falta de voluntad política que ha habido a lo largo de los años.


¿Esta política clientelar de los manejos de viviendas ha provocado este desorden?
Ojo, el desorden no solo es dado por sectores informales, también por sectores formales. Si hacemos una investigación sobre el crecimiento de la ciudad, nos vamos a dar cuenta que en la parte formal e informal hay ilegalidades. Solamente que el informal es mucho mayor. Y es más visible. Estamos hablando de casas de caña, zonas muy amplias con el mismo tipo de viviendas. Lotes muy pequeños que no ocurren en las soluciones formales.


¿Este desorden afecta en planos medioambientales cuando no existen estudios previos de la tierra donde se edificará?
Es importante que hablemos de la parte ambiental desde el punto de vista del socialismo. La parte social, la parte ambiental y la parte económica. Porque a veces solamente nos detenemos en la parte de lo ambiental. Si usted se da cuenta, es la menos crítica. La parte más crítica es la social. Sí, hay partes en las que están asentados en zonas de riesgo, estoy de acuerdo. Pero el riesgo es para el ser humano.


¿Decía en la parte ambiental porque los asentamientos llegan al trasvase Daule-Santa Elena, que provee de agua a la gente de la provincia de Santa Elena?
Ese sí es un problema.


¿Las migraciones siguen afectando el orden en la ciudad?
Hay que aclarar que la migración ya no solo es campo ciudad, sino dentro de la ciudad. Estamos haciendo un estudio para comprobarlo.


"Si el Estado central y el local decidieran entregar soluciones habitacionales adecuadas, la gente no invadiría"

¿Habla de una migración interna?
Claro. Si coge Monte Sinaí, es zona de familias jóvenes que vienen de la ciudad. De otros sectores de Guayaquil. Y tenga la certeza que vienen de los sectores donde tienen un lote muy chico donde ya no tienen espacio, donde ya no pueden crecer más. Y deciden buscar otra solución. Pero, ¿por qué encuentran esa solución? Porque no le estamos brindando otra. Si el Estado central y el Estado local decidieran entregar soluciones habitacionales adecuadas para los más pobres, la gente no invadiría. Van a elegir la solución legal, porque además les da la tranquilidad. Solamente que tienen que ser soluciones diseñadas en todo sentido para ellos. Y tiene que ser desde lo físico, espacial, pasando por la percepción que ellos tienen, del espacio y por lo financiero. No se puede hacer un producto común. Tiene que ser una solución habitacional diseñada a la medida de los más pobres, con cuotas muy pequeñitas, con plazos muchos más largos.


¿Cree que es factible, desde el punto de vista financiero, que de por sí es un plano débil, ubicar soluciones al alcance de un bolsillo humilde?
Ningunas de las soluciones que hasta ahora se han planteado son soluciones que les sirven a los más pobres. Porque no conocen quiénes son los más pobres. Y por tanto, cómo van a diseñar productos para los más pobres.


¿La academia no propone nada?
Nosotros hacemos investigaciones al respecto. Acuérdese que la academia tiene que trabajar con fondos. Nosotros presentamos un proyecto al Senacyt hace tres años, pero lamentablemente no lo financiaron porque la vivienda no era la prioridad del país. Hay que conocer (de quienes no tienen vivienda) sus características sociales, psicosociales, físico-espaciales. Ver qué es lo que está haciendo el promotor público y privado al respecto. Cómo se comporta esta vivienda respecto al ambiente, cómo están usando los materiales de construcción.


Pareciera que en Guayaquil se construye rápido y se obvia lo ambiental.
La trampa del sector privado es que deben tener un lucro; pero no el sector público. Tiene que proveer espacios adecuados para el desarrollo de la familia. Hoy la Constitución es muy clara. Y el plan del buen vivir es más claro aún. Y todo lo que se está haciendo no siempre contribuye al buen vivir.


¿Podemos expandir la idea del buen vivir y la vivienda?
Es como concibo el hogar, como lo percibo. Mire que la percepción de cada uno es distinta. Yo no puedo como diseñadora juzgar lo que otra persona quiere. Tengo que buscar que mi respuesta formal sea lo que él desea y necesita. Ese es el cambio de paradigma.


