Los cadáveres de los siete miembros de la familia Toapanta Achachi ya se encuentran en Quillán Loma, parroquia Izamba (Ambato). Esto tras 10 días de estar desaparecidos cuando realizaban un viaje entre Ambato y Loja. Según los familiares, mañana será el sepelio a las 10:00 en el cementerio de esa localidad.

Hoy, desde muy temprano, cinco de los siete féretros se velaron en la capilla ardiente que se adecuó con carpas blancas junto a la casa familiar. Al medio día arribaron los dos féretros restantes.

La familia Toapanta Achachi viajó la madrugada del miércoles 18 desde Ambato hacia el Santuario de El Cisne en Loja para hacer bendecir una camioneta nueva. Sin embargo, el grupo falleció esa madrugada cuando la camioneta cayó en la quebrada Malacún de 300 metros de profundidad en el cantón Chunchi en Chimborazo.

“Hernán debía regresar ayer a Milán (Italia). Su vuelo salía en la tarde. Esta tragedia nos ha impactado profundamente”, refiere Humberto Achachi, cuñado.

Aproximadamente, 400 comuneros se organizaron esta mañana para levantar la capilla ardiente en Quillán Loma.

“La ayuda del helicóptero policial fue decisiva para el rescate de los restos de los siete cadáveres. El operativo se cumplió hasta la madrugada de hoy. Primero se trajeron cinco cuerpos y los otros dos llegaron más tarde”, explicó Gustavo Terán, comandante de la Policía de Tungurahua.

Conforme pasaban las horas, más amigos y parientes arribaban al velatorio. Los féretros fueron situados en hilera, mientras la gente rezaba, lloraba y gritaba de dolor Las primeras indagaciones policiales sospechan que Hernán, de 42 años, pudo haberse dormido al volante, pues en lugar de curvar y frenar, continuó en línea recta y aceleró.

La camioneta doble cabina Toyota gris de placas TBC-8954, en la que se accidentaron, costó USD 35 000. Hernán Toapanta hipotecó su casa para comprarla con un préstamo que gestionó en una cooperativa de Ambato. No alcanzó a pagar la primera cuota.

Entre tanto, el rescate de los cuerpos requirió de más de cuatro horas. La zona del incidente es de difícil acceso. El terreno de la empinada quebrada es rocoso y está lleno de plantas silvestres que dificultaron la tarea.

En la camioneta viajaban José Leonidas Achachi (70), María Angélica Chango (65), Cristina (18) y Gisella (15) Toapanta Achachi, María Achachi Chango (42), Hernán Toapanta (42) y María Achachi.




Fuente: EL COMERCIO*