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Para evitar este tipo de tragedias, cada año la Patrulla Fronteriza realiza durante el verano una campaña para concienciar a los inmigrantes sobre los peligros a los que se enfrentan en el desierto debido a las altas temperaturas.
La Patrulla Fronteriza trata de desanimar a los inmigrantes a emprender un cruce al que ahora también se suman los peligros que representan las organizaciones criminales que buscan controlar el tráfico humano.
Jackie Wasiluk, vocera de la Patrulla Fronteriza en San Diego, en California (EE.UU.), dijo a Efe que cada año se registran casos en los que los traficantes mienten a los inmigrantes sobre las distancias que deben de recorrer y el tiempo que tomaría hacerlo.
Wasiluk explicó que las personas que no pueden ajustarse a los ritmos brutales que se siguen en estos cruces son simplemente abandonados a su suerte, frecuentemente con resultados fatales. En 2010 se encontraron 360 cuerpos de personas en la frontera entre México y EE.UU.
Enrique Morones, activista y fundador de la organización "Ángeles de la Frontera", que establece estaciones de aprovisionamiento para inmigrantes en el desierto, dijo que es importante que los inmigrantes sepan que no vale la pena intentar el cruce en esta temporada.
"Vemos gente desesperada tomando riesgos muy grandes. El problema es que la frontera misma está controlada por grupos de delincuentes que los asaltan también. Es muy peligroso", indicó.
Víctor Clark Alfaro, director del Centro Binacional de Derechos Humanos en Tijuana, un organismo defensor de los derechos de los inmigrantes, sostuvo que es la presencia de agentes de la Patrulla Fronteriza lo que produce que el flujo de inmigrantes se dirija a zonas más peligrosas.
Se estima que más de 6.000 personas han fallecido desde 1994 en el intento de cruzar a EE.UU.
"Sin embargo, las cifras solo manejan los inmigrantes que se pueden identificar, pues al menos una tercera parte no puede ser identificados porque los restos están en malas condiciones o los cuerpos no cargan identificación, entre otras complicaciones", señaló Clark Alfaro.
Para Morones, esta situación obliga a que los activistas en EE.UU. tengan que seguir luchando para lograr una reforma integral de inmigración y para presionar por la creación de empleos en los países de origen.
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