Los accidentes de tránsito constituyen un grave problema para Ecuador, que con una media anual de 33 decesos por cada 100 000 habitantes tiene una de las tasas de mortalidad más altas de América Latina por estas tragedias, que dejarán pérdidas por 800 millones de dólares solo en 2012.

En el último cuatrienio hubo un promedio anual de 4 789 muertos por siniestros de tránsito en este país de 14,5 millones de habitantes, es decir, 13 diarios, además de 139 heridos, dijo a la AFP Guillermo Abad, director de Justicia Vial, un observatorio ciudadano que promueve la seguridad en las rutas.

Estos índices y la impunidad que los rodea llevaron al gobierno a incluir a los conductores prófugos en la lista de los delincuentes más buscados, por quienes ofrece recompensas en afiches colocados en la prensa y sitios públicos.

Además el Congreso endureció la ley de tránsito, que desde hace un mes castiga el exceso de velocidad hasta con tres días de prisión, multa de 292 dólares y la pérdida de la tercera parte de los puntos de la licencia.

Abad considera a los accidentes de carretera como el “flagelo social más grande del país”, al ser la primera causa de muerte por factores externos, una realidad que motivó a cientos de ciclistas a protestar en Quito el 30 de abril último tras la muerte de una colega.

Su observatorio estima que esos siniestros dejarán al Estado pérdidas por unos 800 millones de dólares en 2012, frente a los 576 millones cuantificados oficialmente en 2006.

“Este panorama pone a Ecuador como el país de mayor siniestralidad en la región y el mundo”, enfatizó.

El fenómeno se produce pese a que desde 2008 el gobierno de Rafael Correa ejecutó un plan de inversión de 1 000 millones de dólares para carreteras, y se plantea destinar otros 5.000 millones hasta 2013.

Las más recientes evaluaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre este problema indican que América Latina tiene una tasa de mortalidad de 17 personas por cada 100 000 habitantes, superior al promedio de las naciones de ingresos altos que no llega a 10 por cada 100 000.

Se estima que para 2020 la cifra puede llegar a 24 por cada 100 000, por el incremento vehicular, con lo cual los percances viales se convertirían en la tercera causa de muerte y discapacidad en la región, de acuerdo con el BID.

Entre febrero y mayo últimos, 60 ecuatorianos murieron y 86 resultaron heridos en accidentes de apenas cuatro autobuses. La víspera de la Navidad de 2010, un bus sobrecargado de pasajeros cayó a un abismo, dejando 41 fallecidos.

El drama de quienes han sobrevivido “nunca termina”, dijo a la AFP María Flores, quien vio morir a su consuegra y afirma vivir “atormentada por las irreparables” lesiones que sufren una hija y tres nietos.

Todo ocurrió cuando Flores, cinco hijos, una docena de nietos y otros allegados regresaban a Quito tras una peregrinación a un santuario colombiano.

“Fue como en las películas. El tráiler pegó un frenazo, se deslizó a lo ancho de la carretera y se fue encima de los carros (aparcados). Todo se oscureció por la nube de polvo”, evoca Flores con terror.

Isabel Trellas recuerda que su sobrino Jipson, de 19 años, pedía que “no le dejaran morir” tras ser atropellado por un autobús en Quito. “Testigos dijeron que las llantas pasaron por encima de su cuerpo. Murió en el hospital debido a un derrame interno, él era sustento de su madre, trabajaba en una carpintería y se daba tiempo para estudiar”, cuenta.


 La ley ecuatoriana establece penas de hasta 12 años de prisión para los responsables de siniestros que hayan estado bajo efectos del alcohol u otras drogas, recordó Abad, para quien los accidentes generan problemas psicológicos, económicos y a menudo ponen a los familiares frente a la corrupción judicial.





Fuente: EL COMERCIO*