Jaime Enrique Aymara también canta en la cocinaSu padre salió de su vida cuando tenía cuatro años. Desde ahí su madre se hizo cargo de él y sus tres hermanos. Ahora él está al tanto de su madre.
Una buena cangrejada, un jugoso seco de pollo o un rico estofado de carne, son los platos que más rico le salen al cantante de música popular Jaime Enrique Aymara, candidato de Pichincha a la Asamblea por el Movimiento Avanza por el Distrito Sur, abrió las puertas de su casa a un equipo de Diario EXTRA para darnos a conocer un poco más sobre sus habilidades culinarias, sus gustos y aficiones.
En la acogedora y amplia morada del artista, fuimos invitados por Jaime a pasar a su cocina donde se disponía a prepararnos un delicioso platillo para demostrar que no solo es bueno cantando, también es buen chef.
Mientras picaba la cebolla para el estofado de carne con el que nos deleitaría en esta oportunidad, Jaime nos reveló que los truquitos culinarios los aprendió de su madre, quien siempre lo consintió por ser el último de cuatro hijos. “Mi mamá nos sabía turnar por semanas para cocinar a mí y a mis hermanos y así aprendimos”, dijo.
Una de las razones por las que tuvo que perfeccionar su forma de cocinar fue porque la mayor parte del tiempo ha vivido solo, no es casado, por ende no tiene quien lo atienda. Se considera bueno en la cocina, pero detesta la tarea de lavar los platos.
Una vez que terminó de picar el tomate y la cebolla para el refrito, continuó con la preparación del arroz, asegurando que más rico le salía haciéndolo en una olla tradicional que en la arrocera.
Aprovechó ese instante para contarnos una anécdota: “Recuerdo cuando fuimos de gira una vez junto con Gerardo Morán y Máximo Escaleras a España y nos dieron un departamento para los tres con absolutamente todo, hasta con las compras (comida).
Y como ellos dos son casados y todo les dan haciendo las mujeres, un día que estábamos con hambre me dijeron que vayamos a comprar comida y les dije que no, que cocinemos ahí mismo y los dos me salieron con que no saben cocinar y les dije que yo preparaba un seco de pollo pero que el uno pusiera la mesa y el otro lavara los platos y así fue”.
Luego de aproximadamente unos 40 minutos la comida estaba lista. Antes de servir los alimentos Jaime los bendijo, “inconscientemente lo hago, es una costumbre que tengo desde siempre gracias a mi madre porque somos católicos”. Finalmente probamos la sazón de Jaime y verificamos que efectivamente sabe cocinar muy bien.
Vena de Comerciante
Contó que en su casa todos trabajaban desde pequeños para ayudar a su madre. “Teníamos un almacén de venta de discos por la Plaza de San Francisco, en plena esquina de la Cuenca y Sucre.
Pero para nosotros poder tener dinero con mi hermano Gustavo nos íbamos al Ipiales a vender los discos que ya no se vendían en el local porque ya pasaban de moda”. Los discos que más vendía eran los de Leo Dan, Leonardo Favio, Lupita D’Alessio , Juan Gabriel y algunos otros artistas.
Jaime se recuerda siempre trabajando, desde que tenía 6 años tuvo esa “vena de comerciante” que lo empujaba a vender ropa en el centro de la ciudad. Solía elaborar cruces de ramos y canastas en Semana Santa y las vendía con su madre y sus tías en la Plaza de San Francisco. “Yo era el que más rápido vendía porque gritaba más”.
Sus hermanos también cantan
El intérprete de “El Cholero”, expresó que su amor por la música nació por la tienda de discos que tuvo desde niño. Él fue el primero de la familia que se dedicó a la música y luego le siguió su hermana mayor Azucena y el segundo Gustavo, mientras que Carmen, la tercera nunca lo hizo.
Se inició profesionalmente en la música luego de participar a los 17 años en un concurso de canto denominado el Primer Festival del Bolero, en el programa Chispazos que se transmitía en ese entonces por TC Televisión, en el que alcanzó el tercer lugar, “viajé solo a Guayaquil a participar con el tema Mi compañero. Recuerdo que me salió un gallo en medio de la interpretación y eso me bajó el puntaje”.
Su Padre salió de su vida cuando él tenía 4 años
Jaime Enrique nació en Quito el 24 de junio de 1968. Creció en el barrio de San Roque solo con sus tres hermanos y mamá, debido a que sus padres se separaron cuando él tenía apenas 4 años.
“Desde entonces él nunca formó parte de nuestra vida, siempre fue mi madre la que se sacrificó por sus hijos”, indicó.
Entre los recuerdos que Jaime tiene de su padre se encuentra una ocasión en que este llegó a su casa junto a unos músicos y empezó a cantar, “en ese instante yo cogí mi pequeña guitarra de juguete y pasé rasgándola toda la noche y me lastimé los dedos. Recuerdo que mi papá tenía buena voz”.
Su tiempo libre lo dedica al deporte
El básquet, billar y voley, son los deportes favoritos de Aymara. Los practica cada vez que la música le da un poquito de tiempo libre. Después de la comida que nos preparó, lo invitamos a jugar básquet para comprobar sus dotes de deportista.
No dudó en ponerse una pantaloneta y camiseta para salir a encestar cuantas canastas pudo. A pesar de estar con unos kilitos demás nos ganó en el partido.
Indicó que como sus tres hermanos se casaron a temprana edad, él fue quien siempre compartió más con su madre Rosa Reinoso y hasta ahora lo hace, ya que desde que realizó su primer viaje al exterior gracias a la música, la lleva junto a él. “El primer viaje que realicé fue a Italia y la llevé conmigo”.
Coleccionista empedernido
En uno de los rincones de la casa del artista encontramos una mesa de billar llena de sombreros de todos los modelos y colores. “Siempre a donde voy me gusta comprar sombreros, suelo comprar gorras con el distintivo de cada país que visito”.
A unos cuantos pasos encontramos un minibar lleno de botellas que también forman parte de una colección de Jaime que la inició hace 15 años. Una de las más llamativas es la que le regaló un ahijado que mandó a elaborar una botella decorada con el escudo y colores de El Nacional, el equipo favorito del cantante. Algunas son obsequiadas y otras compradas. El licor que más le gusta es el tequila.
Fuente: EXTRA*
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