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SOSOTE, Manabí. Con la tagua se elaboran figuras de todo tipo, como estas tortugas que actualmente registran alta demanda.
ROCAFUERTE, MANABÍ | La agilidad de las manos y la creatividad de sus mentes ha dado satisfacciones a la mayoría de las 900 familias de la comunidad Sosote, perteneciente al cantón Rocafuerte y ubicada en el kilómetro 10 de la vía Portoviejo-Chone.
En ambas orillas de la carretera, los sosotenses ofertan artesanías en tagua, vasijas de barro adecuadas como hornos y otras piezas de ese material, así como su delicia gastronómica: la reconocida morcilla.
De las 900 familias, unas 300 se dedican directamente al arte de elaborar objetos con tagua, un marfil vegetal que se consigue en las zonas montañosas de Manta y Portoviejo. Con un quintal de este producto se fabrican hasta 500 figuras, que tras un extenso proceso de pulido y pintado dan vida a más de 10 mil figuras, según Nexar Cobeña, presidente de la Asociación Tropitagua, que aglutina a representantes de 40 talleres artesanales de la zona.
Uno de esos turistas que quedó encantado con las artesanías de tagua fue Rubén Aguirre, el recordado Profesor Jirafales de la serie mexicana El Chavo del 8, quien hace ocho años llegó a Manta para varias presentaciones y, de paso, conoció Sosote.
“Aquí casi todos dependemos de este trabajo, nos ha dado una sustentabilidad y hemos desarrollado, y esto no lo para nadie, ni la creatividad”, sostiene Cobeña. Esa creatividad ha originado que al mes se expendan e importen unas 40 mil figuras, generando un promedio mensual de ingreso que sobrepasa los 40 mil dólares, es decir, casi medio millón de dólares anuales para la comunidad.
Jackeline Román, otra de las comerciantes del producto, señala que en la actualidad las mayores demandas son de bisutería: cadenas, brazaletes, aros y otros artículos. Sus precios son accesibles: de 1 a 5 dólares, dependiendo del tamaño, forma y hasta la creatividad.
La idea de crear figuras con tagua curiosamente nació hace un cuarto de siglo en Guayaquil y en la mente de un francés, del que Nexar Cobeña solo recuerda su profesión y apellido: el ingeniero Solari.
Este europeo se dedicó a elaborar botones de tagua y pequeñas bisuterías en esa ciudad y las exportaba. Por la necesidad de mano de obra llevó a gente de Sosote, que al irse Solari volvió a su tierra y siguió con el oficio.
En ambas orillas de la carretera, los sosotenses ofertan artesanías en tagua, vasijas de barro adecuadas como hornos y otras piezas de ese material, así como su delicia gastronómica: la reconocida morcilla.
De las 900 familias, unas 300 se dedican directamente al arte de elaborar objetos con tagua, un marfil vegetal que se consigue en las zonas montañosas de Manta y Portoviejo. Con un quintal de este producto se fabrican hasta 500 figuras, que tras un extenso proceso de pulido y pintado dan vida a más de 10 mil figuras, según Nexar Cobeña, presidente de la Asociación Tropitagua, que aglutina a representantes de 40 talleres artesanales de la zona.
Uno de esos turistas que quedó encantado con las artesanías de tagua fue Rubén Aguirre, el recordado Profesor Jirafales de la serie mexicana El Chavo del 8, quien hace ocho años llegó a Manta para varias presentaciones y, de paso, conoció Sosote.
“Aquí casi todos dependemos de este trabajo, nos ha dado una sustentabilidad y hemos desarrollado, y esto no lo para nadie, ni la creatividad”, sostiene Cobeña. Esa creatividad ha originado que al mes se expendan e importen unas 40 mil figuras, generando un promedio mensual de ingreso que sobrepasa los 40 mil dólares, es decir, casi medio millón de dólares anuales para la comunidad.
Jackeline Román, otra de las comerciantes del producto, señala que en la actualidad las mayores demandas son de bisutería: cadenas, brazaletes, aros y otros artículos. Sus precios son accesibles: de 1 a 5 dólares, dependiendo del tamaño, forma y hasta la creatividad.
La idea de crear figuras con tagua curiosamente nació hace un cuarto de siglo en Guayaquil y en la mente de un francés, del que Nexar Cobeña solo recuerda su profesión y apellido: el ingeniero Solari.
Este europeo se dedicó a elaborar botones de tagua y pequeñas bisuterías en esa ciudad y las exportaba. Por la necesidad de mano de obra llevó a gente de Sosote, que al irse Solari volvió a su tierra y siguió con el oficio.
Pero no solo es la tagua. Los objetos de gran demanda en Sosote son las ollas de barro, aquellas que aún guardan la esencia de los alimentos con sabor manabita. La materia de las vasijas sale de la zona montañosa, señala Francisco Valencia, uno de los expendedores.
Hay hornos de barro, con una malla de alambre en su interior, usados para asar plátanos; las ollas sirven para elaborar el mejor arroz del mundo, según los sosotenses. El precio de estos va de 6 a 20 dólares.
Hay hornos de barro, con una malla de alambre en su interior, usados para asar plátanos; las ollas sirven para elaborar el mejor arroz del mundo, según los sosotenses. El precio de estos va de 6 a 20 dólares.
Toda esa delicia se prepara en las ollas de barro que surgen en esa zona. Bella Loor y María Álava son dos de las vendedoras. “Aquí comen todos, es buen trabajo, mire que casi 50 personas se dedican a esta actividad y los precios son módicos, desde un dólar en adelante”, relata Álava.
No obstante, el progreso de esta comunidad es incompleto, pues sus habitantes sufren por la carencia de servicios básicos. El agua la reciben una vez por semana, no hay sistema de alcantarillado y las inundaciones son frecuentes por el desbordamiento del río Portoviejo.
Por eso piden atención. “Aquí vivimos porque la gente mete ganas, no por la ayuda seccional”, dice Ángel Vinces.
Ubicación
Localización: Pertenece al cantón Rocafuerte. Está en la vía Portoviejo-Chone.
Población: Residen unas 900 familias.
No obstante, el progreso de esta comunidad es incompleto, pues sus habitantes sufren por la carencia de servicios básicos. El agua la reciben una vez por semana, no hay sistema de alcantarillado y las inundaciones son frecuentes por el desbordamiento del río Portoviejo.
Por eso piden atención. “Aquí vivimos porque la gente mete ganas, no por la ayuda seccional”, dice Ángel Vinces.
Ubicación
Localización: Pertenece al cantón Rocafuerte. Está en la vía Portoviejo-Chone.
Población: Residen unas 900 familias.
Fuente: EL UNIVERSO*
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