¿Quiere decir que la casa no solo es cuatro paredes y un techo?
No es así. Recuerde usted cuando se hizo Sauces. Entregaban Sauces un lunes, al lunes siguiente Sauces estaba cambiado totalmente. ¿Por qué? Porque las propuestas que se entregaron no se ajustaron a los requerimientos de aquellos a quienes se les entregaban las casas. Quería decir que aquellos a quienes se les entregaban las casas tenían un poder adquisitivo y además no estaban conformes con lo que se les entregaba. Para el país eso es terrible, porque tumbaban paredes, con lo cual se impacta al ambiente. Se malgastan recursos y obviamente se volvía a gastar dinero porque las otras casas no les gustó. No estamos desde el Estado central y local diseñando para que la gente pueda tener al final la vivienda que desea.


¿Hay un divorcio de la academia y el Gobierno?
Hay que reconocer que el Gobierno da más recursos para investigaciones. El único problema es que no está explícitamente dicho como línea prioritaria la solución habitacional. Se ha logrado que lo que está dentro de los materiales, o sea ecomateriales, se ponga la vivienda a bajo costo, que es lo que nosotros proponemos en nuestro proyecto. Vamos a medir la incorporación de la energía de las propuestas de los promotores públicos y privados. Esto es, cuánta energía provoca el cemento, cuánta el hierro, cuánta el aluminio y así cada uno de los materiales. Porque nosotros proponemos combinar el uso de materiales.
Poner materiales menos contaminantes. Obviamente con la aprobación de la gente.


"Extendemos la ciudad y perdemos suelo natural que recargan mantos acuíferos, perdemos suelo agrícola, aumentamos la polución"

¿Déficit se solucionaría?
Además de lo que anualmente se requiere en Guayaquil, que son 50 mil viviendas. Se requiere reponer las viviendas con daños. Y ahí se requiere ser muy creativos.

Hay que evitar la discriminación.
Porque proponemos viviendas a los que unos pueden acceder y otros no. Es decir, acceso a hábitats adecuados. Si el Estado central y el local promueven hábitats que no son adecuados, ¿qué quiere decir? Que están promoviendo la discriminación, la segregación. Por lo tanto, la cosa es muy seria. Lotes de 72 ó 92 metros cuadrados no son la solución en Guayaquil. Porque Guayaquil necesita tener ambientes donde el viento fluya, para poder tener mejores condiciones térmicas, de lo contrario nos ahogamos. Y esas son las mediciones que estamos planteando al Senacyt. Y digo que es el problema del Estado central y local. Porque es el Estado central el que debe proponer las soluciones de vivienda y el Municipio el que tiene que asegurar que sus habitantes se desarrollen adecuadamente.


Pero las soluciones habitacionales han sido expansivas de forma horizontal. ¿No se puede habitar en construcciones verticales?
Lo sostengo y lo apoyo. El mito de que el guayaquileño no puede vivir en comunidad debe dejar de serlo.


Si yo tengo 50 lotes pequeños y sustituyo con una edificación en altura, voy a tener esa misma área para equipamiento que hoy no tienen. Obviamente tendré problemas colaterales como el mantenimiento, pero es ahí donde hay que trabajar creativamente para poder capacitar a la gente en convivencia. Imagínese, si fuera invasora y el Gobierno me dice “no invadas, vente a este departamento”, con agua potable, alcantarillado, teléfono e Internet, acceso al transporte.
¿Usted cree que iría a invadir? No.


¿El crecimiento ha afectado la parte urbanística de la ciudad?
Creo que la afectación no es tanto a la imagen, creo que la afectación va más al ambiente. Todo el modelo de desarrollo que ha seguido Guayaquil es un modelo de expansión a un primer nivel.


Si analiza lo vertical se dará cuenta que eso es en el centro y en cierta parte de la avenida Francisco de Orellana. El resto es de una planta, y en el mejor de los casos, de dos. Extendemos la ciudad y perdemos suelo natural que recargan los mantos acuíferos, perdemos suelo agrícolas, aumentamos la movilidad, y aumentamos la polución. Y nadie está pensando en eso en el plano urbanístico.

Datos

* Es arquitecta por la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Allí también es catedrática. Tiene un posgrado en Urbanismo, Diploma del Instituto de Urbanismo de París (DIUP).


* Trabajó en el Programa Lotes con Servicios Alegría (1986-1988) y en el Municipio de Guayaquil como Directora de Áreas Verdes (1996-2000). La arquitecta propone que las casas respeten el buen vivir y el ambiente; que es tarea de todos, afirma.

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