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Imagen ilustrativa tómada de internet |
Estrangulamiento fue la causa de muerte de las jóvenes en Cuenca
El ambiente lucía desolado en la sala de velaciones El Cisne. Allí las hermanas Moraima, de 24 años y Marisela, de 22 años, quienes fueron asesinadas el sábado pasado en Cuenca eran veladas.
Los abuelos y tíos de estas dos jóvenes no dejaban de mirar los féretros de estas jóvenes oriundas del cantón Tambo de la provincia del Azuay. Su abuelita fue quien recibió una llamada telefónica que le comunicó que la casa de sus nietas se está quemando.
Ella llamó de forma inmediata al hermano mayor de las fallecidas, quien al llegar al lugar se enteró que sus hermanas estaban muertas. Los vecinos alertaron al Cuerpo de Bomberos que desde la ventana de la casa ubicada en la calle Reina de Quito, sector de la ciudadela Tomebamba, salía humo.
Según el Fiscal Distrital del Azuay, Lizardo Martínez la escena del crimen es violenta porque Marisela, quien se encontraba en la primera planta de la vivienda, que desde la parte de afuera se ve la bocina de la alarma, estaba incinerada.
En cambio que su hermana Moraima estaba en el segundo piso de la casa desnuda y con huellas de golpes contusos. Uno de ellos en su cabeza. Martínez maneja la hipótesis que al parecer los autores del crimen quisieron esconder todo tipo de evidencia y por ello prendieron fuego.
Martínez indica que en la autopsia se determinó que las dos jóvenes fueron estranguladas. Además no se encontró pruebas que las hermanas hayan sido violadas.
El dolor y la angustia de los familiares de las fallecidas no cesaba en la sala de velaciones. Allí su abuelita recordaba que su nieta Moraima hace pocos días culminó sus estudios universitarios de la carrera de Gastronomía y que estaba haciendo prácticas en un hotel de la capital azuaya.
Una tía de las occisas la recordó a Moraima como risueña, alegre y conversona. La hermana menor estudiaba Derecho en la Universidad del Azuay. Ellas hace seis años vivían solas en la casa que fueron asesinadas, porque sus padres vivían en España.
En noviembre del año pasado la madre de las jóvenes vino a visitarles contó la abuela, y estuvo durante un mes en la capital azuaya. Los familiares esperaban que lleguen la noche o madrugada para el sepelio que se prevé que será la tarde de hoy.
Mientras los familiares no encontraban una respuesta a lo sucedido porque sus sobrinas ocupan su tiempo en sus estudios y en las tareas del hogar.
El hermano de las jóvenes y un tío junto con la Fiscal de la Unidad de delitos de personas y garantías, Rocío Polo y miembros de la Policía de criminalística realizaban el levantamiento de pruebas respectivas.
Oswaldo Pacheco amigo de las occisas fue una de las personas que la mañana de ayer entró al domicilio. El rostro de este cuencano lucía triste y sorprendido al relatar que en la primera planta estaba quemado un sofá y que todo estaba destrozado.
Al igual por versiones de los Policías que llegaron al lugar el segundo piso estaba destruido. Los dormitorios era donde mayor evidencia de fuego se encontró, se presume que el incendio inició en la parte alta. Un 30% de la vivienda está quemada.
Los vecinos del sector no salían del asombro.
Uno de ellos, Pedro U., recuerda que el sábado en la mañana vio a las dos hermanas que se dirigían a comprar el pan en la tienda del barrio.
Pedro U., quien trabaja como taxista dice que en repetidas ocasiones les hizo carreras, desde que eran estudiantes en el colegio Marianitas. “Eran unas chicas tranquilas, amables”.
Otro de los vecinos que no salía del asombro y quien prefirió reserva su identidad contó que en la mañana del sábado había una minga en el barrio y que le sorprendió que las chicas no participen. Por ello timbró y golpeó la puerta de hierro grande que no deja ver nada del interior, sin tener una respuesta positiva.
Con esta muerte suman cinco ocurridas en la semana en la capital azuaya de forma violenta. La primera que se registró fue la adolescente de 14 años encontrada en Sinincay, las otras son de dos personas adultas la tarde del jueves en el cantón Chordeleg.
Según el Fiscal Distrital del Azuay no existe relación con el caso de la adolescente de 14 años, quien también fue incinerada. Agrega que actualmente el caso es reservado y que se encuentra en etapa de investigación, por lo que no se puede develar indicios de sospechas de posibles autores del crimen.
Fuente: EL COMERCIO*
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